martes, 10 de enero de 2023

Ser para compartir

Consultaba su reloj y sonreía. Sentado solo, en aquella mesa en el bosque, aquel personaje esbozaba la esperanza cierta de una posibilidad incierta: que la espera no fuera en balde. Así fue como me detuve sintiendo en mi blog el momento que tocaba.

Dos meses después y rompiendo un silencio que se descubriría provechoso, leí aquel 'Renacer para ser'. Era otra bitácora aquella que me ofrecía como regalo una entrada para mí. Sólo para mí, siendo para ella. Así pues, ésta solo es para ella, siendo para mí.

Ya no es aquel del sombrero, el melancólico de la incierta espera. Ahora es el que luce el reloj que solo marca el presente. Ése que ves. Ése que llegó en unas fechas navideñas memorables. Y, por ello, retomo hoy. Pero no desde aquel (el de mi blog) sino desde aquella.

Ambos crecemos para ser. Ambos crecemos siendo más nosotros mismos compartiendo. Y la edificación memorable que se eleva desde semejante compromiso es logia que abre sus arcadas hacia el futuro sin vivir más que el ahora. Es para ti. Y para mí. Es para ambos.