sábado, 25 de marzo de 2017

Romance de la Cuaresma

Creo que es 'Alma de Dios'
lo que de fondo ya suena
en esta noche de marzo
mientras tomamos la cena.

En el primer plato dudo,
en el postre ya la escena
se me figura en la mente.
Por eso pongo la antena!

El ensayo de la banda...
el sabor a hierbabuena...
y un airecillo cálido
que al punto se codean.

En el cuarto capirotes,
penitencias de alacena
hasta que llegue la hora
de esas jornadas tan buenas.

Un par de semanas faltan,
casi cuarenta años dejan
una impronta sin hartazgo
que busca subir almenas.

Y, en el castillo de sueños
a los que el tiempo doblega,
el corazón ya crepita
sabores a miel y almendra.

Las torrijas y alpisteras
la boca 'enterciopelan'
mientras la sarga aun la plancha
no conoce y desespera.

Pero las vísperas mandan
y los pasos ya modelan
para que los días santos
acaben la duermevela...

que este tiempo de Cuaresma
aún acuna en la pena
de la ocasión que se escapa
sin aprovechar de veras.

Es tiempo de introspección,
de agarrarnos las cadenas
y convertir tanto anhelo
ya en la gloria que se espera.

Crucificado en el templo...
la dolorosa de hebrea...
los quinarios... besamanos...
funciones llenas de cera...

Y yo que, en tiempos de cambio,
me aparto con la cautela
de quien yendo a lo importante
ya se deja de quimeras...

en la noche de este ensayo
de la banda que así suena
recupera repelucos
mientras termina la cena.

Miro y remiro ese plato
que he vaciado de lentejas.
Parezco ver ese otro
que denominan patena!

Eso sí que es un paso!
Pero enseñar la condena
lo harán arte y oración
al final de esta Cuaresma!


domingo, 12 de marzo de 2017

Romance de la cola

Ha tocado guardar cola
y eso siempre desespera.
Es la hora de almorzar
y tras aquella carrera
que nos llevó a Los Toruños
no hay otra: comemos fuera!

"Vamos a Valdelagrana?"
Vayamos, que esto no espera.
El estómago reclama
con gruñidos de pantera
y frente al mar hay opciones
para todas las carteras.

Y hete aquí que buscamos
montaditos en aquella
franquicia que tiene cien.
Qué idea más certera!
Pero tantos lo pensaron
que la cola larga era. 

Por delante un grupo de hombres
aguantando la llorera
de una pena subsanada
a base de humor de urgencia:
unas gracias, unas risas
y un puñado de ocurrencias.

Entonces llegó ocasión
de retorcerse de veras.
Apareció una chica 
sin ganas de tanta espera
y rogó a aquellos hombres
que un cocacola pidieran.

El turno le fue cedido
no sin sorna ni maneras
de expresar el buen humor
que se gasta en esta tierra.
Y, entre las bromas, un precio:
"Una cerveza te cuesta!"

Ni corta ni perezosa
la chavala les contesta
con una birra en la mano
que los dejó sin respuesta
Expresión del maremagnum
al que la cola se presta!

Y llegué yo al mostrador
con mi lista en la cabeza,
montaditos numerados,
patatas, baicon y cheddar,
la salchichas con sus salsas
y en mi mano la tarjeta.

Pero junto a tantas risas
aún faltaba la tragedia
de un infeliz infortunio:
"Mejor billete y moneda,
que se nos ha ido el wiffi".
Vaya por Dios y mi espera!

Y, a la chica que atendía
sin esperar mi respuesta,
le tocó que yo soltara
por la boca las postreras
razones de tanto encono:
"Un billete de diez queda!"

"Y yo de aquí no me voy",
dije rotundo: "Por ésta!"
"A ver como resolvéis
la molesta papeleta!"
Y aún dije otras cosas.
Quizá en el verso no quepan.

Pero tuve que callarme
con el rabo entre las piernas:
"Son diez euros, no se enfade,
basta el billete que lleva!"
Pues nada, que en esta cola
se amontonan las sorpresas.

Tenía mucho que contar
cuando llegara a la mesa
y, esperando a que llamaran
cuando el pedido estuviera,
los detalles provocaban
la risa de mi Carmela.

La megafonía nombraba
con cansina cantinela
a quien tenía preparado
lo que en listas 'comanderas'
quedó anotado exprofeso
pero aún faltaba en las mesas.

"Paqui!", dice el del micrófono.
Y, mientras llega y no llega, 
otros nombres en su boca
dan la risa en torrentera.
"Traviesa, Pedro, Rabiosa..."
"Paqui!", repite el que apela.

Qué de 'paquis' vienen hoy.
Es la misma y no se entera?
"Gabi!" Me llama el del micro.
"Paqui!" añade puñetera
la mención de aquél que llama,
cansado de quien no llega!

"Ha dicho Gabi o Paqui?"
La situación ya me altera
mientras yo me multiplico
y la ausente sólo resta.
Entre las mesas, miradas
y risas se cruzan llenas...

de complicidad no extraña
sufriendo aquella condena
que nos propone tu nombre,
Paqui de mis entretelas.
Dónde estas metida, hija,
que nos duele la cabeza

y haces salir al que llama
de la cocina a la puerta?
Con el gorro bajo el brazo
y desesperación cierta
grita, y con él todo el mundo,
el nombre de tal contienda:

"Paqui, Paqui, Paqui, Paqui...!"
Y la tal no es que aparezca.
Se la tragaría la tierra!
O quizá se derritiera!
Pero hacer cola y pagar
sin comer no hay quien lo entienda!