lunes, 27 de febrero de 2012

Gemma Gérez, candidata a la presidencia de la Junta por el PDSA: "Nos ubicarán donde quieran pero encontrarán mucho sentido común"


Foto de Javier Fergó

La condición minoritaria del Partido Democrático Social Autonomista, no en balde nació el pasado verano y solo ha conseguido cerrar candidaturas en las provincias de Cádiz y Córdoba, no impide el entusiasmo de la candidata a la presidencia de la Junta.
-El reto no puede ser mayor para una formación pequeñita como la suya.
-Se trata de un reto ilusionante y más, en efecto, desde el PDSA. Somos personas que siempre hemos visto la política como un ámbito cada vez más descontextualizado, y queremos llenarlo de contenido. Mezclamos el sentido común con el empeño por recuperar la gestión perdida. No vemos a la política actual el sentido que debiera tener de cara al ciudadano. Por eso aspiramos a que la institución sea gestionada por personas del pueblo andaluz, con sentido común, que vean la política como un instrumento a favor del pueblo y no como un lugar para quedarse a vivir. Hay que recuperar la gestión perdida.
-¿Quién la ha perdido?
-Los políticos, todos aquellos que han llevado hasta ahora la gestión de las instituciones.
-¿Los partidos tradicionales?
-Claro. Han querido ser políticos permanentes y no circunstanciales. No han sido personas interesadas en el bien común y en ayudar a su pueblo, extendiendo la mano desde una óptica más humana.
-¿Y no le parece que las opciones al bipartidismo se muestran muy disgregadas como para convertirse en alternativa real?
-Creo que lo que ocurre es que cada uno tenemos claro nuestro proyecto. Lo que ocurre es que la política actual, tal y como está estructurada por ley y por las circunstancias, está configurada como los matrimonios, como cosa de dos. El PDSA quiere romper con todo eso. No se puede estar votando constantemente lo que viene defraudando constantemente. No gestionan, engañan, manipulan la información. Y hay otras opciones que tienen claro como solucionar una crisis que no solo es económica, también es social y política. Si el pueblo no ve esas alternativas se queda en el 'matrimonio' de dos. Por ello tienen que emerger estas posibles opciones y que no seamos 'los otros' en las encuestas, que también se nos conozca.
-¿Y qué van a hacer para darse a conocer, porque la formación es tan nueva que la gente no termina de saber qué hay tras las siglas?
-No creo que seamos una minoría. Nadie realmente lo es. Estamos en desventaja porque tenemos que dar a conocer cuáles son nuestras ideas, y tras ello a las personas que están detrás. Tras Gemma Gérez hay un montón de personas, un gran equipo que no se conoce. Los medios de los que disponemos, tanto económicos como estructurales, son cortitos. Y lo que no se ve es difícil que lo voten. Lo nuestro será mucha calle, mucho tú a tú con la ciudadanía. Haremos dípticos, plasmaremos las ideas en un papel y haremos mucha calle.
-¿Cuáles son esas ideas?
-Nos podrán ubicar donde quieran pero lo que encontrarán es mucho sentido común. A la izquierda o a la derecha, o en el centro, que nos pongan donde quieran, pero tendrán una gestión sin políticos. Hay mucha gente en las instituciones con ese sentido común, pero hasta que llega el político. La administración está llena de gente preparada, que los políticos los dejen trabajar, que sean mero instrumento. Ésa es una de nuestras ideas fuerza. Después pretendemos también la revisión del pacto fiscal, que no se ha vuelto a mirar desde 1982. Nuestra contribución al Estado español nos es devuelta a los andaluces en cifras muy bajas. Buscamos un nuevo pacto fiscal para que las instituciones no estén tan ahogadas. También pedimos el rescate municipal andaluz, un proyecto en el que estamos trabajando y que plantearíamos por fases. La solución a la crisis no está en rescatar a los bancos sino en rescatar a los ayuntamientos, que son el motor de las ciudades y con ello de Andalucía.
-¿Qué opinión le merece a usted la gestión socialista en la Junta durante las tres décadas que acumulan ya a su frente?
-A mí, como candidata a la presidencia de la Junta de Andalucía, me parecen 33 años de clientelismo. Se han dedicado exclusivamente a prometer, y prometer por prometer. No han cumplido ningún programa electoral en todos estos años. Pero ni uno ni el otro, ni el que ha gobernado ni el que ha estado en la oposición. La actividad del Parlamento andaluz la hacen tanto el partido en el gobierno como el que lidera la oposición. Ni uno ni otro se ha preocupado del pueblo andaluz. Se han dedicado a hacer sus comunas de privilegiados, que en nada han beneficiado a los andaluces. Y eso tiene que cambiar. Y también quien ha ejercido la oposición tiene que haber aportado más de lo que han hecho.
-Y, sin embargo, las encuestas apuntan a que un presumible voto de castigo al PSOE redunde pendularmente en favor de un crecimiento del PP. ¿Eso desazona mucho en formaciones más pequeñas como el PDSA?
-Hombre, claro. Ese tipo de conciencia, que es el que se han ocupado de alimentar durante estos 33 años, perjudica al PDSA y a cualquier otro proyecto que tenga la sana intención de cambiar también esto. Nosotros somos una formación más y me consta que hay otras con anhelos similares. Pero tampoco se ven y el camino se difumina para los andaluces, que no ven otra opción. Los políticos han defraudado a los ciudadanos y ya no miran el trasfondo de las personas, se quedan en las siglas. El PDSA está tan preparado como el PSOE para llevar el Parlamento andaluz, aunque no tengamos 7.000 empresarios a nuestro alrededor. Es preciso que los andaluces voten con conciencia y que piensen en las personas que están detrás de los proyectos y no en los proyectos que llevan años engañándonos.
-¿Qué queda de aquella andalucista que fue Gemma Gérez?
-Sigo teniendo las mismas convicciones. Nunca las he cambiado porque siempre las he tenido muy arraigadas, y yo soy muy emocional para la política. Lo único que, en esa época, no terminaba de encajar junto a mis convicciones es que siempre creí en la igualdad de las autonomías y nunca en los nacionalismos ni en los separatismos. Creo en una hermandad de territorios, que todos tienen su encanto.
-Usted pasó por el PA, por el Foro y ahora crea el PDSA. ¿Ha terminado la búsqueda?
-Sí ha terminado totalmente. Una canción de Serrat, con letra de Machado, dice que no hay caminante, que se hace camino al andar. Yo hace tiempo que decidí ser caminante y no camino. Nunca he perseguido la gloria y me he dado cuenta de que durante esa época perseguí viejas glorias. Nunca más.
-Una de esas viejas glorias es también candidato a la presidencia de la Junta. ¿Qué opinión le merece ahora Pedro Pacheco?
-Merece todos mis respetos, como cualquier otro candidato. Pienso lo que nunca debí dejar de pensar: que todo tiene un principio y un fin y el señor Pedro Pacheco ha perdido su circunstancia.
(La Voz, 27-Febrero-2012)

Cruzada a favor de que Sebastián Zambrano reciba el Caballo de Oro


Foto de Eva Lindberg

El prestigio ecuestre de la ciudad no solo se juega en el terreno de los grandes apellidos, habituales en el listado de premiados con el Caballo de Oro, el gran referente jerezano en el reconocimiento de los esfuerzos personales e institucionales en torno al animal que da nombre a la feria. Por ello, cuando hace poco se dio a conocer que el galardón recae este año en la memoria del recientemente fallecido Ramón Guerrero y sin menoscabo de esta designación, surge la voz que desde El Portal recuerda que aún hay tiempo de premiar la labor de Sebastián Zambrano Sánchez antes de que hubiera que ofrecerlo también sin el galardonado en este mundo.
«También hay gente menos conocida que lo merece», dice Isabel García, la delegada de Alcaldía de la barriada rural en cuyos aledaños se encuentra el cortijo El Tesorillo. Ella impulsa, junto a un grupo amplio de personas, que no pase por alto el nombre de este octogenario que, en el fondo, no es tan desconocido como se pueda pensar. «Del mundo del caballo no me he retirado en la vida, sigo con la alta escuela», reconoce Zambrano, quien aún dedica su tiempo a domar equinos y a adiestrar a jinetes. «Casi todo el que en Jerez monta bien pasó por mis manos», reconoce mientras menciona como ejemplos al medallista olímpico Rafael Soto, Eduardo Mateos y Alfonso Ramírez.
En una explanada ante las cuadras de El Tesorillo, exhibe mano diestra y una capacidad extraordinaria en el control tanto del caballo como del jinete. Mientras dedica esos minutos a la preparación de un joven de El Portal, y a punto de cumplir 85 años de edad, recuerda cómo fue en una finca de su abuelo donde se familiarizó con estos animales y en el ejercicio del servicio militar en Regulares, en Melilla, donde comenzó a despuntar. «El comandante Povediano Echevarría, un gran jinete, me acogió a su lado de ordenanza», dice. Allí practicó el salto y al licenciarse, ya no bajaría del caballo a lo largo de su dilatada vida siendo padre y abuelo de nuevos valores ecuestres.
Su hija Emi Zambrano ha sido «la mejor mujer torero española», asegura complacido. Rejoneadora como su hermano Chano, ha paseado su arte por todos los ruedos. Y ahora, dos de sus nietos intentan seguir la estela del abuelo Sebastián, que fue además un gran corredor de raids hípicos en los años 70, una prueba en la que ha obtenido algunos de sus mejores laureles en Jerez, Extremadura, Córdoba o Chipiona. Diversos trofeos se reparten por el salón de la casa del cortijo atestiguándolo. «Aquí se tenía siempre mucha admiración por jinetes de fuera como los portugueses, pero yo siempre he tenido mucho amor propio y nunca quise que me ganara nadie», alardea.
Desde su dedicación profesional al servicio de alguna de las grandes familias dedicadas al mundo del caballo en la ciudad llegaría a la alta escuela, con las figuras de Alvaro Domecq Díez, Francisco Barroso o Antonio 'El Pelao' en la memoria de los primeros impulsos. O a jugar al polo con José Ignacio Domecq, Fermín Bohórquez, Paco Peraleja o Ramón Mora Figueroa, con quien se quedó como preparador de sus caballos. Ojeado en Sevilla por aficionados suizos, comenzó vendiéndoles por un millón de pesetas dos caballos muy bien domados en los años 50. Fue a la capital hispalense por quince días y terminó trabajando primero en el país helvético y en Italia después.
La argumentación de quienes se empeñan en que Sebastián Zambrano acceda lo antes posible al galardón que se entrega cada sábado de la Feria del Caballo no olvidan el hecho diferencial de una procedencia en la que también este animal se hace presente en el término jerezano y no siempre se verifica en el curriculum de los designados. Zambrano aprendió, de niño, un manejo del caballo que enraizaba directamente con la trilla o el enganche en ciertas labores agrarias. Desde ahí llegarían otras prácticas como las deportivas, pero en esas tareas se reconocen bien quienes, desde la barriada rural de El Portal por ejemplo, lo han propuesto en reiteradas ocasiones.
Pero es al contemplar su buena mano en la doma de caballos, lo que aún practica, cuando se observa que su capacidad es fruto de un talento digno de gran admiración. Casi todos los rejoneadores han llevado y llevan animales domados por Sebastián. Hasta el propio rey de Marruecos tiene en sus cuadras equinos que han pasado por sus buenas artes. Pero quienes insisten en la petición del premio son los que se le resisten de modo más indomable: «Les he dicho que no me calienten más la cabeza, que yo soy Sebastián Zambrano, con o sin Caballo de Oro. Y se acabó. De hecho, me lo darán alguna vez y llegará a olvidarse que lo tengo, pero nadie se olvidará de quien soy», sentencia rotundo.
Lo cierto es que, siendo alcalde jerezano Miguel Primo de Rivera y tras haber ganado Sebastián diversos premios deportivos en la ciudad, Jaime Domecq y Lorenzo Díez, miembros del jurado del Caballo de Oro entonces, le prometieron el galardón si lideraba una carrera más ese año. Y esa victoria se produjo, aunque un compromiso con el propio regidor que dejaba la Alcaldía tras haber construido las cuadras del Parque González Hontoria generó el agradecimiento de los jerezanos a modo de esa estatuilla de oro para el munícipe. «El próximo año será», le dijeron. Pero ese año jamás llegó. Pese a todo, sus allegados buscan que Zambrano tampoco pierda esta carrera.
(La Voz, 26-Febrero-2012)

El centro se viste del color de la esperanza

Foto de Eva Lindberg
Nada que ver con la experiencia de la víspera de San Dionisio. Decididamente los colores jerezanos han ganado la mano a los andaluces a la hora de generar ambiente en el centro. Y, aún así, todo suma en el empeño municipal por motivar la presencia de los ciudadanos en la calle como posibilidad de incremento del consumo, de aliento al comercio y de mirar con esperanzas la mala situación que sufre Jerez. La denominada Tarde-Noche Blanca y Verde constituyó una nueva invitación que, aunque retada a intentar igualar el éxito de la similar cita azul y blanca del pasado otoño, puede considerarse un acierto que consolida la fórmula pese a que el movimiento en la calle, tanto de público como de oportunidades de negocio para las tiendas, fuera algo menor al de octubre. La avanzadilla de algunas de ellas con mesas en Larga, volvió a recibir al visitante.
La oferta de cuadros, libros, alimentación, bisutería, ropa y hasta baños árabes escoltaba, a la caída de la noche, el paso de un pasacalles poco pretencioso en el que los personajes de Barrio Sésamo bailaban al ritmo de la música del reproductor sobre ruedas que les seguía. No era mucho pero los niños lo agradecían y los ocupantes de las terrazas de los bares también. Aunque la propuesta era de tarde-noche, lo cierto es que el día tenía el aliado del sol primaveral de la jornada.
Por ello, la propuesta gastronómica apuntaba mejores maneras al amparo de las condiciones climatológicas del sábado. La I Ruta de la Tapa con Cuchara, por ejemplo, se convirtió en una propuesta lo suficientemente sugerente como para que no faltaran adeptos. Tampoco 'De rechupete', feria de productos artesanos que ofrecía vistas apetecibles en el Alcázar, dejó de contar con curiosos dispuestos a saber de sus sabores.
El propio castillo almohade era un fortín de la diversión para amantes de la fotografía, para los críos que disfrutaron del castillo hinchable y hasta para quienes optaron por la ruta turístico-cultural que culminaba en la Alameda Vieja. El movimiento de los coches de caballos y el trenecito nocturno que se ofertaba o el mismo ambiente de los paseantes generaba la sensación de interés para una cita que abrió, además, el Zoco de Artesanos.
La Banda Municipal puso banda sonora a una tarde que, con su concierto ofrecido en la plaza de la Asunción, dispuso de más música que la del propio flamenco del Festival de Jerez, cuyos contenidos de su recién iniciada nueva edición fueron aprovechados para enriquecer aún más el programa previsto por Cultura y Fiestas.
(La Voz, 26-Febrero-2012)

lunes, 13 de febrero de 2012

Los usuarios de Acasa piden que no se ponga en riesgo la Ley de Dependencia

Foto de Esteban.
Poco más de media docena de sillas de ruedas ocupadas por personas que, hasta los paros de las empleadas de Acasa por los impagos salariales, han venido disfrutando de los beneficios de la Ley de Dependencia se convirtieron en el centro de atención de cuantos, también mostrando a pie su necesidad de ayuda domiciliaria, acudieron junto a sus familiares a la concentración convocada en la plaza del Arenal.
La plataforma de apoyo de usuarios buscaba hacerse presente en las calles ya que «somos la parte que nunca había salido, los afectados y familiares». Lo han hecho, por otra parte, «pretendido siempre que sea apolítica, sin los sindicatos, en silencio y respetuosa con las personas mayores y no tan mayores, porque veis incluso gente dependiente que son jóvenes», señaló Toñi Gallardo, quien tuvo la iniciativa de la plataforma.
«Es un grito en silencio que dice que no se puede perder la Ley de Dependencia, porque algún día todos llegaremos a ser viejos y esto va en beneficio de todos», añadió abonando la idea de que la concentración iba más allá del mero apoyo a las trabajadoras con problemas y viendo que, en realidad, los impagos a la concesionaria se convierten en un riesgo para el mantenimiento de este recurso a favor de los dependientes.
Con todo, se solidarizan con los empleados porque «aunque les estén pagando algunos atrasos ahora lo que necesitan, ellas y nosotros los usuarios, es que cobren con regularidad cada mes, si no será la pescadilla que se muerde la cola». «No pueden empezar a pagarles y que dentro de cuatro o cinco meses verlas otra vez en la calle con sus reivindicaciones», añade Gallardo.
Sin pancartas ni eslóganes, la movilización pasó con cierta discreción en el mediodía del domingo sin más identidad que ciertos signos de la dependencia como las sillas o las muletas y una pegatinas para identificar tanto a los usuarios y los familiares. Con más intención de permitir conocerse entre ellos que de exteriorizar una reivindicación que concentró su intención en la alocución de la portavoz, Toñi Gallardo.
(La Voz, 13-02-2012)

Curro Morales: "La civilización siempre amenaza a los indígenas"


Curro con dos alumnos del Proyecto Nopoki.

El proyecto de formación alentado por un cura de Jerez en Perú busca que las tribus se defiendan frente a multinacionales madereras y petroleras. Ordenado aquí en 1989, Curro Morales ya estaba allí apenas seis años después y tras dejar su huella en parroquias como Las Nieves y San Rafael, la O de Sanlúcar y Ubrique.
-¿Cuánto peor viven los indígenas allí pese a nuestra crisis?
-Allí no hay crisis porque nunca han tenido de nada. Carecen de realidades a las que nosotros le damos mucha importancia, cosas que allí ni siquiera saben que existen. Pero es un trabajo muy bonito el que hacemos en la Amazonía peruana, exactamente en la provincia Atalaya donde mi parroquia es más grande que Andalucía. Ya es difícil imaginar aquí una parroquia con unas dimensiones tan grandes y en la que ni siquiera tengo carreteras. Los desplazamientos se hacen por río y para las emergencias tenemos que buscar que avionetas pequeñas puedan aterrizar en algún sitio.
-¿A través de los ríos?
-Sí. Pero incluso caminando cuatro o cinco horas para poder llegar a otro río o afluente y poder así continuar la marcha y llegar a las más de 400 comunidades. La diversidad de etnias es grande, hasta los que llaman 'no contactados', que no lo son tanto sino más bien indígenas de distintas etnias que huyen porque no quieren relaciones con la civilización, en especial con los madereros o las grandes empresas multinacionales del petróleo. Evitan esa relación y se adentran más en la selva.
-También ese recelo pondrá difícil su trabajo.
-La Iglesia tiene un trabajo de muchos siglos en el que las comunidades creen aunque no confíen en sus políticos, su ejército o sus gobiernos. Pero la Iglesia siempre ha sido mediadora y defensora de ellos. De hecho los vicariatos que hay en Perú surgen como una petición del gobierno frente a la época del caucho en la que quedó tan mal toda esa zona. Fueron pedidos a la sede de Roma para que se convirtieran en una forma de ayuda a las comunidades indígenas y que fueran respetados los valores y la cultura de todas estas etnias. Pero la civilización siempre es una amenaza porque la Amazonía tiene sus riquezas y están siendo destrozadas por la explotación de las multinacionales. Es verdaderamente alarmante, máxime con el cambio climático tan desesperante que tenemos.
-El clima es precisamente lo que le tiene aquí durante un mes, ¿no?
-Claro. El año se divide entre los meses de lluvia y los de no lluvia. En los meses de no lluvia también llueve porque estamos en la selva, pero en esta época son muy torrenciales, con un clima verdaderamente bochornoso en el que de pronto sale el sol y de inmediato hay una nueva tormenta. Los ríos vienen a subir en esta época de cinco a seis metros de altura y eso impide que podamos salir a visitar a las comunidades y tengamos problemas tanto por el río como por el barro. Por eso ésta es la época en la que, en pleno verano allí, los misioneros aprovechamos para hacernos una revisión médica, que vivimos en una zona con muchos peligros
-¿Cuáles son las principales enfermedades?
-La malaria, la fiebre amarilla, el dengue, enfermedades tifoideas y otras que no se sabe siquiera lo que es. Por eso ahora nos toca mirarnos.
-Volvamos a Perú. Creo que el proyecto que más le entusiasma allí es uno de carácter formativo.
-Sí, la Iglesia, que es lo que somos y no una ONG al uso, entiende que en los lugares de misión hay que fortalecer la educación, la formación. Y entendemos que ellos pueden conseguir mucho más si formamos personas de distintas etnias que sepan defender sus derechos y situarse en un mundo tan globalizado como el actual. Nuestro vicariato, a través del obispo Gerardo Cerdín y de la Universidad Católica Sed de Sapiencia, de Lima, ha conseguido un acuerdo que se llama Nopoki. Tenemos más de quince etnias representadas. Están becados con albergue y comida. Pero los misioneros tenemos que buscar ese dinero. La primera promoción ya se ha graduado. El problema de la Amazonía es que los profesores, cuando llegan allí, se encuentran en un mundo perdido. Para empezar, pasan semanas para llegar a una comunidad y cuando llegan no existe para ellos ninguna tienda. Además, tienen que sembrar su yuca y sus tomates, tienen que salir a las cinco de la mañana para pescar porque no tienen comida. La situación de allí es difícil para los que no están acostumbrados. Formando personas propiamente del lugar podemos solucionar la situación de abandono de los puestos de trabajo de estos maestros por estas dificultades que señalo.
-¿Y cuántos profesores indígenas hay ya formados y ejerciendo por medio de este proyecto?
-Tenemos más de 300 en la universidad y se han graduado ya 27, que están haciendo su licenciatura en Lima. Son tanto varones como mujeres, y esta primera promoción tiene personas mayores, adultas, padres y madres de familia con realidades que nos sorprenderían a todos. Cuando estás allí te das cuenta de cuantas cosas nos sobran a nosotros, que no son tan importantes.
-¿Y cuáles de esas cosas que tenemos nosotros sorprenderían más a estos indígenas?
-Tener agua. Disponer de un grifo en el que, además, puedas beber es algo tan común y tan sencillo para nosotros que, salvo que tengamos sequía, no pensamos en el valor de un vaso de agua. Allí hay que hervirla. Eso, la luz o cualquier detalle que para ellos sería imprescindible.
(La Voz, 12-02-12)

martes, 7 de febrero de 2012

Hoja de ruta para cofrades que parezcan maduros ante la sociedad

    De la serie 'Los caprichos', de Francisco de Goya y Lucientes.
  1. Desterrar tutelas públicas. Así, evitaremos que nos regalen casas de hermandad y de paso los oídos diciéndonos lo magníficos que somos. De este modo, comprenderemos mejor que no construyen almas sólidamente cristianas las lisonjas que alguien querrá que nos merezcamos a posteriori, quizá queriendo comprometer nuestro voto. Este objetivo comienza a cumplirse desde que un alcalde especialmente cariñoso con nuestra causa dejó de ocupar el sillón de la Alcaldía y cuando una regidora que pecaba más bien por lo contrario también agotó su etapa en el sillón.
  2. Evitar accesos masivos a la plantilla municipal. Es feo, tanto para quien contrata como para el contratado. El primero cree torpemente que compra al colectivo dando trabajo a alguno de sus miembros más significados. Los segundos aprovechan la coyuntura con la legitimidad que siempre da la necesidad de empleo. Afortunadamente no todo lo que trae la crisis es malo: entre las bondades en este terreno se encuentra que ahora ya es imposible (además de indeseable, dadas las circunstancias) acceder a la plantilla municipal.
  3. Montar nosotros los palcos. Es muy bueno, pese a quienes me han venido diciendo que el Consejo ha "entregado la cuchara" o aquellos otros que se mostraron alguna vez partidarios de que no hubiera palcos o, peor aún, ni siquiera salieran las cofradías este año. Torpeza mayúscula, ante la sociedad, es dejarse llevar por una actitud que provoque que los que no nos quieren nos señalen como insolidarios en medio de la situación de crisis que sufrimos todos pero que en el Ayuntamiento es insostenible. Aunque el montaje no les costara nada.
  4. Negociar la situación de futuro. La aceptación del punto tercero de nada sirve si, tontorronamente, nos dejamos llevar por la resignación y no damos un paso más: invocar una negociación que nos haga (si no ahora mismo sí a medio plazo, cuando salgamos de la crisis) tener por el mango alguna 'sartén' que nos 'alimente' convenientemente. Todo ello, además, será mucho más laudatorio si dejamos siempre claro que lo nuestro es el Reino de los Cielos y no los apegos materiales. Al menos estéticamente, es muy recomendable.
  5. Volver a los orígenes. Aunque parezca una pérdida de cartel en medio de la sociedad, sería bueno comenzar a creernos que, en efecto, nuestros gozos son espirituales. Porque en realidad lo son para los cofrades de verdad. Es mentira que el mejor cofrade es el mejor alumno de Maquiavelo. Lo confirmo rotundamente. Tampoco lo es el que mejor pone una flor. Ni el que, como quien les habla, alguna vez ha trazado cortejos con tiralíneas. Es divertido, pero no es la esencia. Creedme. Volvamos a repensar qué es aquello que nos define.
  6. Ser felices. No hay otra. Yo, y espero que muchos otros también, jamás me inscribí en una hermandad para pelearme hasta con el lucero del alba. Para eso ya está el trabajo. A una hermandad se va a ser felices, a encontrarnos con personas que laten en la misma sintonía que nosotros, que hacen realidad ese co-fradierismo (ser hermanos mutuamente) que nos da nombre. Nos hace falta mirar más al de Arriba. ¿De los pasos? No, más arriba todavía. Preguntémosle a Él que le parece nuestra controversia de los palcos. Y que nos coja confesados.

lunes, 6 de febrero de 2012

Los primeros colonos de Guadalcacín y Caulina se hacen sitio en la historia

Simón Candón y Juan Blanco, autores del libro. Foto de Esteban.
Medina Sidonia, Alcalá de los Gazules, Paterna de Rivera y el propio Jerez son la cuna de los fundadores de los poblados que dieron origen a Caulina primero y a Guadalcacín más tarde. Aquella migración necesaria en estas localidades del interior de la provincia cuya despoblación por falta de recursos dio lectura local a los movimientos similares ocurridos en toda España en la primera mitad del siglo XX se fijó en los terrenos que, gracias a la política hidráulica franquista, era posible poner en valor.
Así nació el amplio tejido rural jerezano, cuajado hoy en día de pedanías y barriadas rurales que se esparcen sobre uno de los términos municipales más amplios del país. Y el libro 'Guadalcacín y Caulina, en relatos', aunque se centra en estos dos parajes, ilustra con fundamento el asiento histórico de estos núcleos de población que en su historia encuentran con facilidad la naturaleza de su presente y posiblemente también el origen de las dificultades que aún soportan hoy en día.
«Los primeros 21 llegaron en 1952», recuerda Simón Candón Sánchez, hijo de uno de aquellos primeros matrimonios de colonos (Rafael Candón y Juana Sánchez) y coautor de una obra que en el otro firmante de la publicación encuentra otro de los colectivos a los que es preciso acudir para entender el sentido de la puesta en marcha de aquellos poblados de colonización. Juan Blanco Rodríguez es ingeniero agrónomo del Iryda e Iara y fue el director provincial de este último órgano en Cádiz.
Presentado recientemente en Guadalcacín, entidad que el viernes asistió a una proyección que retrotrajo a los asistentes a aquellos años cincuenta, el libro es un dechado económico, sociológico y humano que estudia unos movimientos que, de inmediato incorporó a nuevos colonos llegados desde otros puntos como Espera, Bornos o Arcos. «No hubo ninguna colonización tan grande en España, desde los tiempos de Carlos I, como la que hizo el Instituto Nacional de Colonización», dice Candón.
«Llegaron desarraigados de sus pueblos y, sin conocerse, acometieron la difícil tarea de hacer causa común», explica con un cierto tono de épica de posguerra al respecto de los ingenieros, peritos, mayorales, guardas, tractoristas y demás interesados en aquella colonización. Antes llegaría Caulina, tierras hoy inmersas y diluidas en el casco urbano de Jerez, más allá de La Granja y hasta la actual Guadalcacín. Era 1916, y llegaban entonces a la zona las influencias de las experiencias holandesa y belga.
'Guadalcacín y Caulina, en relatos' contiene 359 páginas plagadas de fotos de labor en el campo, de vida precaria en los barracones y luego en las casas que configuraron el singular urbanismo agrario de nuestra tierra, de ganado, documentos y detalles que hacen justicia con aquellos colonos pioneros del actual Jerez rural. Y el estilo, fundamentado en relatos dirigidos en muchos casos a un tal Peneque, convierten las referencias históricas en el atractivo estudio de una realidad tan curiosa como importante para la ciudad.
La filoxera y el pantano
Los arruinados propietarios de los viñedos diezmados en el Marco como fruto de la acción de la filoxera están, según el análisis de Candón y Blanco, en el origen de una colonización de tierras que los llevaron a realizar un llamamiento al Gobierno central. «Se trataba de que libraran dinero para realizar el pantano de Guadalcacín, la transformación de aquellos secanos en regadíos impulsa a todos los poblados de colonización que nacieron en esos años en la vega del Guadalete», explican.
«Entre 1901 y 1906 hubo un sentir unificado de todos los jerezanos, reivindicando la construcción del Pantano de Guadalcacín, obra imprescindible para crear riqueza mediante la transformación en riego de 12.000 hectáreas que, desde el termino municipal de Arcos de la Frontera, llegarían hasta las puertas de Jerez de la Frontera», explican los autores en la presentación de la obra. Adentrarse en sus páginas es descubrir un rico patrimonio toponímico tan capaz de situar al lector en el terreno.
La Dehesa de Angulo, Sepúlveda, Dehesa de Potros y Quinientas, El Juncal, Las Pitas, la Dehesa Jerezana, la Torre de Melgarejo, mayorazgo o Morla asoman para dibujar los Llanos de Caulina que, aún distanciados del Jerez urbano, todo lo que podía serlo entonces, completan la tercera parte de aquellas tierras que habrían de beneficiarse de las aguas del pantano para salir de los límites de los secanos cerealistas de la época.
La Ley de Colonización y Repoblación Interior de 1907, el establecimiento de la colonia agrícola en 1911 o el estudio económico social que el Instituto Nacional de Colonización realizó en Medina, Alcalá y Paterna aparecen en el libro arbitrando la puesta en marcha de aquella gran operación cuya importancia parece olvidada.
(La Voz, 5-Febrero-2012)

Medio millar de monjas y religiosos hacen vida consagrada en la diócesis

Franciscanos y Hermanas de la Cruz en la Catedral. Foto J. Fergó.
El estado de salud de la vida consagrada, aquella que nutren los hombres y mujeres que profesaron en su momento en una de las muchas órdenes y congregaciones presentes, es alto en la ciudad y en toda la diócesis. Las cifras dadas a conocer desde la Confer, al menos, señalan motivos para que la Iglesia mantenga todas sus esperanzas en la consistencia que mantienen, pese a todo, monjas y religiosos en Asidonia-Jerez.
Aun en medio de la carencia de vocaciones religiosas existente en la actualidad, 560 personas alimentan con su oración y su dedicación a parcelas como la educación, la salud o la labor asistencial a los más necesitados la realidad de este estilo de vida en nuestra tierra. Y la celebración del Día Mundial de la Vida Consagrada, que ayer culminó en la Catedral con la misa solemne que presidió monseñor José Mazuelos, fue un ejemplo.
Pudo verse en las naves del primer templo diocesano a franciscanos de los conventos jerezanos o incluso del chipionero de Regla, a religiosas pertenecientes a las Hermanas de la Cruz, a las Hijas de la Caridad, las de carisma docente de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús, salesianas, jesuitas de El Puerto, lasalianos de toda la diócesis y hasta al cartujo que nos quedó en la ciudad cuando los hijos de San Bruno dejaron el Monasterio de la Defensión.
Las Hermanas de Belén vinieron a llenar el vacío que quedó en la Cartuja del mismo modo que la vida contemplativa nos sigue obsequiando con la presencia de agustinas, clarisas franciscanas, esclavas del Santísimo Sacramento o mínimas en Jerez; clarisas capuchinas, comendadoras del Espíritu Santo y concepcionistas franciscanas en El Puerto de Santa María; carmelitas descalzas, franciscanas clarisas y dominicas del Espíritu Santo en Sanlúcar, o mercedarias en Arcos.
El caleidoscopio de carismas es tan variopinto como la presencia ayer de hábitos en la Catedral. A ellos y ellas se dirigió el obispo diocesano con una invitación a que mantengan su oración y el testimonio en medio de una sociedad que los necesita. La Jornada Mundial de la Vida Consagrada ha llegado este año con el lema 'Ven y sígueme, la vida consagrada y la nueva evangelización', «una jornada pues, para la acción de gracias desde el reconocimiento que todo es don y gracia, y para el sincero examen de nuestra respuesta a tanto bien recibido», explica José Antonio Naranjo, religioso franciscano y presidente de la Confer diocesana desde el pasado año.
En nuestra diócesis se hacen presentes 43 institutos religiosos diferentes entre órdenes, congregaciones e institutos seculares. De entre ellos, 13 son masculinos y 30 femeninos. No quedan contemplativos en Asidonia-Jerez tras la marcha de los cartujos pero de entre los institutos femeninos 11 responden a esa disciplinada y sencilla vida de oración y trabajo (la repostería, por ejemplo) que, más allá de la parte visible de los cenobios, asientan su entregada existencia. Son 66 las casas o comunidades instaladas en el territorio diocesano y a todas se les pidió ayer «unidad de acción».
«Significatividad evangélica»
José Antonio Naranjo se estrena en el Día Mundial de la Vida Consagrada como presidente de la Confer, organización que aglutina en ciertos esfuerzos comunes a los superiores y superioras de todas las comunidades. Y lo ha hecho haciendo un llamamiento a «aumentar nuestra significatividad evangélica en estos momentos que podemos definir con términos cargados de futuro, bíblicamente hablando, como caos, noche oscura u ocaso».
Por ello, en su declaración de intenciones ante esta jornada ha puesto de relieve que «creo en una vida consagrada que sea frecuentadora y creadora de oasis espirituales», «que se deje sacar del desierto de la superficialidad y del intelectualismo estéril», «creíble por lo que vive», «que se pone al lado de la fragilidad y la vulnerabilidad», «multicultural e inculturada», «que, desde la fidelidad a su identidad se abre con esperanza al futuro» o «que, con visión de futuro, fantasía y creatividad evangélicas, sea capaz de abrir presencias inéditas de testimonio».
(La Voz, 06-Febrero-2012)