domingo, 31 de julio de 2016

Por la rendija aún entreabierta

La parada del 'vacacioneo' anual es una oportunidad única para reparar en cosas claves para entenderse a uno mismo pero inadvertidas cuando la vorágine azota inmisericorde y sólo da para actuar, y tantas veces sin siquiera poder pensar. Es así como el segundo día de mi descanso estival me ha permitido atreverme a mirar hacia atrás para analizar lo que dejo sobre la mesa de la redacción.

Me voy sin saber en qué quedarán las latentes amenazas de moción de censura que ya se atreve a mencionar Izquierda Unida en el marco de la tibia revisión de la investidura de la alcaldesa socialista jerezana. Aunque prometen esperar a ver si en octubre municipalizan la ayuda a domicilio. Creo que ya rezan (uy, perdón... se me ha escapado) para no verse obligados a cumplir la amenaza.

Me voy sin saber en qué quedarán las denuncias cruzadas entre PSOE y PP con la concesión y supuestos beneficios heterodoxos (por llamarlos de algún modo) de Piscinas Jerez de fondo. Me voy sin saber si tendremos presupuestos alguna vez para este año, el siguiente o cualesquiera que nos echemos a la cara a la hora y en la hora de colgar la concha en la mochila peregrina. 

Item más, me voy sin saber si mi Jaime retransmitirá el Carranza para abrir su nueva etapa profesional. O si seremos capaces alguna vez de tener encendidos a la vez los micros y el ruidoso aire acondicionado de la sala de prensa del Ayuntamiento. Me voy sin conocer al peluquero de Paco Camas ni quien será el próximo que se atreva a cantar en un conocido programa de la competencia. 

Tampoco sé si Carlos Herrera ha dejado en ese camino que yo afrontaré este semana huella alguna que enmarcar en su inconfundible estilo en antena. Pero sólo me importarán las mías, las nuestras. Así, las que haya dejado yo en el curso informativo que dejo atrás son, quizá, las que ahora busco en la rendija entreabierta. El caso es que lo primero que he visto es todo lo demás.

sábado, 30 de julio de 2016

Indispensable en la mochila!

Salir de donde estás deseando hacerlo puede ser tan gratificante como regresar tras el tiempo necesario para haber desconectado. Eso es lo que se espera de las vacaciones. Quizá por eso he decidido que su inicio no se convierta en pasto de las llamas de un júbilo desmedido. 

Eso sería como considerar que mi vida ordinaria es un infierno cuando hace tiempo que las botas pisan ya otro camino. Item más, ello requeriría en justa compensación proporcional que la vuelta, a comienzos del vendimiero mes de septiembre, fuera un drama. Y no estoy por la labor.

Alegría y mesura pues, a partes iguales. Serenidad, que es mi mejor sinónimo de la felicidad en estos momentos en los que toca estar en camino. Y ahora es cuando esperáis que, aprovechando el pie que me doy a mi mismo, me ensarce en honores y glorias de la experiencia por venir, no? 

León, San Martín del Camino, Astorga, Foncebadón, Ponferrada, Villafranca del Bierzo, O Cebreiro, Triacastela, Sarriá, Portomarín, Palas de Rei, Arzúa... no son los hitos del que realmente pongo en marcha. Aunque en una semana no tendré más mirada que la del peregrino a Compostela.

Las mochilas han quedado prácticamente preparadas esta mañana. Va casi todo lo necesario. No es bueno que esté todo. Carmen me tacha de cuadriculado. Pero dejo sentado que también soy de los que gusta de dejar huecos para la sorpresa, huecos ahora llenos de expectación. 


sábado, 9 de julio de 2016

Menos misiles y más pavías de bacalao!

www.abc.es
Respeto mucho las reivindicaciones antimilitaristas, pese a lo que piense sobre un mundo que no ha aprendido a vivir pudiendo olvidarse de defenderse. Pero acabo de leer una cosa que decía El Pali y me he apuntado a esa actitud que, más allá del flower power hippy nacido en contra de la Guerra de Wietnam, nos lleva a blindarnos contra el mal rollo de las armas por medio del más trianero casticismo: "Habría que hacer menos misiles y más pavías de bacalao!"

"Y muchos barbos en adobo, mucho vino y alegría, que allí aprendieron los moros el baile por bulerías..." cantaba aquel 'Sevilla tuvo una niña' de Francisco de Asís Palacios Ortega. No creo que adivinara entonces la amenaza islamista al poner a los hijos de esa parte del mundo a pegar la 'pataita' más flamenca de nuestra tierra. Pero ahora no viene mal imaginar algún tipo de comunión para la que tanto queda por conseguir. Ilusa alianza de las civilizaciones?

Posibilidades que imagino alejadas del Barack Obama que llegará esta noche a España procedente de la asamblea de la OTAN en Varsovia y con la viva amenaza racial de su casa en mente. Mucho más, desde luego que el episodio con cinco policías muertos estos días en Dallas. Para cuando una respuesta contundente de verdad al acceso a las armas en los EEUU? El presidente de la potencia norteamericana tiene, en cualquier caso, al enemigo en casa.

Mañana domingo, si no hay más cambios en su agenda, hablará a las tropas en uno de los cuatro destructores del Escudo Antimisiles que tenemos en la Base de Rota desde que el primero llegara en febrero de 2014. Y preparo equipos para asumir mi condición de periodista acreditado con la expectación lógica. Y con una pregunta sin respuesta: es más peligroso el libre acceso a las armas de los ciudadanos norteamericanos que el de un país cualquiera a los misiles?


domingo, 3 de julio de 2016

Lápices sin punta

Quizá, sólo quizá, si el tono vital hace que aprietes al escribir las líneas de tu existencia esté justificado que pierdas la posibilidad de seguir siendo el dueño de tu relato. Pero también lo es que cesar en la insistencia de dejar tu huella en el blanco de la vida por aquella prudencia que te inculcaran tiempo ha es tirar por la borda aquello que eres.

Quizá, sólo quizá, si el grafito se rompe porque dejó de ser hora de cuidar la buena letra aprendida para acentuar tu carácter más personal toque no llorar la punta chata sino sonreir al ver las caras de los que se descubren a sí mismos sonriendo con ingenua perversión al comprobar que rompiste el lápiz que escribe tu historia

Quizá, sólo quizá, debas romperla ante la familia, ante tu profesión, ante tu economía, ante tus intereses sociales, ante la política, ante la gente que te quiere, ante la que no, ante aquello que aprendiste primoroso, ante los conocimientos que supongas te resten por adquirir, ante quien te comprende y ante quien no sea capaz.

Quizá, sólo quizá, si te arriesgas a empezar a romper la punta de tus lápices porque te hartaron las tibiezas del pasado y lo haces mientras compruebas que comienzas a dejar poso en el mundo, te quede para siempre la salvaguarda precisa ante el tribunal de la vida en el juicio de las cosas que de verdad merecen la pena.