El ser humano consigue reunir un total de cuatro billones de células. Creo. Pues bien, ya "en la primera célula-cigoto se inicia el yo". Así lo dice el doctor Carlos Fernández del Castillo Sánchez, director del Centro Mexicano de Ginecología y Obstricia. Atiendan a su conferencia enlazada, desde Youtube, a esta entrada.
Es posible que no sea preciso irse tan lejos para encontrar opinión parecida pero, cuando ya tardaba yo en decir algo tras la 'fiesta' con la que Fernández de la Vega y otras damas del socialismo gobernante agasajaban a la tal Aído recién aprobada la nueva Ley del Aborto, su frase me ha parecido extraordinarimente cercana.
¿Qué narices celebraban aquellas que tanta carne han puesto en semejante asador? ¿Dónde está el triunfo de una aprobación con acento de totalitarismo femenino y criba genética? ¿Qué ocurrirá a partir de ahora o qué lo siguiente? ¿Cuánto podrá aguantar la sociedad española esa losa en su conciencia colectiva?
Imponen criterios ideológicos de legitimación -toda vez que hay vidas en juego- aún por ver. Y lo hacen no sólo sin escuchar otras opiniones, por millones de manifestantes que salgan a las calles, sino pisoteando con su sordera endémica cuanto tienen que decir otras muchas personas.
Pero no impondrán el silencio. Que ya quisieran. Hoy domingo, día 28 de febrero, había previsto entregar un millón de firmas en el Congreso de los Diputados contrarias a la mencionada reforma. Y el próximo domigo, día 7 de marzo se preparan nuevas manifestaciones convocadas por diversas organizaciones.
Derecho a Vivir, Hazte Oir, Médicos por la Vida, La Vida Importa y Referéndum Vida Sí llaman a esta salida a la calle que, a mediodía, tendrán lugar en diversos sitios de España entre los que, en Jerez, la Plaza del Caballo nos aguarda. Que no falten los muchos que coinciden con el dóctor Fernández del Castillo.
Ellas no eran tantas en la foto. Y su fiesta parecía de entrada restringida. Éstas manifestaciones serán multitudinarias aunque, con dolor de mi corazón como periodista, está por ver cuál será el tamaño de la foto que ocupen. Y, con todo, recogerá el grito de millones de voces en contra de una Ley que produce dolor.