miércoles, 29 de septiembre de 2010

La huelga de las puertas entornadas

Entre la inoportunidad de una reforma laboral socialista deplorable (basta con escuchar a los sindicatos) y una huelga general convocada a destiempo (cuánto se ha esperado un pronunciamiento de las centrales contra política económica tan incapaz) intenté ubicar un posicionamiento personal nada fácil para este 29 de septiembre.
A José Manuel Trillo y Pedro Alemán les hice ver mi aliento a una medida en la que, para este día de hoy, ya anunciaba que mi huelga consistiría en contar la huelga. Pero, en mi disquisición propia, le rubriqué mi esperanza de que esto sirviera para algo. Y, aunque no podía negar mi excepticismo, lo cierto es que mi pragmatismo siempre apunta a la esperanza.
Pero ciertas contradicciones claman al cielo. Y ni siquiera hace falta que haya pasado el mediodía para lamentar ya la incongruencia de unos piquetes tan capaces de cruzar de la puerta de garaje de Cojetusa a la acera de enfrente para desayunar en un conocido bar como de entrar a saco en otro de la calle Larga con actitud amedrentadora.
No era eso, queridos sindicalistas, lo que esperaba de vosotros cuando cruzaba palabras con Trillo y Alemán hace unas semanas. Y eso que ya entonces preferían decir barbaridades como que la huelga iba contra la derecha, cuando la empresarial no ha dicho esta boca es mía (que la reforma es cosa de ZP) ni la política es la que ha legislado al respecto.
En medio de mis disquisiciones, avanza este 29-S. Y no paro de comprobar que es la 'huelga de las puertas entornadas'. O sea, no sólo no se ha paralizado el país, que sería lo único que permitiría hablar del éxito de una convocatoria de huelga general, sino que, además, hay mucha más gente trabajando de la que parece.
He visto bares, centros de salud, colegios, agencias de viajes, copisterías o centros laborales de todo tipo, con la puerta semi abierta o cerrada pero con luz dentro o gente 'jodida' porque no la dejaban desayunar a gusto o autónomos que han cogido su coche (pese al rótulo del negocio en el lateral) o actitudes no especialmente prestas a perder el día.
Algo no funciona en este país cuando quien quiere ejercer su derecho a trabajar ha de hacerlo con las puertas entornadas. Algo no funciona en esta Democracia si, encima, los líderes sindicales se dedican a hacer brindis al sol, exagerar con las cifras de participación (ya han comenzado) o intentar hacernos comulgar con ruedas de molino. Qué pena de país.

martes, 28 de septiembre de 2010

Iglesia ecológica para Puertas del Sur

La parroquia de San Juan Grande y Nuestra Señora de la Candelaria, con feligresía delimitada en Puertas del Sur e intención de contar con templo en la zona lo antes posible, ha cumplido ya diez años de bienintencionada labor del párroco y techo prestado en las instalaciones de Upace para las misas dominicales.
La mitad de esa década lleva al frente del proyecto el sacerdote Enrique Soler Gil, responsable pastoral de la feligresía y ahora también delegado diocesano de Patrimonio. Él ha tenido que bregar con la obligación de entusiasmar a los fieles con un proyecto de construcción muy lastrado por la crisis, más aún en barrios tan populares.
Alrededor de un millón de euros cuesta la creación de un complejo parroquial normalito y, a falta de otras posibilidades, es muy necesario recurrir al viejo instrumento de la cuestación popular. Y ello hace que San Juan Bautista de la Salle (parroquia junto a Hipercor) vaya, por ejemplo, saliendo poco a poco adelante con su construcción.
Costos rebajados a un tercio
Otras como la de El Rocío (junto a la avenida de Arcos) sigue siendo apenas un solar con una cruz. Y en ésas sigue ésta otra de Puertas del Sur, impedida de afrontar una obra convencional de esa envergadura imprescindible si se quiere contar con lugar celebrativo, salones parroquiales para catequesis y otros menesteres o casa para el cura.
Soler, sin embargo, trabaja ya en la fórmula más novedosa que ha sido planteada jamás para un uso de estas características. La aparición en escena de dos amigos arquitectos, Miguel Ángel López Barba y José María Gessa, le acercaron a lo más vanguardista en materia de arquitectura sostenible: los contenedores de transporte marítimo.
«Tienen una vida útil limitada por medio de una normativa muy exigente y pronto quedan desechados una vez han cumplido el fin para el que fueron hechos», explica con entusiasmo el sacerdote, quien aclara que, además, «existe gran cantidad de este material que puede adquirirse a bajo coste o, incluso, se puede obtener gratuitamente asumiendo el transporte».
Se usan de modo que son apilados según la conveniencia que la construcción demande. «No se trata de utilizarlos como contenedores ocupándolos interiormente como los prefabricados, sino de hacer una construcción con los contenedores», detalla con la soltura de quien no ha cesado en la búsqueda de referencias.
Contenedores apilables
Consiste, básicamente, en crear un espacio central amplio y, por tanto, «es como reinventar los patios de vecinos o los corrales de comedias». Luego hay que cubrir ese espacio y, ahora sí, organizar, igualmente, con despachos o salones los habitáculos otrora dispuestos para transportar en barco coches, cereales o equipamientos informáticos.
«Presentamos al obispo la propuesta y le ha encantado, y también al ecónomo de la diócesis», avanza. Por ello el proyecto coge cuerpo aunque «a mí, en un primero momento, he de reconocer que me dio mucha pereza tener que comenzar a convencer a la gente de que esto es una cosa factible», señala Enrique Soler.
Pendientes aún del plácet y permisos oficiales, ya se prepara una primera fase que requeriría de once contenedores grandes (12 metros de largo) y dos pequeños (6 metros). Con ello se podría construir un primer lugar de celebración católica que, una vez finalizado el conjunto parroquial, quedase como posible capilla sacramental.
Son 1.500 los metros cuadrados que aguardan esta actuación. A la espalda de las instalaciones de Upace mira hacia el parque que es, hoy por hoy, corazón de la zona de Puertas del Sur.
(La Voz, 27-Septiembre-2010)

El colaboracionismo vecinal adelanta obras condenadas a esperar a 2011

La junta directiva de Palos Blancos llevará esta semana a su próxima reunión ordinaria la toma de decisión sobre tres pequeñas obras que son necesarias para esta zona residencial. La idea que será propuesta es que se acojan a lo más nuevo para vencer la parálisis que impone el agotamiento del presupuesto anual de Infraestructura y Vivienda, que el Ayuntamiento ponga la mano de obra y la asociación de vecinos se ocupe de buscar el material. Es el modo de que esta necesidad no duerma más tiempo el sueño de los justos.
La convicción de que sólo algo así, implicarse gastando el dinero de la asociación en cemento y ladrillos, hará posible contar con las instancias municipales para salvar esas pequeñas dificultades en la vida cotidiana de los vecinos, da la vuelta a un viejo y conocido colaboracionismo. Históricamente era más común el orientado a proponer que «si tienen una lata de pintura que sobre nosotros mismos nos ocupamos de coger las brochas», recuerda Sebastián Peña, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos Solidaridad.
Al máximo dirigente vecinal jerezano, sin embargo, esta actitud consistente en salirle al paso al Ayuntamiento le parece «muy mal porque ya que todavía no nos han pagado siquiera la subvención correspondiente a 2009, ahora no nos van a venir con esto, eso es de locos». Y, sin embargo, otros sí que se prestan a echar ese cable. La asociación que preside Jesús Palomo (Palos Blancos) afronta la posibilidad asegurando estar por la labor en función del empeoramiento de esas ciertas carencias que sufren y cuyo futuro abordarán esta semana.
El caso de Palos Blancos
«Los tres puntos de nuestro callejero que hasta ahora habían sido peligrosos en el barrio han pasado a necesitar de actuaciones de una urgencia enorme», dice Palomo recordando huesos rotos y hasta reclamaciones judiciales por las caídas que se han sufrido fruto del mal estado de ciertos acerados, un ejemplo de las razones por las que no faltan vecinos que prefieren del mal el menor. En Ciudasol, La Plata o Majarromaque ya han pasado también a la acción en unos términos parecidos.
Antonio Fernández Ortega, el delegado de Infraestructura y Vivienda, asegura que «esto ha surgido a petición de los propios colectivos, asociaciones de vecinos e incluso otras delegaciones municipales como las de Deportes para los polideportivos, Educación para los colegios, Cultura o Turismo». Las prisas, que siempre fueron malas consejeras, se convierten, sin embargo, en causa de un paso dado, en cualquier caso, ante el vacío manifiesto del que hacen gala las arcas municipales.
«Pero la mano de obra es casi siempre lo más caro», recuerda el delegado de Infraestructura y Vivienda animando a quien quiera plantearse la oportunidad y en la certeza de que, los datos parecen cantarlo, «la experiencia está dando resultado». Fue a inicios de este pasado verano cuando comenzaron a surgir estas peticiones que, en buena parte de los casos, pasan por labores de pintura aunque Ciudasol ya se adelantó a Palos Blancos en una petición común, la del arreglos de acerados.
Dos millones casi agotados
Fernández reconoce que, de no ser así, «habría que esperar al presupuesto del próximo año». Dos millones de euros previstos para inversiones de Infraestructura este año han sido ya consumidos dejando el último trimestre al albur de iniciativas auspiciadas a la imagen y semejanza de cuantas han venido impulsándose de este modo.
Y para quien no termine de animarse siempre queda la posibilidad, porque en realidad los fondos para inversiones en barrios no están aún a cero, de que las asociaciones no deban poner todo el coste del material. El caso es mojarse en un colaboracionismo convertido en herramienta para la mejora de una ciudad que ya tiene 'en cocina' los próximos presupuestos municipales.
El delegado de Infraestructura y Vivienda prevé contar, para el ejercicio 2011, con similar cantidad para inversiones en parques infantiles, 'marea negra' o reparaciones en centros de barrio. «Lo que sí está claro es que los barrios no los vamos a dejar abandonados, nuestro lema es 'tu barrio es nuestro centro'», insiste Antonio Fernández. Este año aún por concluir, sin embargo, ha de completarse con la colaboración de los vecinos. Ya se verá el siguiente.
(La Voz, 27-Septiembre-2010)

Veredicto para Pilar Sánchez

Tres días sin filtración alguna sobre la evolución de las posturas al respecto han creado la gran incertidumbre externa con la que la ejecutiva provincial del PSOE abordará esta tarde, en Cádiz, una de las decisiones internas más esperadas en la ciudad. Aunque sólo sea para salir de dudas ante tan dilatado debate. Las posibilidades de que Pilar Sánchez repita como candidata a la Alcaldía de Jerez en 2011 pasan por este encuentro que tanta expectación causa. El apoyo que recibió, mayoritario que no unánime, en la ejecutiva local jerezana celebrada hace algo más de una semana es su aval en estos momentos. Pero no deja de reconocerse que «no todo está hecho».
Ese mutismo reciente con el que se llega a la reunión no constribuye a aclarar mucho sobre el consenso pretendido por sus partidarios en torno a la repetición de Sánchez como candidata. Aunque ello se haya querido convertir en consigna tras la reunión de Jerez. Pero si entonces los opositores hacían asomar apenas un puñado de votos para dejar sentado que ni en la ciudad hay unanimidad por su continuidad como opción ante las urnas, la cosa hoy cambia y se sentarán en Cádiz buena parte de sus peores amigos políticos. Francisco González Cabañas, secretario provincial socialista, a la cabeza.
Entre los apoyos más importantes con que cuenta Pilar Sánchez en esta cruda tesitura de pasar por el visado de la ejecutiva provincial del PSOE, pese a su mayoría absoluta de hace tres años y medio o los paños calientes que puedan ponerse sobre que su gestión haya estado marcada por la actual situación de crisis, está José Antonio Griñán. El presidente andaluz, sea por creer en ella o por aferrarse a la opción que le proporciona frente a Cabañas para ejercer un mayor control orgánico del partido en la provincia, ya se ha pronunciado en varias ocasiones. Pero a nadie se le escapa que no está en la reunión.
Al tejado de la regional
Entre las actitudes que pudieran aparecer en torno a la mesa del encuentro de esta tarde se apunta la posibilidad de enviar el balón al tejado de la ejecutiva regional previa proliferación de las abstenciones en la provincial. Aún así, en Sevilla no todo es como alumbra la actitud de Griñán, según pudo saber este medio. No todas las voces se pronuncian a favor de que Pilar Sánchez encabece la lista para las municipales. En la federal, que es al final la que aprueba la propuesta entregada por la regional, tampoco faltan bastantes posturas críticas con su continuidad.
La alcaldesa, por su parte, ya ha mostrado públicamente, estos días, una aparente serenidad. «Ésta no es mi guerra, el tema ni me preocupa ni me ocupa», dice mal que le pese estar en el ojo del huracán. Al fin y al cabo es su nombre el que se convierte en objeto de pronunciamientos que, ora por la apetencia socialista de mantener el gobierno de la quinta ciudad andaluza ora porque un posible batacazo electoral no termine también arrastrando al descalabro en la Diputación, pone la mirada de todos en este encuentro de la ejecutiva provincial del PSOE.
(La Voz, 27-Septiembre-2010)

lunes, 20 de septiembre de 2010

Familias llamadas a cambiar de vida

«Nuestra misión es ser luz en medio de las tinieblas». Pero quien, ajeno a semejantes convicciones cristianas, escucha el porqué hacer miles de kilómetros hacia lo desconocido, y sólo con billete de ida, sigue sin entender la razón verdadera que pueda llevar a una pareja joven, con su vida resuelta aquí en su tierra y con niños en edad escolar, a hacer las maletas de este modo.
El Camino Neocatecumenal, movimiento católico que sabe bien del compromiso con su fe de aquellos en los que prosigue la herencia de una labor exigente y fresca nacida del Concilio Vaticano II, los ha tenido formándose en comunidades parroquiales de San Marcos y San Juan de Ávila, en Jerez, y de Nuestra Señora de la O, en Chipiona. Y tres o cuatro lustros después salen al mundo.
Durante ese tiempo en el seno de este itinerario formativo, los padres han fortalecido sus convicciones y los hijos, de cortísima edad en algunos casos, se inician en un compromiso que conocen por la única vía por la que críos tan tiernos pueden hacerlo, la del testimonio. En Bangkog, Novosibirsk, Amberes o Montreal realizarán una labor por la que más que hacer no tendrán más que ser.
No son emigrantes
«Formar un núcleo cristiano, una luz donde ya no la hay», explica Jesús Rodríguez, quien con su esposa Rosario Franco y un hijo de 20 años que lleva el nombre de su padre serán quienes menos kilómetros realicen de entre ellos. Así lo ha decidido un sorteo de destinos. En Bélgica apoyarán la labor de una parroquia que se queda sin seglares comprometidos en medio de la Europa secularizada.
El hijo, sin embargo, podía haber considerado otros planes, máxime con sus estudios de auxiliar de enfermería recién terminados y todo un futuro por delante para no perderse otras cosas en la vida. «Pero él lo tiene muy claro», señala Jesús mientras el joven asiente. El padre no duda en abrir de par en par la alacena de unas convicciones que ellos se niegan a que la sociedad les imponga tener guardadas.
«El Señor ha hecho grandes cosas en nuestra vida, ha restaurado nuestro matrimonio y la voluntad de Dios es que trabajemos allí», sentencia con una seguridad que tiene poco que ver con las dificultades que el mundo plantea a diario. Pero aclara, este taxista jerezano que aún no sabe a qué se dedicará en la ciudad belga de Amberes, que no son emigrantes y que «eso es lo de menos».
Más allá de una mera locura
Más distancia aguarda a Gonzalo Guillén Monje. Él, su esposa María Barbero, que está embarazada de su cuarto hijo, y los restantes miembros de la familia, son miembros, como los Rodríguez Franco, de las comunidades parroquiales de San Marcos. Pero en este otro caso prevalece la condición de profesor de ruso de Gonzalo para que, más allá del sorteo, estuviera más que claro que su destino estaría allá donde más útil resultara su misión.
Guillén entra en las explicaciones de las motivaciones para irse con su familia a Novosibirsk, la capital de Siberia Occidental, del siguiente modo: «Esto es una llamada, una inquietud que va creciendo hasta que llega un momento, elegido por el Señor, en el que tenemos todas las garantías», explica dejando sentado que «esto no es una locura».
Ello no quiere decir que sea fácil y, de hecho, parece que todo pasa por fiarse de ese Señor que ellos tienen permanentemente en su boca. Más aún en estos días en los que han de dar cuenta de esta aventura en ciernes a sus allegados, primero, y a los muchos curiosos que siguen sin explicárselo, después. Pero ya tienen casa y colegio para los niños que, en este caso, no sobrepasan los 4 años.
Pero ni siquiera que estemos hablando de un profesor de ruso que va a Siberia ofrece una visión más pragmática, más utilitarista, de la presencia de los Guillén Barbero en Novosibirsk. «Nuestra misión allí es estar, simplemente», dice. Y en esta ocasión sabrá que hay lugares aún más alejados de Moscú y San Petesburgo, que son las ciudades en las que, por razones profesionales y formativas ya había pasado.
«La sociedad rusa ha perdido sus valores tradicionales», explica Gonzalo entrando en detalles de la cantidad de separaciones matrimoniales o la grave presencia de lacras que, como el alcoholismo, tanto se ha generalizado en el país. La Catedral de la Transfiguración les espera con los brazos abiertos. No en balde la Iglesia Católica necesita, aún en estos momentos, de la misión para poder mantener su labor.
Ya tienen arreglados los papeles para acceder al país eslavo y, de hecho, ellos serán de los que lleguen a Roma, para recibir el envío del Papa, tras haberse establecido previamente en territorio de misión. Los papeles que no hacen falta para marcharse son los correspondientes a un compromiso que se asume directamente con las creencias propias, en conciencia. «Esto se hace voluntariamente, no hay ningún contrato firmado y en teoría te puedes venir de la misión cuando quieras», añade.
La integración de los niños
Lo cierto es que no el mucho fundamento en la decisión que se esgrime es capaz de disuadir a terceras personas de la conveniencia de que niños como los que tienen Gonzalo y María (4, 3 y 1 añitos y la madre embarazada) participen de la experiencia. «No falta quien nos diga que por qué no nos vamos el matrimonio y dejamos a los niños en Jerez», explica alegando que, en realidad, son ellos los que, por la vía de una mejor y más fácil integración, harán la misión.
«Los adultos tenemos ya unos esquemas hechos mientras los niños son los que entran en el país aprendiendo el idioma, haciendo amigos. Esa misma opinión tiene Romina Pérez: «Es sistema educativo es bueno». Ella es maestra de inglés, que es la llave que abre la puerta a un país en el que no se puede entrar si no se va con trabajo. «Necesitan maestros de inglés y con esa premisa vamos», señala insistiendo pronto en que «lo importante es dejarlo todo y abandonarnos en manos de Dios». El desenraizamiento que supone cambiar nuestra tierra por Thailandia tiene, desde luego, mucho de abandono. No temen al cambio cultural, gastronómico o de idioma y, de hecho, ya han encontrado en Chipiona quien les dé unas primeras clases de thailandés.
Pedro Villagrán, por su parte, es un empresario con actividad consolidada. Con su familia se marchará a Canadá siguiendo una llamada que aseguran recibida en el Encuentro Mundial de las Familias que tuvo lugar en Valencia en 2006. Pedro y Ángeles son los que más hijos llevan consigo. Son cinco y, desde la edad de los pañales hasta la adolescencia, trasladarán a Montreal un fondo pleno muy incomprendido pero pleno de certezas propias.
(La Voz, 20-Septiembre-2010)

Alertan de riesgo de éxodo rural por precariedad en los servicios

El Mojo-Baldío Gallardo
«No sabemos si es lo que pretenden pero la actual situación lleva a muchos padres y madres a pensar que, si tengo que hacer ese esfuerzo para que el niño pueda ir al colegio rural, me trae más cuenta llevarlo directamente a Jerez». La situación creada por el conflicto del transporte escolar en pedanías, barriadas rurales y diseminados de población del término municipal abre la espita de un análisis complejo que, en la más viva reclamación de las respuestas necesarias a los problemas creados, conduce con facilidad a temer ya, por sorprendente que parezca, la pérdida de población en favor del casco urbano.
La recreación del proceso por el que podríamos asistir a largo plazo a una Andalucía de futuro que calcase el modelo de la Castilla actual, plena de pueblos abandonados que en algún caso se pretenden recuperar ahora, la hace Ignacio García, portavoz de Educación por Izquierda Unida en el Parlamento andaluz: «El resultado de una decisión de los padres por la escolarización en Jerez supondría el cierre de los colegios rurales y si a las pedanías o barriadas rurales les quitas la escuela... ¿Qué le queda a La Ina, a Torrecera o a El Portal?», añade reconociéndole a estos centros capacidad de «vertebración social y de foco cultural».
Desaparición de colegios
Una presumible desaparición futura de centros educativos en la zona rural, junto a la consecuente conveniencia de una mudanza familiar a la ciudad a la vista de la pérdida de servicios en la que, las voces más críticas, incluyen también la precaria atención sanitaria, es la que provoca este clamor sobre el riesgo de éxodo rural. Y a la luz de cómo comienza el recién iniciado curso escolar -sirva como ejemplo-, parece un temor con cierto fundamento: «Se están desmontando todos los discursos de la Junta de Andalucía sobre su hipotética apuesta por la educación pública, y no podemos permitir, y menos la gente de izquierdas, este tipo de atentados contra unos mínimos de igualdad de oportunidades más que exigibles», indica.
Junto al «programa de recortes de la Junta de Andalucía, que encima se empeña en que los andaluces comulguemos con ruedas de molino queriendo hacernos pensar que no existen», denunciado no sólo por el parlamentario de Izquierda Unida Ignacio García sino también por los propios vecinos y afectados reunidos en la denominada Plataforma por una Educación de Calidad de la Campiña de Jerez, tan activa estos días, los problemas de la sanidad rural son el otro gran fundamento que se viene argumentando en la gestación de esta actitud reflexiva sobre la conveniencia o no de permanecer en el medio rural como lugar de vida. Pese a todo, no son pocos los que no tienen otra opción que seguir en su pedanía o barriada rural.
Carencias en materia de salud
«Es mentira lo que dicen Zapatero y Griñán sobre que no hay recortes en política social, están recortando en educación y en sanidad», aseguraba García esta semana mientras Gemma Gerez, responsable rural del PSA, se ocupa del repaso a las carencias en centros de salud y consultorios: «La atención sanitaria se da en precario en todo el medio rural de Jerez, sólo recibe promesas electorales, cada cuatro años, que luego no se cumplen». «La consejera de Salud y la alcaldesa de Jerez no han cumplido con las promesas de dotar de nuevos centros a la zona en Torremelgarejo, Lomopardo y El Torno», añade.
Las tres ofertas sanitarias formaban parte del mapa que se prometía completar por medio del convenio firmado en el año 2007 entre el Ayuntamiento y la Consejería de Salud, pero no es lo único que se echa en falta. La zona cuenta sólo con una unidad móvil de emergencia a las puertas del centro de salud de la Barca de la Florida. Asimismo no hay más que un helicóptero de emergencia a disposición de todo el distrito sanitario Jerez-Costa Noroeste, es decir, cubriendo las emergencias de Jerez, Chipiona, Rota y Sanlúcar de Barrameda.
En misa y repicando
«El personal médico de la ambulancia de La Barca de la Florida es, en la mayoría de las ocasiones, el mismo que ha de atender las urgencias del centro de La Barca, que tienen que abandonar para atender las emergencias a las que sean llamados dejando sin médico las urgencias en la pedanía», explica Gemma Gerez explicando como han de estar «en misa y repicando».
En su recorrido se detiene en El Mojo-Baldío Gallardo, «donde los carriles, común a lo que ocurre en otras zonas como Puente de la Guareña, permanecen sin asfaltar y con grandes socavones que impiden a las ambulancias ir a la velocidad necesaria en el caso de intervenciones urgentes».
La situación se generaliza mientras la memoria acude a la campaña de delegados rurales en la que, en 2008, Pilar Sánchez aseguraría que había iniciado los trámites para la construcción del nuevo centro de salud de Torremelgarejo lo que, según Gerez, quedó archivado en el capítulo de «marketing político y fotito de rigor». «Otra estafa electoral», insiste la representante andalucista rural, quien dice no entender que «nunca en sus seis años al frente del Ayuntamiento ha exigido al gobierno autonómico que cumpla con lo pactado en la campaña de Jerez».
La situación de los médicos
La carencia de Pediatría en todos los centros auxiliares de las barriadas rurales y hasta la situación de los profesionales de la Medicina, tan distinta de los del casco urbano -«donde trabajan junto a personal de enfermería, pediatras, comadronas, administrativos, trabajadores sociales, auxiliares y otros especialistas», señala Gerez- podría comenzar a seducir con la idea de un abandono de los núcleos rurales que, por el momento, no se nota en unos censos de población que si algo acusan es el leve crecimiento fruto de una época de cierto crecimiento en la prestación de servicios ahora en claro retroceso.
"Una de las principales características que definen al médico rural es la necesidad de atender todas estas poblaciones con pocos habitantes, desplazándose de consultorio en consultorio para dicho fin y en vehículo propio», se recuerda desde el PSA añadiendo que «se mantienen en activo debido a las directrices políticas de no suprimir servicios rurales aunque sea prestándolos de forma deficiente».
En cualquier caso, queda claro que «la dispersión implica que el médico rural no tenga su trabajo centralizado en el centro de salud, y que se ausente del mismo incluso toda la mañana, dejando el consultorio un día más sin médico o atendiendo pacientes más allá de su horario de trabajo».
Inundaciones
Ni siquiera la situación inundable de buena parte de los núcleos rurales jerezanos, aquellos que están situados en la Vega del Guadalete, en Los Repastaderos o en La Cartuja, ha venido encontrando, hasta el momento en el que se ha decidido la limpieza del cauce del río, otra respuesta que la de la conveniencia de que desaparezcan del lugar algunas de aquellas poblaciones sobre las que, invierno tras invierno, llueve sobre mojado, nunca mejor dicho.
Las invitaciones a considerar la mencionada posibilidad han llegado siempre desde la administración -autonómica o municipal- y para desesperación de quienes, sin poder plantearse dejar su casa, siguen sin soluciones reales ante el problema.
Ante todo ello, los datos detallados de la población rural por pedanías o barriadas rurales no dejan de ofrecer un crecimiento que se asegura vinculado, en los últimos años, al mantenimiento de unos servicios que, cayendo en el pozo de una creciente desatención impulsada además por la crisis en estos momentos, aún pueden encontrarse con el cambio en esta inercia.
La preocupación ante los problemas no resueltos así como una predisposición naciente hacia un posible éxodo rural durante el presente siglo XXI va encontrando cada vez más voces que se detienen a sugerirlo. Mientras tanto, los padres luchan por mejores condiciones educativas o la ciudadanía en general demanda una más adecuada atención sanitaria. La respuesta a las demandas irá decidiendo.
(La Voz, 19-Septiembre-2010)

martes, 14 de septiembre de 2010

Dos décadas después de los encierros de las mujeres de Darsa

Un puñado de mujeres, verdaderamente hartas ya de la situación por la que el pago de un alquiler durante alrededor de veinte años no les había garantizado la propiedad futura de las viviendas que ocupaban, se echó a la calle, primero, y al interior de las bodegas, más tarde, en encierros históricos que aún recuerdan los jerezanos por su repercusión.
Ellas se convirtieron, allá por el año 1991, en singular vanguardia de una lucha que luego, mezclada con otras quejas de los trabajadores del sector -que iniciaba su declive- como la desaparición que se preveía del Montepío de San Ginés de la Jara, estallaría de modo notorio saltando, incluso, a los informativos y periódicos nacionales.
Eran días de camiones volcados en la Puerta de Rota o de aljibes que -se dice- pudieron llegar a ser envenenados en las viñas. En la ciudad no faltaban las casetas instaladas en las puertas de los centros laborales vinateros para organizar, como medida de presión, obstáculos que impidieran la entrada de la uva recién vendimiada.
Aparatos de intercomunicación, que -se aseguraba- eran prestados por el propio Ayuntamiento y que servían para la comunicación de una huelga preparada para mantenerse en el tiempo, se dieron la mano con una intensa acción sindical en medio de una crispación generalizada extraordinariamente por toda la ciudad.
En medio de ese escenario, aún se recuerdan los encierros y otras medidas de presión adoptadas por aquellas esposas de los trabajadores de la vid y vecinas de las barriadas que construyó Darsa Jerezana. Eran, especialmente, las de la barriada de San Ginés de la Jara, pero también de las otras promovidas por esta inmobiliaria (Pago de la Serrana y Eduardo Delage).
Entre esas actuaciones, José María Gaitero recuerda, con el velo atemperador que proporciona la nostalgia del tiempo pasado, la crudeza del encierro en la antigua bodega de Sandeman, en la calle Pizarro. Los periodistas no olvidan cómo era preciso hablar a través de las rejas o la mirilla, según la puerta que fuera, para poder entrevistarlas.
El viejo sindicalista recuerda más a 'El alemán', como llamaban con enquina a Jorge Mundt, director de la bodega y, según recuerda, alguien que se lo puso extraordinariamente difícil a las mujeres encerradas para poder sobrevivir con cierta comodidad en las instalaciones ocupadas para luchar por la propiedad de sus viviendas.
No fue fácil vivir en las instalaciones de Sandeman. Pero terminarían consiguiendo la propiedad cuando, pasado ese crudo 1991, al año siguiente rubricaban las escrituras como colofón a una lucha en la que no se salvaron las cotizaciones en el Montepío ni, tras ello, levantó cabeza el sector. Eso sí, hoy en día reposan su vejez sintiéndose dueños de sus días y de la morada que los cobija.
(La Voz, 13-Septiembre-2010)

lunes, 13 de septiembre de 2010

"Aquí encontramos una cama para cada uno y un cuarto de baño"

Rafael Monje en su vivienda de San Zoilo
Aún quedan algunos Monje en la calle Nueva. Pero hace ya tres décadas que Rafael, su esposa Enriqueta y los hijos mayores -tres de los cuatro que tiene en la actualidad- dejaron el modo de vida que conocían en el corral de la casa en la que, junto a su hermano Agustín, hizo cuatro habitaciones para las dos familias.
Algo jugaba en su favor: era empleado de la empresa Zoilo Ruiz-Mateos S. A., primero de viñas y, más tarde, como jardinero de sus instalaciones bodegueras, primero, y como guarda, después. Tuvo la extraña fortuna, por enfermedad familiar, de encontrar en una visita del médico de la empresa la ocasión de acceder a mejor casa.
El doctor Rafael Ruiz-Mateos acudió a visitar al enfermo en la casa de vecinos del corazón de Santiago y encontrar unas condiciones de vida mejorables. Ello y los primeros pasos que daba la primera bodega de la futura división de vinos de Rumasa en la construcción de las viviendas sociales de San Zoilo jugaba a su favor.
«Poníamos un baño de cinc en el centro de la habitación y había que echar a la calle a todo el mundo mientras nos bañábamos uno de nosotros», explica con gracia Rafael Monje, quien a los 71 años sigue en aquel pisito de San Zoilo. Bueno, realmente en otro que adquirió tras vender el suyo para poder irse a un bajo.
Pero nunca ha vuelto a salir de ese grupo de viviendas de la calle Vino Fino. Era el año 1972 cuando hizo la mudanza. «Me tocó la lotería», recuerda. Fue así, realmente fue agraciado ese invierno en el Sorteo de Navidad. Pero el dinero le duró mucho menos que aquella otra suerte que tuvo hace 38 años.
«Aquí tuvimos, por primera vez, una cama para cada uno y un cuarto de baño», explica detallando cómo desapareciendo para siempre el sufrido baño de cinc. Otras comodidades, sin embargo, ya las llevaban los Monje-Junquera: «Yo ya traía frigorífico y mi tresillo, que algunos aún tardaron quince años en tenerlos».
Una botella de 'Duque de Alba' recuerda en su salón a la empresa que le dio vivienda. Otra de 'Renacimiento', a Garvey. La expropiación de Rumasa lo sacó de una y lo llevó a la otra para terminar dejándolo en casa. Allí sigue, disfrutando de los recuerdos así como de una vivienda que es fruto de una empresa dispuesta a echar un cable a sus trabajadores.
(La Voz, 13-Septiembre-2010) 

La herencia social de las bodegas

José María Gaitero en San Ginés de la Jara
El Jerez castizo de los patios de vecinos, el de las casas populares que apenas ofrecían un par de habitaciones para toda una familia numerosa y un baño de cinc para el aseo de todos, comenzaba a encontrar el camino del pisito cuando, a finales de los 50 y primerísimos 60, la principal industria de la zona, con más de 7.500 empleados en todo el Marco, se preparaba para realizar una aportación histórica.
Las muchas y fuertes empresas vinateras de entonces, ya fuera por la protección paternalista hacia sus plantillas de empleados o por las desgravaciones que les reportase, acometieron, hace ahora medio siglo, la iniciativa de promover viviendas sociales que, confundidas hoy con el resto de la geografía residencial de una ciudad más variopinta, se convierten en la otra herencia inmobiliaria de las bodegas.
Mientras los cascos vinateros decimonónicos -'catedrales del vino' los llaman documentales de nuevo cuño- hace tiempo que se transforman en dependencias municipales (Delegación de la Juventud), instalaciones hoteleras (Los Jándalos), viviendas 'lofts' (Puerta de Rota) o edificios expositivos (Museo de la Navidad), aquella otra labor arquitéctonica sigue manteniendo su 'solera': muchos jubilados habitan aún aquellos pisos.
No todas aquellas promociones corrieron directamente a cargo de las bodegas. De hecho, de lo que se cumplen 50 años es de la iniciativa de una primera barriada coordinada por el sindicato vertical franquista: el Pago de la Serrana. Para ello se constituyó, con aportaciones bodegueras, la inmobiliaria Darsa Jerezana S. L. De su mano se construyeron 900 viviendas en tres primeras promociones, sumando a la primera Eduardo Delage (1966) y San Ginés de la Jara (1972).
El conflicto de Darsa
Veinte años después, la controversia por la vinculación del contrato de la vivienda al contrato laboral terminaría convirtiendo aquella intención social en conflicto. De hecho, uno de los flecos de la explosiva huelga de la vid de 1991 fue, junto a la extinción del Montepío de San Ginés de la Jara al que se pegaba cerrojazo perdiendo los trabajadores las cotizaciones que habían realizado durante años, este asunto de las viviendas de Darsa.
Aún se recuerda a las mujeres encerradas en bodegas como Sandeman. Hoy en día son venerables abuelas que recuerdan no sólo los sucesos de dos décadas atrás sino también cuando, otros 20 años antes, recibían al ministro de Relaciones Sindicales, Enrique García-Ramal Cellalbo, para la inauguración de la barriada que llevaba el nombre del santo patrón de un sector que pareciera abandonado a su suerte mucho tiempo después.
José María Gaitero, trabajador de bodega y activo sindicalista del sector, es hoy un setentón entrañable que recuerda cómo «ambas cosas jugaban un papel importante unido a que era un sector muy amplio en aquellos tiempos». Se refiere al concilio de paternalismo e interés tributario que impulsaría semejante labor social. Era joven recién casado cuando estrenaba el pisito que aún hoy ocupa en la plaza Jupiter, en San Ginés de la Jara.
«Hacía falta mucha vivienda en Jerez y la llegada de los años 60 trajo este boom de viviendas sociales», evoca. Y continúa: «Eran viviendas en alquiler, pero tenían el agravante de que su derecho a uso estaba vinculado al contrato de trabajo». Los casos concretos, con nombres y apellidos, fluyen en su memoria: «Llegó a darse en caso, en el Pago de la Serrana, de un trabajador de Williams & Humbert que fue despedido de la bodega y, consecuentemente, también fue echado de la vivienda».
Para entonces, la cosa había cambiado desde los tiempos de la Obra Sindical del Hogar (del sindicalismo vertical) a los primeros tiempos de una Democracia que se acompañó de un sindicalismo reivindicativo y poco complaciente. «Aquello explosionó y nos hizo mantener una guerra durante bastantes años, hasta que conseguimos la propiedad». Sea por ese tranquilizador logro, por el tiempo ya transcurrido o por la edad de informador, el tono se hace entrañable.
Junto a las tres barriadas realizadas por Darsa Jerezana, con aportaciones de bodegas como González Byass, Domecq o las propias de la incipiente división de vinos de Jerez del grupo Rumasa, surgieron otras impulsadas por la Diputación y repartidas a cada sindicato aunque con amplia presencia de plantillas bodegueras. Es el caso de la barriada de La Alegría, en la cuesta de La Alcubilla, o, en San Benito, los bloques existentes entre la avenida Álvarez Beigbeder y la carretera de Circunvalación.
Otras fueron de iniciativa bodeguera individual. La recordada compañía del 'La Ina', por ejemplo, construyó dos núcleos de viviendas cercanos entre sí: las existentes en la Calzada del Arroyo y la denominada Barriada Domecq, más allá de la ermita de Guía. Por su parte, Zoilo Ruiz-Mateos S. A. construiría la de San Zoilo, entre los centros educativos Lora Tamayo e Isabel la Católica, muy cerca de Icovesa, y la del Perpetuo Socorro, en una esquina del actual parque de La Plata.
Salir de la precariedad
«Aquello dio respuesta a una demanda muy grande que había en Jerez de vivienda», dice un José María Gaitero (con inicios sindicalistas en USO y liderazgo incuestionable en el Sindicato de la Vid de CC. OO. en los años 80 y 90) más apartado ahora del recuerdo de los problemas generados por aquella paridad entre los contratos laboral y de la vivienda con repercusión aún en el conflicto de 1991.
Con todo, vuelve a la memoria la actividad sindicalista. Aunque sólo sea para enmarcar los mensajes que hacían presente aquella histórica necesidad de vivienda: «Yo recuerdo que, en el año 65 o 66, la primera manifestación del Primero de Mayo que se celebró en la provincia de Cádiz, en El Puerto de Santa María (que también tuvo una promoción de viviendas de este tipo), la abría una pancarta que decía 'Salario y vivenda justas', la de la vivienda era una reivindicación muy popular puesta entonces al nivel de la del salario digno».
Hoy en día, la dignidad se reviste, por medio del Plan E y otros o la simple iniciativa de los propios vecinos, de mejoras en enfoscados o pintura y otros arreglos necesarios con el paso del tiempo. Por dentro, «son viviendas ocupadas hoy en día, en su mayoría, por pensionistas; otros muchos las han vendido ya y se ha disgregado mucho esa originaria masa laboral de la vid», explica Gaitero añadiendo que, con todo, «siguen siendo ocupadas por familias con poder adquisitivo bajo». Para ello nacieron al fin y al cabo.
(La Voz, 13-Septiembre-2010)

lunes, 6 de septiembre de 2010

La reflexión toma pista en el aeropuerto

Foto: La Voz
El abandono de los vuelos internacionales con los que la compañía Ryanair opera desde el Aeropuerto de Jerez, anunciado para el próximo mes de noviembre, abre el debate sobre las causas que originan esa falta de negocio. Agentes turísticos, políticos y sociales entran al trapo de una reflexión en la que no faltan la convicción sobre que ello no recorta las posibilidades de que los visitantes lleguen a la provincia, la perplejidad al coincidir en ese mismo mes con la finalización de la ampliación de la terminal de pasajeros o la formulación de llamamientos a compartir con quien se tercie mesa de estudio en la que analizar la situación.
No es Antonio de María Ceballos, presidente de Horeca, quien más se preocupe, sin embargo: «Son decisiones empresariales que responden a circunstancias de la producción, si las líneas aéreas ven falta de rentabilidad ni nosotros ni nadie puede hacer nada». Más allá de la mera comprensión, el máximo representante de la patronal hostelera considera que «se están sacando las cosas de contexto porque eso viene ocurriendo desde hace ya varios años». «Que Air Berlín esté operando, aunque sea vía Mallorca o Madrid, permite que los alemanes, por ejemplo, lleguen a la provincia», explica De María y, por tanto, «aquí no queda desamparado nadie, las conexiones existen».
Irene Canca, diputada provincial de Turismo, cree, por su parte, que «la pérdida de vuelos es una mala noticia pero peor sería que se paralizaran las obras o no se continuara con las inversiones en infraestructuras». Alude a la competencia entre compañías aéreas en un intento de entender que Ryanair haya 'volado' de Jerez. «Lo nuestro es promocionar el destino», añade Canca recordando algunos de los movimientos que, desde el Patronato Provincial de Turismo, se han venido realizando en este sentido. «Lo que nunca haremos es subvencionar pasajeros», aclara porque «cuando un destino es atractivo las compañías apuestan por él».
Menos condescendiente es José Manuel Trillo, secretario local de CC OO, para quien «eso es reflejo de lo que pasa en una ciudad marcada por la pérdida de empleo, por la crisis y ahora también por la pérdida de vuelos, que tampoco favorece la recuperación». El sindicalista, convencido de que «todo el mundo esconde la cabeza bajo el ala», aboga por crear un foro que lo debata. «No ha quedado ninguno en la ciudad para esto ni para nada una vez se perdieron el Consejo Económico y Social y la Mesa de Concertación», dice.
En la línea de quienes quitan yerro a la pérdida de vuelos se sitúa Juan Manuel García Bermúdez. El delegado de Turismo del Ayuntamiento jerezano insiste en la idea de que «Jerez no pierde posibilidades de recibir turismo».Confía en oportunidades nuevas: «Algunos touroperadores de vuelos chárter van a unir sus fuerzas lo cual me parece una estrategia interesante», explica. Con todo, «las administraciones lo que tenemos que hacer es invertir en promoción», aclara recordando los resultados del Plan de Excelencia Turística.
Desde la oposición popular, María José García-Pelayo cree, de otro lado, que «el recorte permanente de vuelos desde Jerez es una mala noticia y pasará a ser una ciudad incomunicada desde el punto de vista turístico y también desde el económico». La portavoz del PP subraya el «contrasentido» de esta marcha junto a las obras que se encuentran cercanas a finalizarse en el aeropuerto.
«La pérdida de vuelos va a ser una medida negativa para las expectativas del turismo en Jerez», dice, sin embargo, Pedro Alemán, secretario comarcal de UGT. Recuerda que el sector servicios acumula el 80% de las contrataciones actuales en la ciudad y «mientras esto no cambie, el turismo es la única posibilidad de creación de empleo».
El director del Observatorio Turístico de la Provincia, Antonio Arcas, cree, por su parte, que «un destino turístico debe ser accesible y atractivo». Si el primer extremo se considera logrado, sobre todo con las obras próximas a concluir en el aeropuerto, «si no somos atractivos nos convertiremos en un destino invisible». Con todo, también señala que «estamos ofuscados con los resultados a corto plazo y hay que trabajar a largo plazo desarrollando la diversidad y mejora de la oferta».
(La Voz, 6-Septiembre-2010)

domingo, 5 de septiembre de 2010

Cáritas llena el vacío de los servicios municipales

Foto: Javier Fernández

Un informe de Cáritas diocesana señala que el tiempo medio para que alguien necesitado de ayuda reciba una primera cita de los servicios sociales del Ayuntamiento se sitúa entre los 15 y los 30 días. El mismo análisis interno indica que, estos agentes municipales de la delegación de Bienestar, tardan entre 30 y 60 días entre ese encuentro inicial, ya retrasado según el primero de los datos, y la resolución del problema en cuestión.
Dos meses de margen dan para que la situación pueda ser irreversible para la persona acuciada de la precariedad que le lleve ante Ayuntamiento para pedir ayuda, los primeros obligados a poner al alcance de los más desfavorecidos los medios necesarios. Y ello alarma en el seno de la institución eclesial dedicada a esta entrega solidaria en la que reconoce que "entre el 50 y el 70% de los casos terminan siendo derivados a Cáritas".
José Benítez, delegado episcopal en esta entidad diocesana, apunta en ese arco porcentual la incidencia de un trabajo que, desde la Casa de la Iglesia, lleva tiempo saliendo al paso de esta situación, que no por muy reconocida había encontrado hasta ahora un cálculo puesto negro sobre blanco. La clave de esta derivación reside, fundamentalmente, en que la institución diocesana reduce notablemente estos márgenes para beneficio de su creciente grupo de asistidos.
Las nuevas pobrezas, fruto de la crisis económica actual y del consiguiente aumento del paro, requieren de una mayor celeridad en la atención de cada uno de los casos. Así, como explican tanto Benítez como Juan de los Ríos, director de Cáritas, mientras los servicios sociales pueden llegar a tardar un mes en tener el primer contacto con el solicitante la Iglesia lo hace en un máximo de 7 días. En ese mismo margen el asunto puede quedar ya resuelto.
"Esto no lo puede negar nadie, cualquier político o quien quiera puede comprobar que los datos de los que disponemos son ciertos, cualquier persona que viene a Cáritas con un problema se le atiende en menos de 7 días", dice Juan de los Ríos mientras José Benítez explica el caso reciente de una boliviana feligresa de Santa Ana que se dedica al servicio doméstico: "A las doce de esa misma mañana ya se le estaba atendiendo en la acogida de Cáritas", explica.
Tanta diferencia entre el tempo de atención municipal y diocesana es explicada en el informe del observatorio de Cáritas diocesana, que será remitido a instancias nacionales, reconociendo que la incapacidad del Ayuntamiento para prestar una ayuda verdaderamente efectiva, también por el tiempo de respuesta, llega "por la gran demanda, porque no tienen dinero en efectivo y por el engranaje burocrático".
De los Ríos, de hecho, reconoce que "valorar una ayuda requiere tiempo de estudio y diagnóstico que debiera tardar menos de 30 días, pero la realidad dice otra cosa y el proceso se ralentiza". El trabajo a destajo de los voluntarios de Cáritas, sin embargo, está imponiendo unos resultados que, por el momento, va atajando, en la medida de lo posible, lo que los servicios sociales se ve imposibilitado de atender en el conjunto de la demanda.
(La Voz, 5-Septiembre-2010)

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Quiero miraros a los ojos

Óleo sobre lienzo del pintor sevillano Ángel Monis
Puse todo el respeto que tenía a mi alcance cuando, hace menos de un mes, descalcé mis pies para acceder a la mezquita que los musulmanes jerezanos tienen en Puertas del Sur. Y recibí la gratificante contrapartida de una atención espléndida de Ibrahim Elilo, el imán, quien no tuvo inconveniente en responder a cuantas preguntas para La Voz me pareció oportuno plantearle.
Puse toda mi voluntad en entender mejor lo islámico, que es lo mismo que decir lo árabe por cuanto la laicidad no ha llegado a ellos como para que me parezca preciso realizar esa diferenciación entre concepto confesional y concepto racial. Al fin y al cabo era el propio imán quien enfatizaba tal paridad conceptual. Aun a costa de otros musulmanes de origen distinto.
Puse, como avanzadilla de una tolerancia deseable entre cristianos y mahometanos que el propio Pepe Bouza encomiaba, olvido sobre rifirafes históricos que marcan unas relaciones actuales siempre cargadas de tensión. Y ahora me siento jorobado. No en balde, poco tiene que ver aquel agradable y relajado encuentro en Puertas del Sur con lo último en Melilla o el Sáhara. 
Los insidiosos carteles antifeministas, antipoliciales y antiespañoles consentidos (¿o alentados?) por el gobierno marroquí han comenzado a cargarse la buena voluntad del cristiano confeso, practicante y evangelizador -hasta donde puede serlo- que se descalzó para entrar en la mezquita. Lucho contra la tentación de arrepentirme del sincero acercamiento.
Y ahora están también las patadas y escupitajos recibidos por quienes no hicieron sino reivindicar una solución para el pobre pueblo saharahui, tan abandonado en su día por España como oprimido desde entonces por Marruecos. Los ojos hinchados de la activista más agredida de aquellos catorce me dicen que la enquina preside la actitud de los vecinos del sur.
¿Que por qué me lamento de estos gestos políticos desencantándome con el recuerdo de mi visita a la mezquita en vísperas del tiempo de Ramadán cercano a concluir? Pues porque es el propio mundo árabe el que mantiene mezclados lo político, lo religioso y lo social. Y, seguramente, porque echo en falta una voz musulmana que lamente estos hechos.
Una voz en el desierto, nunca mejor dicho, será esto que ahora convierto en entrada en mi blog. ¿Recuerdas Ibrahim que te pregunté si tu dios y el mío eran el mismo? ¿Recuerdas que las miradas cómplices lo dijeron todo? Pese a quienes recibieron con reticencia aquel reportaje que acercaba al mundo musulmán y árabe, quiero seguir mirandoos a los ojos.
¿Podréis mantenerme la mirada?