La crisis de Gibraltar sigue provocando sus efectos entre lo grotesco y lo preocupante. La colonia agradece la firmeza que encuentra en el Gobierno británico frente a España. Y el contacto mantenido ayer entre David Cameron y Mariano Rajoy origina la mención de éste sobre la creación de unas comisiones de trabajo para resolver el conflicto que aquél niega.
Mientras tanto, los bloques de hormigón echados por los llanitos al fondo de la Bahía que tantos perjuicios genera en la flota pesquera campogibraltareña parece no ser suficiente 'por saco' hacia los españoles. Ayer llegó la retención de otro pesquero junto al mensaje desde Londres de un supuesto compromiso español de rebajar la tensión unilateralmente.
Conclusión: aquello de la 'puta apaleada' que el dicho popular se reserva para casos de extrema incomprensión en medio de una situación como la que nos trae. Y una cosa es que titulara el otro día poniendo en solfa la utilidad de aquel viejo grito soberanista como reclamo dadas las circunstancias (Gibraltar español!) y otra que haya que tragar tanto.
Item más, ya se adelantan a sugerir desde las islas de marras que los hijos de la Gran Bretaña veten nuestro país como ese preferente destino turístico que tanto valoran. Pero ésos son otros 'lópez'. Dónde van a encontrar un destino tan sugestivo, tan barato y tan a la altura de sus aspiraciones veraniegas preferidas que me niego a resumir de modo simplista?
Tampoco negaremos que no nos viene nada bien una espantada. Menos ahora. Y en la provincia se conoce bien qué sería para el sector una respuesta a esa llamada reivindicativa que se generalizara de modo inesperado. El turismo inglés es uno de los más importantes de la provincia y tampoco son pocos los británicos que vienen a jubilarse a nuestra costa.
Pero no nos engañemos, gastar 500 euros por una semana aquí no parece muy costoso para quienes pueden tener una nómina media anual de 40.000 en esas tierras británicas desde las que las voces agoreras poco van a eclipsar las ventajas españolas. Mientras los gibraltareños tiran los bloques en la bahía, los ingleses se echan sobre la arena de nuestras playas.
Y no preocuparos, van a seguir haciéndolo sea cual fuere la estrategia diplomática de Madrid. Cuando dejen de considerar que nuestra provincia, que nuestro país no es la mejor opción estival, será por otras razones distintas a una pugna que, eso sí, sigue teniendo víctimas cotidianas en los trabajadores españoles en la Roca y en los pescadores del Campo de Gibraltar.
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