Mi amada
radio necesitó 38 años antes de alcanzar los 50 millones de
oyentes y la televisión precisó de 13 para alcanzar esa misma
cifra. Internet sin embargo en apenas cuatro años (desde 1991 hasta 1995) alcanzó los mencionados 50 millones de usuarios en todo el mundo. Al filo
del cambio de siglo, distintas fuentes calculan que los usuarios
mundiales de la Red pasaban ya entonces de los 200 millones. Y la
progresión ha continuado después, como no podía ser de otro modo, y sigue haciéndolo.
El futuro está donde está y reconocerlo es un ejercicio no sólo saludable sino también una necesidad a la hora y en la hora de escoger opciones que permitan tirar hacia adelante. Los portales informativos menudean en la provincia con vocación de posicionamiento ante el porvenir y, en no pocos casos, como respuesta a una sobrevenida situación de desempleo que en este gremio mío de nuestras culpas tanto sufre la crisis. Son muchos los nombres de estos nuevos medios que podría evocar ahora.
Pero anoten éste: Costa Cádiz Comunicación. Es periódico y radio on-line. El ámbito, provincial. Presencia en la propia capital, San Fernando, Puerto Real, Rota..., abre en estos momentos con la última hora en torno a Gibraltar, cortes de tráfico en El Puerto, las fiestas de Regla en Chipiona, las carreras de caballos de Sanlúcar, alguna información de Chiclana... Abarca, sí. Si consiguen, además, apretar desmintiendo el viejo dicho no puedo confirmarlo. Al menos de momento. Pero le echan ganas.
Ahora me piden contar con este mi blog junto a otros de tan variada pluma como los de Juan Bouza, Francisco González Cabañas, Diego Cruz, Mamen Pedemonte, Juan Antonio González, Ignacio Bermejo, Jesús Sánchez Ferragut o Alberto Espinosa. Y cualquier prolongación del eco de mis pensamientos no puede sino ser aplaudido por quien, pese a todo, no pretende, y espero no decepcionar a nadie, sino seguir escribiendo para sí mismo. Por ello, por ejemplo, no contesto a nadie en el blog. Aunque espero recibir opiniones.
Sumarme a la causa de Costa Cádiz Comunicación no es, por tanto, sino ser gentil con su responsable, Stilita Mosteiro, que se ha detenido a alabar el resultado de mi dedicación a la blogosfera solicitándome la incorporación. Y, por supuesto, alentar iniciativas como ésta que, como tantas otras en la misma línea local en la Red, necesitamos funcionando como Dios manda para que la comunicación, que tantos sufrimientos nos está generando de un tiempo a esta parte, siga recibiendo la inyección de ilusión que necesita.
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