viernes, 29 de agosto de 2014

Mamelón, serpiente de verano

El 'agosteo' informativo es así. Digo yo. Y no siempre, lo aseguro, tiene en la carencia de temas de interés la aparición de estos otros de cotorreo y sorpresa para el consumidor de los medios de comunicación o las redes sociales. El ejemplo de este año llega de la mano de un centro de interés fundamental que para nada fue artificial ni sobre explotado: la salida desde Jerez de la Vuelta Ciclista a España.

Pero las serpientes de verano afloran, parece ser, más como fruto del calor que de la ausencia de titulares a los que prestar atención. Y seguimos con el ejemplo: dejaron las bicicletas una estampa inedita del Mamelón, lugar de inicio de la ronda de las dos ruedas, y a ella nos aferramos ahora para seguir llenando papel, ondas y redes con reflexiones para todos los gustos. Y ninguna con desperdicio.

El Ayuntamiento de Jerez aprovecha, deja la céntrica plaza dispuesta a cambiar el uso como plató-parrilla de salida por el de escenario del cante y el baile y nos plantamos ante la más singular edición de la Fiesta de la Bulería que hayamos podido echarnos a la cara. Suma a ellos, querido amigo, la gratuidad del espectáculo con supuesto perjuicio para el crédito de la cita y la seguridad, dicen, y apaga y vámomos.

Y ahora hay que leer y reeler, basta recorrer los comentarios en un conocido grupo de whassap de 'canalla' muy específica, propuestas para todos los gustos para perpetuar el Mamelón como lugar de encuentro. De todo se sugiere entre la socarronería y la imaginación exaltada con agudeza espectacular. Debate habemus. Y cachondeo también. Cosas de la canícula, siempre necesitada de tertulia playera.

sábado, 23 de agosto de 2014

Razones para la melancolía

Soy tan reconocido afecto a la causa como impudoroso reconocedor de aquello que marca mis días como fruto de ansias de crecimiento interior acaso desmedidas para algunos, que no para mí. Así, más allá de aquella "dicha de estar triste" como la calificaba Víctor Hugo, he querido profundizar en el sentido de la melancolía... de mi evidente e inevitable melancolía.

Mi amigo Antonio, me señala ese estado habitual. Y yo agradezco sobremanera su capacidad de observación, que no indica sino atención y cariño seguro así como curiosa mirada a mi ser y mi estar. Y yo, que hace tiempo que me afilié a las tesis del poeta, dramaturgo y escritor romántico francés mencionado arriba me voy a tener que acusar de decimonónico.

Al menos en el estado de ánimo de aquellos que, por las razones históricas que ahora no voy a analizar, cuajaron esa indecisión que llevaba a los griegos a barajar razones naturales y a los latinos aquellas otras éticas. Es el Renacimiento el que bautiza la cuestión de marras y la modernidad la que habla de depresión. A mí me gusta mucho más otras cosas leídas.

Quien la sufre o disfruta (recordad la "dicha" pregonada por Víctor Hugo) busca un sentido a la vida, un esfuerzo de lucidez aunque aparezca como alguien que vaga errante, como desterrado. Es constante la definición como lucha aparentemente sin esperanzas, sin fe, plasmada, en cualquier caso, en multitud de referencias escritas y otras manifestaciones culturales.

"Los genios no sufrían la melancolía de forma puntual como crisis, sino como estado asociado a su vida", leo. Y en esa tesis me siento cómodo. Pero ya veréis, queridos todos, como aparecerá alguien, no menos querido, y me tacha de ególatra creyendo que me incluyo entre los primeros. Dicho dejo que no está hecho para los simples esto en torno a lo que hoy me enredo.

También dejo apuntado que no es cosa para preocuparse y sí para entender una filosofía de vida que permite acomodar los sinsabores sin que, por no esperar mucho más en el fondo, ello ocasione vuelcos irreparables en la vida. Al final, lo único importante es dejar poso. Y yo, con Aristóteles, participo de la relación que tiene este estado con la capacidad creativa.

Ideal pues para seguir afrontando, por lo tanto, aportaciones y reflexiones en mi bitácora. No habrá nunca mal que por bien no venga. Así lo he creído firmemente siempre. Otra cosa es que tenga o no claro si estamos hablando de una botella medio llena. Porqué no considerarla llena hasta el gollete de cosas buenas? Piénsalo que cavilando me tiene. Palabra de Gaby!


jueves, 21 de agosto de 2014

Pedalear para subir el repecho

La alcaldesa de Jerez en la presentación hoy de TVE
La presencia del acontecimiento en la ciudad es buena y quiero creer que la intención de apostar por segundo año consecutivo por ello va más allá de ganar unas elecciones el año que viene. Cuando empieza a olvidársenos que hace sólo un par de años Jerez era conocida nacionalmente por aquella huelga de basuras tan tremenda o por otros conflictos de gran intensidad, regresa la Vuelta Ciclista a España convirtiendo nuestro callejero en el referente de partida.

Ahora se le podrán buscar pegas, y me sorprenden algunas que me llegan y que son el resultado de retorcer el rizo hasta límites verdaderamente impresentables, pero lo cierto es que cuando el Mamelón se transforma para ser ese punto de inicio de la contrarreloj de la primera jornada que nos regala una envidiable y seguro envidiada proyección todo adquiere fragancias de despegue para una tierra muy castigada.

Luego llegarán las cifras del paro y, aunque van brindando en los últimos meses otros signos (menos visibles aquí que en el resto de España, es cierto), a alguno se le ocurrirá recordar que esto de las bicicletas no resolvió el problema del desempleo en la ciudad. Alguien lo espera? Pero la inercia de acogida de acontecimientos posicionan a Jerez en un lugar del escaparate patrio que poco tiene que ver con lo que hemos sido hasta hace muy poco.

No me voy a prestar al aplauso facilón ni comprar a precio de saldo por hitos de relumbrón. No me presto a mayor admiración que la justa ante cuanto, afortunadamente desde luego, le está pasando a la ciudad de un tiempo a esta parte. Pero no nos cabe más que la expectación ante lo que pueda generar este tipo de iniciativas. Pedalear es lo único posible, al fin y al cabo, para subir el repecho. Y aún estamos, desde luego, cruzando un puerto duro.

domingo, 17 de agosto de 2014

El fútbol como excusa

El Atlético de Madrid con el LX Trofeo Carranza conquistado ayer.
Dar la enhorabuena a los gaditanos por el nuevo éxito que ha supuesto el Trofeo Carranza un año más, y en esta ocasión se sumaban ya sesenta, es el ejercicio voluntario de desapego a uno de esos viejos vicios que se adhirieron pronto al fútbol: las batallas entre identidades vecinas que, como no se deben dirimir a mamporro limpio, eligen el verde del césped como mesa de estrategias 'bélicas'. 

Quede pronto claro que lo mío es el azulino, color que con respeto a todos ahora no se sabe bien en qué tarrito conserva más legítimamente la ínfima esencia en la que, por las categorías en que andan los diversos xerecismos, ha quedado el que asomara la nariz en Primera División hace solo cinco años. Y, dicho ello, vaya por delante mi agradecimiento a la afición amarilla por el elegante silencio al respecto.

Pero, yendo a lo que me llama a abrir mi blog cuando la tarde del domingo cae y en la Tácita de Plata hacen balance más allá de los resultados deportivos, me anoto dos datos que hoy se han dado a conocer: 31.000 personas disfrutaron de unas barbacoas en la playa que, se haya ido o no al fútbol, son de obligado cumplimiento en el estío gaditano. 25 toneladas de basura han generado.

Preguntar a los participantes del despliegue de costillas, alitas y chistorras sobre las brasas por los autores de los goles de la final puede ser un ejercicio interesante. Como si hacemos lo propio chequeando la tristeza que les haya quedado porque el Cádiz no haya llegado a la final. Es el Carranza. Es verano. El fútbol está también muy bien como excusa para pasarlo bien. Que es un juego.

Y ahora que leo mucho un eslogan que se queja contra el fútbol como negocio, ahora que el Murcia le ha visto las orejas al lobo, ahora que el Xerez se arrastra con la identidad repartida (aunque sea de modo desigual), ahora que no hay el menor pudor por reunir a los cuarenta mejores jugadores del mundo en apenas cinco equipos... Ahora es cuando hay que alegrarse de los que lo trivializan.

No al fútbol negocio. Sí a las barbacoas del Carranza. Quién ganó el trofeo, por cierto? Qué más da! Quien lo mereció. El resto? Los mangantes? Los manejos oscuros? La acumulación de deuda? Los disgustos de los pobres aficionados? Todo ello a la pira del carbón, para que los buenos ratos queden, vuelta y vuelta, a gusto de la gente sencilla que sólo quiere el fútbol para pasarlo bien!

sábado, 16 de agosto de 2014

Aquello que llamaban huelga

En modo reflexión laboral. Así me coloco ante el ordenador. Tiene narices estando de vacaciones. Lo tiene más aún siendo tarde de sábado. Pero releeo aquellos datos que hace sólo unos días cifraban en casi 20.700 las horas de reivindicación por medio del paro de la actividad que han sido evitadas en la provincia por medio del Sercla durante el primer semestre de este año. Y creo, sinceramente, que la serenidad estival ofrece las mejores condiciones para tener una sentada y mirarnos, en efecto, lo que fue de aquello que llamaban huelga.

El éxito del Sistema Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales de Andalucía es una buena noticia en un mundo, el laboral, que no anda sobrado de tantas nuevas como para que hagamos de menos este esfuerzo que, para empezar y por propia definición del órgano, lo primero que hace es evitar que los tribunales se vean peor aún de como ya se encuentran. Pero es que además, como quiera que no está el horno para bollos, bueno es que estos acuerdos cimenten una situación de consenso entre empresariado y trabajadores.

Y como uno no es iluso y sabe que en esa relación jamás habrá quien, de verdad, sustituya a los que siempre tuvieron la sartén por el mango llega la hora también de no olvidar la necesidad de defensa de la parte social. Mientras los sindicatos terminan de ponerse al día para ello en un escenario que, por ser distinto, requiere actuar de modo también diferente yo ya apunto que obcecarse en ciertas defensas termina encabronando a quienes contemplan una situación bastante peor sin la menor atención por parte de las centrales. Pero no entraré en esos detalles ahora.

Más me interesa preguntarme hacia donde va aquello que llamaban huelga. No tengo la respuesta. Pero sí la percepción que del mismo modo que no saldremos de la crisis, lamentablemente para quienes gozamos de derechos laborales que hayan podido ir diluyéndose, con igual situación que dejamos allá cuando hace siete veranos entrábamos en esta tormenta tampoco habrán de ser los mismos métodos los que nos devuelvan parte de lo perdido. Y si la crisis, y el Sercla, nos hubieran enseñado a dialogar habrá que insistir en ello en el futuro.

viernes, 15 de agosto de 2014

Nada como el hogar para amueblarnos la cabeza

No hace falta pedir directamente que cambies los muebles de tu casa para inducirte a ello. Por ello, por muy multinacional que se sea del sector (y en este caso más que para ello tienes medios), nada mejor que poner a funcionar la capacidad creativa. Y en Ikea, que ya se hizo sitio alguna vez en este mi blog, lo saben bien.

Tras la famosa sillita aquella tan peregrina y que tantas alegrías e independencia ponía al alcance del vejete de turno, o alguna otra que tampoco pasamos por alto, ahora llega una campaña con un slogan de frase bien traída: 'Nada como el hogar para amueblarnos la cabeza'. Y a mí me parece sencillamente genial.

He de reconocer que los muebles de la popular firma sueca a mí me gustan, por lo general, lo justo aunque sea un terreno poco dado a meterlo todo en el mismo saco. Unas cosas se acercan más a mis gustos que otras. Evidentemente. Pero la creación publicitaria, sea propia o ajena, está a un nivel increíblemente alto.

Para empezar, vender la idea de una comodidad que está en nosotros mismos es un inteligente ejercicio de dejación del protagonismo propio. E ir a Ikea porque nos han demostrado que piensan es un modo de llevarnos al huerto como otro cualquiera, aunque sea por distinto camino. Ya lo notarán en la facturación.

Escribo esto en un día de enclaustramiento hogareño por mor de una fiebre y mal cuerpo en general (algún enfriamiento supongo). Y parecía el día de encontrar los atractivos caseros. En esa búsqueda me he asido a la frase de marras para entender qué me conviene en la actual tesitura.

Pese a todo, y con el permiso de los suecos, a ver si me recupero pronto y comienzo de nuevo a perder la cabeza en la calle. Que para ello es agosto, y estoy de vacaciones. Por lo demás, mi admiración a creativos tan capaces de hacernos pensar. Aunque de paso pretendan vendernos, que de eso se trata.

jueves, 14 de agosto de 2014

Ascendiendo!

De nada sirve el remanso vacacional si no es desde la convicción, asumida desde el minuto cero, que hacer descender el biorritmo para acomodarse a la necesaria recuperación física y mental que buscamos cada estío conducirá más pronto que tarde a la realización del consecuente esfuerzo posterior por levantar cabeza para comenzar un nuevo curso de actividad laboral y de todos esos ámbitos que, de septiembre a julio, vengo a denominar con un título genérico: la normalidad.

"Eres un cenizo, Gaby", acaban de decirme aquí, mientras escribo recordando que apenas restan veinte días para la vuelta al tajo. Pero es la verdad, cuando has consumido ya un par de semanas de ese anual descanso tan esperado aparece ese extraño bichito llamado conciencia. El aviso siempre llega en el momento del solaz, cuando uno está más desconectado. Se te cruza ante la vista un almanaque y terminas liándola. Sin necesidad aún, todo hay que decirlo. Pero es así.

Queda más de lo consumido pero algo comienza a apuntarte que no conviene que te duermas. Tu biología, tu psique, tu... Qué sé yo qué narices es lo que activa una necesidad de ir ascendiendo en tu compromiso con la normalidad. Pero ocurre. Y no es necesario que falten solo un par de días para tu incorporación. A la vista está. Es víspera del día de la Asunción y es como si uno supiera que, traspasado el umbral de este puente, los días de agosto que restan comenzarán a correr.

Ascender no es malo. La normalidad menos aún. Que ese tono positivo me redima. La necesidad de las vacaciones son tantas como, pese a que el chip cambió para bien, el regreso a aquello que nos marca la cotidianidad. Somos así de desgraciados. O no, o realmente lo que somos es animales de costumbres. Mientras, seguiré disfrutando de lo que vaya pudiendo. Mientras, seguiré en las reflexiones que me entretienen la mente y condicionan este verano.