Este verano me he visto obligado a aparcar un par de veces la costumbre por la que, ante la situación que vivimos, me veo obligado a echar carburante de 20 en 20 euritos. Pero un par de esos desplazamientos largos que requiere llenado del depósito me ha colocado ante el doloroso espectáculo de ver avanzar los dígitos del surtidor hasta cifras que producen mareo. Ver tan cerca el listón del euro y medio por litro no es algo a lo que me vea acostumbrado pese a que hace tiempo que no hay otra.
Pero hay otra. Lo que ocurre es que, de momento, será peor pensar en comprar coche nuevo aunque su consumo generara menos agravios al bolsillo. Aún tengo que echar cuentas para comprobar si ello es una posibilidad real combinando los hidrocarburos con la energía eléctrica. Y aunque está el argumento de mayor respeto al medio ambiente me da en la nariz que solo nos convencerá la opción de los vehículos híbridos si nuestra economía doméstica lo notara de modo sensible.
La Junta acaba de anunciar que desde 2009 más de medio millar de operaciones de compra de este tipo de coches con doble motor en la provincia de Cádiz se han beneficiado de los incentivos que la Administración autonómica ha determinado pensando en ir adelantando la automoción del futuro. Uno, siempre excéptico con lo que llegue al dictado de ciertos impulsos, no deja de reconocer que la medida es tan buena como nueva puerta abierta al pisoteado sector de los automóviles.
El mayor consumo de las aceleraciones propias de los movimientos urbanos encontrarán en la electricidad las ventajas que, en todos los terrenos, parecen innegables. Por no recordar que en las paradas, en un semáforo por ejemplo, la batería se recarga. Y si el precio de los vehículos fuera la causa de alguna presumible reticencia la Junta de Andalucía se ocupa de un incentivo por el que basta con preguntar en el mismo concesionario adherido al programa en cuestión.
Otra cosa sea que siga faltando el dinero autonómico en tantas causas cotidianas y muy necesarias que vosotros mismos podéis contraponer, si os lo pide el cuerpo, con el nivel de urgencia con el que queramos analizar la oportunidad de estas ayudas. Mientras tanto, enchufar el coche está muy bien. Sólo falta que seamos capaces de saber donde enchufar esas otras necesidades que nos pasa por la mente a todos y que, me temo, no se solucionan conectándose a la red eléctrica.
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