domingo, 24 de noviembre de 2019

Su Majestad Parkinson

Así como sonaron las gaitas en Camponaraya envolviéndonos inesperadamente en un encuentro no pretendido. Así llegaron los ecos regios, los ayes mágicos. Como la lluvia llegando a Lavacolla, que pasó de molestia en la amanecida a sorprendente necesidad para que el camino supiera realmente a aquella experiencia digna de no ser jamás olvidada. Como tantos momentos disfrutados con ella en los últimos cuatro años, tan gratificantes por su naturaleza como por suponer superación de extremos difíciles. Así llegó.

Hace hoy dos meses que una llamada de Alcaldía hizo pender sobre la cabeza de Carmen una corona aceptada casi en estado de parálisis, de tal sorpresa como instantáneo llenado de la agenda de inusitados ingredientes cotidianos a partir de ese mismo "sí" a través del teléfono. Quién lo esperaba? Quién lo necesitaba? Pero, sobretodo, quien se negaba cuando, superados aquellos temores generados por el Parkinson años ha, caminamos trece días hacia Santiago, volvimos a la bici, a la estación de penitencia o subimos al globo.

La vida es un lindo reto pero el desafío que ahora toca es de tamaño XXL. Por ello, en cuanto el tiempo me lo ha permitido, no dejo pasar más días y comienzo a poner negro sobre blanco algunas reflexiones que van asomando en este nuevo camino. Uno más pero no uno cualquiera. O quizá no más que ése mismo que nos hace peregrinos de la vida sumando experiencias a un zurrón único, tanto por aglutinar todas vengan por donde vengan como por esa otra unicidad que nos reúne en pareja pese a las singularidades de cada cual.

En esta tesitura consten ya el sobresalto de aquel 25 de septiembre como manantial originario del otoño-invierno más atípico de todos los vividos. Y también la voluptuosidad de caudal casi incontrolable aún, como curso alto que arrastra permitiendo cumplir compromisos casi a vuelapluma. La asunción de la noticia, el conocimiento de los compañeros Melchor y Baltasar, la configuración del cortejo, las presentaciones en el Ayuntamiento y la Bodega Los Reyes, la Cena de Reyes Magos, las visitas a Brotons, a las empresas...

Queda tanto por hacer en este terreno como para mantener las terapias en la Asociación, que sigan su curso incorporando en esta nueva aventura a esos hombres y mujeres que luchan a diario domeñando carencias de dopamina y una sintomatología que desfilará este año en las carrozas de la cabalgata. Las de la Ofrenda del Incienso y el Trono de Gaspar sabrán de ello. Aquellos que hace más de tres años hicimos presentes en nuestro Camino de Santiago con los hagstag #3enelcamino y #pkjerez sí que están esta vez a nuestro lado.

Comienza la magia. Qué fuera del vértigo, de las discinesias o de los parones queda en el fuero interno de cada cuál. Pero aseguro que la magia de Sus Majestades los Reyes de Oriente ha llegado ya a un entorno entusiasmado que, lo aseguro categóricamente, merece trono y pedestal. Por todo ello, por cuanto nos regalas a todos, por esa fina posición entre la autoridad moral entre los tuyos, entre los nuestros, y el acompañamiento más eficaz... Gracias Carmen, por tu 'sí' regio. Por tantos 'síes' como tiene nuestra vida.