martes, 13 de febrero de 2024

En la tarde de mi vida

Va llegando aquella tarde
que mencionó Juan de Yepes,
y es noche oscura que vivo
con profundidad que hiere.

La Gracia de Dios que asoma,
el caballo no sostiene
y el verano que fue sino
y tortilla que se vuelve.

Como un 'sampablo' cualquiera,
quien en la caída siente
dolores de corazón,
que los del cuerpo se esperen...

supo pronto de Cursillos
y Sacramentos que vuelven,
un padre espiritual 
y un alma que reverdece.

Y la experiencia de Huerta,
monasterio cisterciense,
fue un ora et labora
de frutos que ya no mueren.

Va llegando aquella tarde,
la del examen que advierte,
al final de nuestros días,
si de amor fuimos la fuente.

Llamado a la santidad
me creo y hasta merece
mi vida que, en el amor,
tenga lo mejor con Tere.

Amor Conyugal nos une
y, en los Círculos que tiene
la Obra de Dios, mi vida
luce aquello que merece.

Así llegué al momento,
una noche de diciembre,
en que caí sin caballo
del que fuera yo jinete.

En la moto, de regreso,
el demonio se entretiene
y se cruza en mi camino
destrozando hueso y mente.

Va llegando aquella tarde.
Voy soñando que me tienes
vigilado y protegido
porque me sabes consciente.

Y aquí, varado en mi silla,
dos meses ya y los que queden,
yo te consagro el dolor
en oración y, silente,...

mi vida toda que, nueva,
se aparta del mal y siente
que soy tu obra, Señor,
y lo intento casi siempre.

Místicos en mis lecturas,
libros que saben a mieles,
honda espiritualidad,
luces y sombras crecientes.

Y el silencio, y la espera 
que desesperanza vierte
a veces cuando el resquicio
deja que el malvado entre.

Pero el Señor siempre llega
a despertar el latente
compromiso ineludible
en la batalla, de frente.

Y lo hace en la Comunión
que hasta mi casa llegue,
y también en la plegaria
que en estos labios florece.

Va llegando aquella tarde, 
pero sabe diferente
si, con mayor humildad,
el pecador se arrepiente.

Va llegando aquella tarde
y este sesentón se crece
en la nueva ocasión
que el Señor ya le concede.

domingo, 4 de febrero de 2024

El demonio

Se ha estrenado en EEUU con acreditado éxito. Todo el que acierta a conceder el público en general a este tipo de películas, claro. Se llama 'Nefarius' y desde este pasado viernes 2 de febrero puede verse también en España.

Y sí, es el demonio el verdadero protagonista en medio del diálogo entre psiquiatra y sentenciado a muerte que se convierte en el grueso del contenido de la cinta. Eso sí, no es el diablo-espectáculo de ciertas pelis de terror.

El reo es el autor de un puñado de asesinatos en serie, se encuentra en el mismo día de su ejecución. Alega, al profesional que lo atiende, que sus acciones son el resultado de posesiones de las que ha sido víctima.

"El demonio siempre ataca por el punto débil, por la herida". Se lo acabo de escuchar al sacerdote exorcista Eduardo Toraño. Su labor no es sino una ayuda de la Iglesia, un sacramental para crecer en la vida cristiana.

Para él, la visión que ofrece esta cinta profundiza en ello mejor que lo ha hecho la generalidad del cine que lo ha tenido en cuenta. Y nos trae al día a día para, más allá de posesiones y exorcismos, encontrarlo cerca siempre.

Sé que es controvertido tener en cuenta su existencia para una sociedad descreída que no sabe sino atribuir a la maldad directa de las personas, o hasta a mala suerte que suframos, todo aquello malo que nos pasa en la vida.

Deja que te diga que lo veo merodear en mi vida porque a diario lo veo actuar con aparentes pequeñeces, o asuntos mayores, ante las que tantas veces hemos sucumbido. No pondré mis ejemplos. Analiza los tuyos.

Sólo te diré que es necesario reconocer la luz para identificar la sombra cuando aparece. Sin Dios en tu vida, no sabrás del demonio, claro. Pero igual que negar al primero no lo hace inexistente, con el otro ocurre lo mismo.