lunes, 5 de agosto de 2013

Graduados sociales

Policías, médicos, abogados o periodistas hemos encontrado alguna vez en la tele interpretaciones presentadoras de esos 'alter ego' en los que encontrar, con mayor o menor acierto, virtudes y defectos de unos colectivos profesionales tan capaces de toparse con el mundo convirtiéndose en los héroes o los villanos de la cotidianidad.

Acabo de desayunar con Juan José Álvarez y Paco Cejas, dos graduados sociales que se me reafirman como inspiración atinada de una nueva serie que, en términos similares a lo que la pequeña pantalla ha venido ofreciendo en las últimas décadas, me brindan la oportunidad de repensar un guión expresamente escrito para ellos.

Si vuelvo a llamar retranca al fino y socarrón humor que se gastan al menos uno de ellos me repetirá que si eso significa disponer del doble capacidad varonil. De lo que no caben dudas es de que jamás la teleserie consecuente podría apartarse de la comedia. Una especie de 'Los hombres de Paco' con togas (o sin ellas)? Pues quizá.

Profesión a la que la crisis se presenta con individualizados casos sobre la mesa de los despachos, los graduados sociales son sin embargo tan fieles testigos de los estragos que sufre la generalidad de la sociedad, de uno u otro modo, que ellos, como tragicómicos al uso, van de la cachaza al tono grave en un plis plas. Un espectáculo por momentos.

Me producen admiración. Al menos estos dos. Y me preocupan a ratos con sus reflexiones porque se huele tanto que la alta profesionalidad ante la que nos encontramos es irrefutable que encomendarse a ellos se convierte en un ejercicio de fe ciega. El FMI, la Merkel o Rajoy tendrán mucho que decir sobre la actual situación pero ellos también.

No me darán estas vacaciones para escribirles el guión. Pero lo dejo caer como idea gratuita para quien se anime a ello. La oportunidad actual es indudable. Al fin y al cabo son certero paño de lágrimas de tantos cuantos se estrellan a diario con los mil y un casos que viene generando el momento económico. Y con ellos, además, el chascarrillo viene de serie.

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