lunes, 15 de agosto de 2022

Un 'tsunami' de chichinabo


Ayer estuve en Valdelagrana. Bueno, realmente ocupamos sitio en esa confluencia con la playa de Levante que me gusta más y nos aparta de muchedumbres domingueras mayores. Y algunos de los cotilleos bajo las sombrillas seguían recordando el famoso "tsunami" de un par de días antes.

Es cierto que la arena mantenía ese nivel de compactación en una zona más alta de lo que habitualmente llamamos "arena mojada". Pero también es verdad que ver al fondo los picos de Cádiz y Puerto Sherry cercando la concha de esa parte de la Bahía parecía querer confirmar la exageración.

Aún me da vergüenza ajena recordar cómo se la colaban a Matías Prats. Que tan admirado compañero anunciara un "minitsunami en El Puerto de Santa María" era sonrojante. Ni el previsible coeficiente de mareas más alto del año ni la luna llena ni el pequeño terremoto conocido luego lo justificaban.

Y ayer domingo volvió a ocurrir que la marea subió y lo hizo acercándose al chiringuito en el que, el día de autos, alguna tumbona llegó a verse flotando. Desde que supe lo ocurrido hace unos días y cómo fue vendido informativamente andaba buscando videos de esas grandísimas olas que cacareaban.

La megafonía avisaba que la marea subiría hasta las seis de la tarde, el vendedor de las bombas de nutella prometía manguitos de regalo a sus compradores "por si vuelve el tsunami" y nosotros, con un Absolut con limón en las manos, advertimos desde el chiringuito la naturaleza del acontecimiento.

El planeta arde. O se inunda, pero de verdad. Los conflictos bélicos nos acucian, ya en Ucrania u otros olvidados en África. La crisis de la energía, una inflación desbocada, los mamoneos diplomáticos, los despropósitos patrios... Pero, al final, no somos nada sin nuestros culebrones locales de tres al cuarto.

Salió pronto el Ayuntamiento de El Puerto aclarando que no era para tanto. Y salgo yo para reirme un rato de estas cosas nuestras. Debe ser por las horas tumbados al sol. Digo yo. En cualquier caso, bueno estuvo lo que para tan buena tertulia dio con la copa en la mano en la terraza del chiringuito.