sábado, 17 de octubre de 2020

Delibes centenario

"Hubo un día en el que los niños buscaban que los abuelos les contarán historias, luego llegó la televisión y no sólo dejaron de acudir a ellos sino que a los abuelos no les quedó otra que sentarse también ante el televisor", Miguel Delibes dixit.

Es precisamente la pequeña pantalla la que acaba de señalar que cumplimos el centenario del escritor vallisoletano. También es la que me permitió conocer 'Los santos inocentes', esa historia de ruralidad injusta, llena de desigualdades.

Delibes amó el campo con intensidad. Tan cazador como ecologista, en sus paseos por el entorno natural, enfundado en su gorra y su bufanda, se manifiesta su estampa más característica, plena de melancolía y hasta de tono uraño.

En sus soledades escogidas, aunque hombre familiar excepcional, se cocieron seguramente sus éxitos literarios. 'La sombra del ciprés es alargada', 'Cinco horas con Mario', 'El hereje', 'El disputado voto del señor Cayo'... Cuánta reflexión oportuna!

Compañero periodista que terminó encontrando más gozo en la escritura literaria, libre, tan recreativa como denunciante, Delibes me resulta espléndido ejemplar de una especie en peligro de extinción. Y quizá deba ser así, aunque sus libros le perpetúen.

Espero que su condición ecologista me lo permita como mejor memoria de aquél cuyo carácter tanto soy capaz de comprender. Incluso de encarnar en ciertos momentos. Son tan fecundo alimento de la creación como atinada opción de vida.

"Si se hablara más de literatura que de política..." le escucho decir en un vídeo antiguo. Pues eso, admirado Delibes, que todos seríamos de otra pasta. ¿Y si lo hiciéramos al revés? Más 'delibes' hasta en la política querría.

domingo, 11 de octubre de 2020

Coma

Se baraja la posibilidad de un lugar onírico en el que se encuentran las psiques de los pacientes en coma. Y, considerado una especie de baluarte del que alguna vez se saldrá recuperada la salud en el cuerpo, no deja de ser, de algún modo, lugar en el que quedarse. Quizá por descubrir habilidades que no habían asomado en la vida... normal.

"Sin la carga de los recuerdos se puede partir de cero" dice uno de los personajes, el líder de la comunidad que habita este sitio en el que, por superposición de los sueños y amagos de aparición de aquello que olvidaron, quizá se convierta para muchos en el destino definitivo. Voluntades sin ánimo ni fuerza para regresar, con su cuerpo claro, al mundo que dejaron.

'Coma' es una extraña película con la que me topo en la sobremesa de este domingo de mente abierta a extrañas experiencias quizá extrayendo algo que aprender. Es una de esas cintas que, de pronto, generan desde la pequeña pantalla la necesidad de saber hacia dónde van sus personajes. Y a dónde se llevan nuestra psique, claro, abandonando al yo del sofing.

No me he podido resistir, mientras la veía, buscar algo que me ayudara a entender lo que estaba viendo. Es un film de 2020, ruso, del director Nikita Argunov, con efectos útiles a la hora de generar en el espectador la sensación de realidad de ese prodigioso mundo de la mente al que agarrarnos mientras el cuerpo yace a la espera de la deseada recuperación.

Y deja pensando. Convierte la laxitud de la hora de la siesta, ésa tan proclive a visiones que no provoquen grandes reflexiones como el león que persigue a la gacela en La 2, en un bulle bulle que, pese a la relajación que se impone, hace que la mente hierva llena de conclusiones y aplicaciones a tu vida. Como ocurre a los personajes de 'Coma'. Más o menos.

martes, 6 de octubre de 2020

Gracias!!

No son los dos años, que apenas son nada en la inmensidad oceánica de la Historia, o de cualquier historia. Y ello por mucho que ha ocurrido a lo largo y ancho de un tiempo que parece, desde luego, mucho mayor.

Más bien se trata de la voluntad de transformación con la que llegué a tu vida, esa férrea fortaleza por la que soñé, me esforcé y conseguí tan certera felicidad; la serena, benéfica y consecuente felicidad actual.

El caso es que, por mucho que la complicidad escriba erróneamente una longeva vida común a nuestras espaldas, el tiempo es corto a la hora de expresar la grandeza de lo vivido. Lo vivido es lo ganado.

Y ya sabes, como dice Jorge Bucay, que sólo el disfrutado es tiempo verdaderamente vivido. Así que, permíteme que reconozca, que sólo así puedo medir lo nuestro. También hubo de los otros, pero sobre todo... disfrutamos.

Felicidades cuando, dos años después de aquello, hago el firme propósito de que sigamos haciéndolo, haya o no viajes, haya o no haya globo, haya o no haya... qué sé yo. Gracias por todo. Te amo!