domingo, 29 de noviembre de 2009

Aquellos viejos curas


Me ha llamado poderosamente la atención el anuncio de aquello que va a ocurrir mañana en la Catedral. De hecho siempre me ha dado grima cuando, pasados los cinco años de esos alquileres de nichos de los ocasos de turno, una familia se las veía con los restos del recordado muerto para reunirlos en un osario con los de no sé qué otro tío al que tanto quiso el primero de los difuntos. Y todo ello convirtiéndose los herederos en luz y taquígrafos de una escena verdaderamente triste.
Es noviembre y tocaba algo parecido cuando el Año Sacerdotal se propone, en Jerez, recordar a aquellos curas de siempre que forjaron toda una época en la ciudad. Eran tiempos, desde luego, de clericalismos pronunciados. Claro está, en décadas de tan prolíficos signos de nacionalcatolicismo a granel. Pero también años de encuentro en ellos de ejemplares entregas tan dignas ahora de ser tenidas en cuenta. Cada cual tuvo lo suyo. Cada uno, sin embargo, fue testigo de un momento en el que, al fin y al cabo, se consolidó la realidad eclesial que parió, finalmente, la erección de la Diócesis.
No sé, realmente, con qué criterio han sido seleccionados estos nueve sacerdotes. Quizá no se trate sino de una mera cuestión de toca. Pero, si en ellos había de materializarse el gesto sólo porque eran los siguientes en un traslado más desde aquellos nichos de la clerical Hermandad de San Pedro, a mí me tiene encantado. No en balde constituyen memoria viva de una ciudad que, en ellos, encontró, seguramente como en otros de esa generación, el baluarte de ciertas actitudes ante el mundo.
Echados 'palante' como Luis Bellido a la hora de arreglar un San Dionisio siempre en esas andadas del desasosiego arquitectónico o simplemente peculiares como Cervantes con su boina, aquellos viejos curas son hoy dignos del mejor recuerdo.
(La Voz, 29-11-09)

La Catedral acogerá los restos de nueve curas muy recordados


Se trata de los recordados presbíteros Luis Bellido Salguero, Carlos Román Ruiloba, José Cervantes Cervantes, Manuel Palacios Muñoz-Seca, Manuel Román Ruiloba, Antonio Gómez Villalobos, Pedro Carballa Carmona, Manuel Lassaleta Muñoz-Seca y Carlos Huarte Gorría. La memoria de Jerez los sitúa al frente de templos como San Dionisio, San Enrique y Santa Teresa o alguna canonjía de la hoy Catedral. Pero sus restos reposaban en el Cementerio Municipal y ahora son trasladados al panteón catedralicio.
José Luis Repetto Betes, deán de la Santa Iglesia Catedral, aclara que «la Hermandad de San Pedro, que es una hermandad compuesta por sacerdotes, tiene una serie de nichos en propiedad en el cementerio y, cuando pasan unos años, se tiene la costumbre de trasladarlos a la cripta central de la Catedral, donde se enterraban en su tiempo los canónigos del Cabildo Colegial hasta que en 1801 se prohibieron los enterramientos en las iglesias por la epidemia de fiebre amarilla».
Con todo, y en esta ocasión, la singularidad del Año Sacerdotal que se celebra durante este año dictado por el papa Benedicto XVI -«por aquello de recordar también a los sacerdotes fallecidos», dice José Luis Repetto-, ha envuelto un traslado más en un acontecimiento de trazas particularmente especiales. Así, mañana lunes día 30 de noviembre, fiesta de San Andrés, tendrá lugar, en el primer templo diocesano, un funeral pontifical que oficiará monseñor José Mazuelos Pérez, obispo de Asidonia-Jerez, a las 11,00 horas.
La cripta de la Santa Iglesia Catedral ya recibió, en su día, el contenido de «unas veinte cajitas que trajeron una vez», recuerda el deán. Además, y enterrado de nuevas o sea sin pasar por cementerio alguno previamente, fue llevado directamente al templo catedralicio el sacerdote Manuel López Rodríguez, que fue canónigo, teniente vicario de la Diócesis y párroco de San Miguel. «Fue una concesión especial de don Rafael», dice recordando a Monseñor Bellido Caro, primero obispo de Jerez.
Ahora les acompañan estos otros nueve sacerdotes de los que, como insiste Repetto Betes, «todos ellos sirvieron durante muchos años a la Iglesia jerezana». Emblemáticos de toda una época, prediocesana en buena medida aunque conocieran erigida a Asidonia-Jerez, cada uno de ellos subraya un trozo de historia de la Iglesia local. Desde el padre Luis Bellido -«el Bellido barato», solía decir en alusión al entonces obispo Bellido Caro- hasta los hermanos Román Ruiloba -«siempre juntos desde el Seminario», recordaba Repetto- o los sobrinos del famoso dramaturgo portuense Pedro Muñoz Seca.
(La Voz, 29-11-09)

El Nazareno rescata su historia


Dos meses después el trabajo sigue pareciendo tan interminable como al principio. Ése es el tiempo que José Luis Barrones lleva localizando documentos, ordenándolos junto a los que ya tenía la Hermandad de Jesús Nazareno, escaneándolos y archivándolos convenientemente. El despacho de San Juan de Letrán que ocupa para ello está presidido por Jesús, que es como siempre se llamó, popularmente, al Señor con la cruz a cuestas de la Alameda de Cristina. Ante la envergadura de cuanto se ha propuesto la cofradía al respecto bien puede decirse que él mismo se está ocupando del asunto.
Lo cierto es que todo pasa por las manos veteranas de Barrones, que toca legajos y viejos libros de actas con la mesura y la sabiduría del que conoce su valor. Una lupa le ayuda a desvelar ciertas claves a tener en cuenta. Está jubilado y le sobra el tiempo para ello. De ningún otro modo sería posible tamaña empresa. «Eran cajas y cajas de diversas procedencias», señala recordando el estado de cosas cuando, aún en verano, se ponía manos a la obra. Y, con todo, ya era importante que aquel material estuviera en la casa de hermandad. Aunque aún estuviera a expensas del análisis del archivero.
La primera dificultad con la que ha tenido que bregar el artífice de tan minucioso trabajo fue, justamente, procurar que todo aquello que salió de los archivos camino del domicilio particular de algún que otro caprichoso regresara a casa. «Ha sido común que algún hermano llegara diciendo qué bonito, me lo llevo para leerlo en casa», reconoce congratulándose de la llegada de mucho de este material. Le bastó levantarse en una reunión del cabildo general de hermanos para pedir que cada cuál buscara entre sus posesiones aquello que, más bien, fuera del archivo de la cofradía. Y casi todo fue apareciendo.
Documentos de anteriores sedes en el desaparecido Convento de San Agustín, de San Francisco o de la entonces Colegial, otros que llegaron desde el Arzobispado Hispalense fechados en los años 1714 y 1719 o relaciones de documentos de los siglos XV y XVI son reconocidos por Barrones como algunas de las joyas que, en estos momentos, pasan por sus manos. Son, fundamentalmente, libros de actas, «bastante bien conservados, por cierto», señala con satisfacción, y delicioso libros de cuentas con cifras en reales y maravedíes.
Pero el sueño del archivero de San Juan de Letrán es encontrar, entre tanto legajo, «algo que nos diera una pista real de cuándo, quién encarga y quién hace la imagen de Jesús Nazareno, sería inenarrable». Mientras tanto, se conforma con bulas pontificias y otros escritos a mano, «de los pendolistas, aquellos que aun siendo analfabetos en muchos casos sabían pintar cuidadosamente las letras». Pero no todo tiene tan legible pinta y, a menudo, se topa con «ortografías pésimas y grafías aún peores». Tras la lupa, las retinas de José Luis Barrones saben de sobreesfuerzos para ello.
El año próximo se conmemorarán los 425 años de las primeras reglas de la antigua Hermandad de San Andrés, en el origen de la actual Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno. En plena semana del Santo Patrón de los toneleros que celebran cada año los cofrades de Cristina, este data adquiere importancia capital y faculta a la junta de gobierno que preside Raúl Castaño, su hermano mayor, para ir pensando en su celebración. Mañana lunes, con motivo de su fiesta, tendrá lugar la misa por San Andrés. Será en San Juan de Letrán, a las 20,30 horas, y tras toda una semana de acontecimientos.
Ni siquiera estos animosos actos -dominó, tapas y convivencia, en suma- han distraído, durante estos días de finales de noviembre, al viejo archivero de su empeño por seguir poniendo orden en semejante galimatías. En el archivo de Jesús, de Jesús Nazareno, todo comienza, sin embargo, a tener más sentido. Mucho más. Lo primero, que el patrimonio documental esté en casa. Es el único modo de que el inmaterial que constituye la historia quede al alcance de propios y extraños. Pero sin salir de San Juan de Letrán.
(La Voz, 29-11-09)

lunes, 23 de noviembre de 2009

Sin respuesta a la acogida


La mañana, luminosa en la calle e invitadora a otras cosas sin duda, se dejaba llevar por el tono expositivo de Ángel, un cura que sabe de liturgia y que se dirigía al escueto auditorio prodigándose en detalles importantes para entender bien de qué estamos hablando cuando nos acercamos a la materia que nos reunía en el Auditorio Juan Pablo II.
Creo que hay que entonar el 'mea culpa' ante la escasa participación de este año en el Curso de Formación Litúrgica. Y que hemos de hacerlo todos. Sin duda. Bueno, déjenme hacer una excepción: Paco, la única presencia del Consejo e impulsor de la cosa pese a no tratarse él del delegado de Formación de la Unión de Hermandades. Pero, salvo Toro (me debes convidá, amigo), todos a reconocer donde hemos fallado.
Con todo, no hemos de detenernos en ello más de la cuenta. Que en esto, como en los cortejos procesionales, sigo siendo de la opinión de la preponderancia de la calidad sobre la cantidad. Todo sea que los treinta y tantos asistentes se conviertan en levadura en la masa, cada vez más pastosa, de una colectividad cofrade que tiene que despertarse, ponerse en pie. Con ello bastaría para estar ahora satisfechos.
Y, sin embargo, el 'mea culpa' es reparador, terapéutico, balsámico, cuando se reviste de la sinceridad necesaria. Siempre mejor, desde luego, que el 'tua culpa' que, ahora, me atrevo a dejar caer. El turno de preguntas agonizaba tras la primera ponencia cuando la cosa, que comenzó con el interés por la reforma de la liturgia y las trazas de la misa, se adentraba a la necesidad de analizar el tono de la acogida de párrocos y jerifaltes de la comunidad parroquial al feligrés.
Fue entonces cuando -pese a la disposición de Ángel por responder- el 'árbitro' de aquel partido, y mientras el delantero se preparaba la diestra para golpear el balón a placer hasta el fondo de las mallas, pitó el final del encuentro. Todos teníamos ganas del cafelito del Bar Mónica pero nos faltó detenernos en la cuestión de marras. Una lástima.
Los cotos cerrados en que pueden llegar a convertirse las parroquias -sobre todo las que echan la llave y la tiran por la gatera- también tendrán que ver con las celebraciones que encontramos en ellas. ¿O no?

(La Voz, 22-11-09)

domingo, 22 de noviembre de 2009

De la misa, la mitad


Desde aquellos gozos por el éxito notorio registrado en el estreno del año pasado, el Curso de Formación Litúrgica coorganizado por el Consejo Local de Hermandades y Cofradías y el Instituto Superior de Ciencias Religiosas Asidonense (ISCRA) comenzó ayer la segunda edición constatando que, por lo que se refiere al menos a la inscripción, «de la misa, la mitad».
El liturgista Ángel Pérez del Yelmo exponía el tema 'La liturgia como expresión de la fe', primero de los dos propuestos en la primera sesión, ante apenas treinta y cinco personas. Y ello es imputable a un corto compromiso de las hermandades, pero también del propio Consejo del que un solitario miembro, Francisco Toro, se hacía presente en el Auditorio Juan Pablo II, del Obispado.
Hablaba el primer ponente del ciclo de aquello que es liturgia y lo que no, de lo que es un verdadero cofrade y un mero capillita («un ateo dentro de una hermandad»), de ciertas formas pasajeras y de un fondo que permanece, del culto como el ofrecimiento de la vida de Cristo «y no un conjunto de palabritas».
El sacerdote Ángel Pérez del Yelmo aludió, de otro lado, a la misa como algo «de la Iglesia y en la Iglesia» y también se refirió a aquellos que se conforman con prácticas piadosas posibles sin salir de casa. Y concluiría en que «no es un entramado de actos litúrgicos sino la expresión de la vida de la Iglesia». Así llegaría a la presentación de los sacramentos y otros detalles.
El turno de preguntas se centró en cuestiones sobre la reforma de la liturgia que se propone Roma y que, en cualquier caso, el ponente reconocería, utilizando el termino de la persona que formuló la pregunta, como «involución necesaria, como en todos los órdenes de la vida una vez se ha avanzado demasiado debilitando aspectos que son sustanciales».
'La religiosidad popular, manifestación de la riqueza litúrgica', título de la segunda parte de la sesión inaugural celebrada ayer en el Obispado, fue expuesta por el también sacerdote Enrique Soler Gil. Como el anterior, ya fue profesor del Curso de Liturgia del año pasado y, en esta ocasión, abundó en una perspectiva que conoce desde su conocimiento de presbítero y su condición también cofrade.
Para el próximo sábado día 28 de noviembre se contempla, en la que será segunda de las cuatro sesiones previstas en el programa de este II Curso de Formación Litúrgica para Hermandades y Cofradías, temas como 'Las plegarias eucarísticas, eco de la vida' y 'El lugar del canto y la música en la liturgia'.
Las otras dos sesiones posteriores, la tercera y la cuarta, salvarán, en el almanaque, el puente de la Inmaculada para celebrarse los días 12 y 19 de diciembre.

(La Voz, 22-11-09)

jueves, 19 de noviembre de 2009

El celito, el celito...


A mi hermano Marco Gómez
llegue este abrazo fraterno
con motivo de ese eterno
camino que nos dio un lote
de salud 'pa' los enfermos,
de amparo de luz y arena,
de consuelo en la condena
de esta vida, puro infierno.

A mi hermano en la morena
medalla de tradición
que en la Peregrinación
Andando reunió las penas
de dos hombres en unión
de fortaleza y carencia,
dolor, cansancio y ausencia
de cascos, micros y voz.

A mi hermano que, en conciencia,
tiró de mí con un grito
-"¡el celito, el celito...!"-
que invitaba a la prudencia,
la caminata y el mito
de llegar hasta la Virgen
junto a tantos que se afligen
ganando todo a poquitos.

A mi hermano y los que eligen
la dureza del camino,
a Marco y cuantos admiro
por impronta tan humilde,
a quienes en el destino
no ven sino las Alturas
de una Madre que es dulzura
y brazos 'pal' Pastorcito.

A mi hermano en la amargura
de la experiencia que cito,
a aquél de quien solicito
que mantenga esa estatura.
¡Querido amigo, Marquito,
en el Coto y en la vida,
compañeros de fatigas,
no olvidemos "el celito"!

("El celito, el celito...": Expresión habitual de Felipe Morenés, el hermano mayor del Rocío de Jerez, que invita al tesón, la voluntad y el sufrimiento callado en el camino por las arenas)

La Buena Muerte es otra cosa


Ser cofradía al uso no obsta para serlo también a la hora de acercarse a asuntos de interés general como la vida. Por eso la Buena Muerte, hermandad, es otra cosa. Pero, además, el ciclo recién iniciado por esta corporación vino a mostrar que la buena muerte, eufemismo con el que llaman a la eutanasia, también es asunto de otro cariz moralmente mejor armado.
El médico José Miguel Merino Aranda, especialista en Ginecología y Obstetricia y cofrade de la Hermandad del Santo Crucifijo de la Salud, ofreció, en el Auditorio Juan Pablo II del Obispado de Asidonia-Jerez, la primera de las conferencias previstas dentro de las Jornadas sobre Bioética y Humanización que organiza la Hermandad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte.
Tras presentación a cargo del delegado diocesano de MCS y acompañándole en la presidencia el teniente hermano mayor Matías Ruiz, José Miguel Merino desarrolló el tema 'Nueva medicina y moral cristiana' partiendo de la consideración de que «cada vez más la sociedad actual exige al cristiano demostrar el compromiso que tiene con sus convicciones», señaló Merino.
Abordó la eutanasia, partiendo de la propia advocación de la cofradía organizadora, añadiendo «perspectivas nuevas que se plantean como disyuntivas morales ante la toma de decisiones médico-sanitarias con respecto a nosotros mismos y a nuestras familias». Recordó que la futura legislación está en fase de proyecto y es el momento de tener ideas claras desde posiciones cristianas.
Antes de acercarse al asunto que se apuntaba con central, sin embargo, presentó lo relativo al manejo de células-madre y medicina regenerativa en general, «una entelequia que está aún muy en el aire, no se sabe a dónde va y hace necesaria una clarificación técnica y moral», así como habló, igualmente, de la clonación, «de la que se habla mucho sin conocer bien el asunto».
En todos los casos, presentó, de modo distendido y magníficamente documentado siempre, la situación puramente técnico-médica al respecto para pasar más tarde a la posición de la Iglesia en base a un concepto moral por la vida que sobrepasa el ámbito puramente religioso para proponerse como actitud ante la vida y contra estos factores de muerte que renuevan la visión de la Medicina.
El tono con el que comenzó esta propuesta, que apunta alto yéndose al marco del Obispado y abriendo puertas a un público cada vez más universal aun desde la convoctoria cofrade, anima el desarrollo de unas Jornadas sobre Bioética y Humanización que aún ocupa en la agenda dos próximas fechas: el 20 de noviembre con una mesa redonda y el 11 de diciembre con la intervención del obispo diocesano.
Ni que decir tiene que, como es lógico imaginar, llama poderosamente la atención poder escuchar bioética, de nuevo tras la conferencia que ofreció este pasado verano en la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, a Monseñor José Mazuelos Pérez, el obispo diocesano.
Antes, sin embargo, tendrá lugar (el viernes 20 de noviembre) la mesa redonda que ha sido titulada 'El médico, acompañante de la vida humana' y que contará con los doctores Juan Antonio Becerra Martel, ginecólogo; Felipe Garrido Martínez de Salazar, pediatra; Manuel Leal Pérez, médico del Trabajo, y José Luis Pérez Ramírez, internista. Estará moderada por Pilar Gallego Alemany, también doctora en Medicina y profesora de Religión.

(La Voz, 15-11-09)

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Aniversario en 'coreanas'


A los cuarenta y cinco poco podía esperar que volviera a calzarme unas de esas 'coreanas' de mi infancia. Toda una generación sabe de unas botas que, también llamadas 'de segarra' por una determinada marca o guarras por su versatilidad contrastada ante patadas a las piedras y saltos en los charcos, vuelven ahora a mis pies. Traen recuerdos del patio de San José y de juegos en La Plata.
Por la arena de La Raya debo ir cuando ustedes lean esto. Cumplo el sueño que, hace años, deseo alcanzar. La Romería de Pentecostés me lo impide por razones profesionales. Y bien que venía sintiendo no haber podido tomar la palabra a Javier Escobar, delegado de peregrinos, quien tanto me invitó a ello. Pero no fue sino este fin de semana que llegara la ocasión de martirizar los pies y alentar el alma.
Al grano. Más de cuarenta kilómetros de soledad, aun en medio de esa cierta muchedumbre peregrina, es aliviante espacio para una reflexión necesaria. Poco ruido en el silencio de un rehabilitante encuentro consigo mismo y con las alturas celestes y muchas nueces en la profundidad de una interiorización apetecible. Y es curioso que haya también conmemoración al canto en esta Peregrinación Andando a El Rocío.
Veinticinco años, de aquello que fuera lo que tocara conmemorar, siempre han dado, en las cofradías, para fuegos de artificio. Y, aunque no está el rocierismo local para fiestas, alivia comprobar que llegan bodas de plata para una experiencia como ésta de cada noviembre. Yo siento ahora los beneficios de aquello que soñé durante tanto tiempo. Y ya tengo motivos para alegrarme de lo que me ofrece semejante ocasión.
Por ello escribo, a la sombra de Doñana, desde la convicción encendida de lo que, de verdad, merece la pena y aquello que nunca nos aportará mucho. Y creo, en estas horas de dejación de la comodidad, que se nos van, demasiadas veces, las fuerzas por las menudencias. Necesitamos desprendernos de esas cáscaras alguna vez para percatarnos de que, con 'coreanas' en los pies, también se celebran dignos aniversarios. Hagan la prueba.
(La Voz, 15-11-09)

lunes, 16 de noviembre de 2009

Bodas de plata caminando cada otoño por Doñana


Cuando el Padre Quevedo, tan conocido en la órbita rociera y multipregonero de la Virgen, oficie este mediodía la misa en Canaliega, a la salida de Doñana, más de cien personas habrán cubierto a pie los cuarenta y tantos kilómetros que separan la desembocadura del Guadalquivir de la Aldea de El Rocío. Habrán cumplimentado, a falta de ver a la Virgen en el santuario, la Peregrinación Andando que organiza cada noviembre la Hermandad del Rocío de Jerez.
Pero no será una edición cualquiera. Así como diversas cofradías de la ciudad vienen conmemorando otros tantos aniversarios, también ellos cumplen uno, el vigésimoquinto de una iniciativa de la junta de gobierno que presidía, como hermano mayor, Felipe Merino en aquel 1985 en el que un puñadito de pioneros se echaron al camino. A las ocho de la mañana partió, ayer, el grupo desde Santo Domingo y, embarcados en Bajo de Guía y transcurrido la mayor parte del camino, han pasado esta noche en Palacio.

Sin faltar un sólo año

Conversar con alguno de los poquísimos que han realizado el camino durante los veinticinco años que se cumplen este fin de semana es abundar en todo un abanico de hechos insólitos, sorprendentes o, cuanto menos, graciosos. Manuel Vázquez, cofrade de la Coronación y uno de los impulsores principales de la peña De la Albarizuela a El Rocío, es uno de ellos. Y su relato constituye un interesante aprendizaje sobre lo recomendable, sobre las dificultades e, incluso, sobre los riesgos.
«Difieren mucho los primeros de los actuales», reconoce, en primer lugar, señalando en el número de peregrinos una de sus razones: «En aquel año 85 íbamos entre 35 y 40 personas andando», recuerda. Y ello al punto que no hizo falta ninguna de las barcazas de la empresa concecionaria del embarque en Bajo de Guía: «Bastó con una barca normal». La masificación trajo, años después, alguna merma de aquel encanto inicial: «Ha perdido, de alguna forma, la intimidad que tenía».

Mil y una anécdotas

Vázquez acude a la memoria -y a una agendilla con apuntes entrañables- para buscar las anécdotas que estos veinticinco años han generado. Así, no se olvida el año en el que el recordado padre Agustín López, dominico entrañable que fue alma del rocierismo jerezano durante los años ochenta y noventa, insistió tanto, en sus oraciones, en la necesidad de agua que no acabó la peregrinación de ese año sin que una insistente lluvia llevara a los peregrinos a recriminarle -de broma- tanto empeño.
Y también se recuerda aquella señora silente, por promesa, que cruzó Doñana aguantando el calificativo de «muda» que desmintió, a la llegada a la Aldea, con la bronca de quien acabó verdaderamente jarta de la mencionada referencia. O Papanatas, también recordado rociero que dio toque otoñal a su avituallamiento y, cargado de castañas dispuestas para ser asadas, lo hizo también con una que no había dado tiempo a sajar antes y explotó mientras era asada convirtiéndose en proyectil contra su boca.

El jabalí de La Raya

Cuenta Manuel Vázquez todos estos acontecimientos con la veracidad de los detalles pero destilando el tono que evidencia trazas de leyenda que el rigor de las anécdotas no merecen. Pero que se agradece. Y un ejemplo es el encuentro que él mismo y Rafael Caballero, conocido rociero que ha ejercido cargo en juntas de gobierno, protagonizaron con un jabalí que, en la soledad de La Raya, se plantó ante ellos asustando al segundo quien, con su actitud, alentó la carrera contra él del animal.
Hablando de animales, tampoco olvida el relator de tantas historias, gran amante de la ornitología por cierto, aquella «culebra de escalera» que debió ser retirada del camino con exquisitez proteccionista aunque con susto generalizado. O aquellos gamos que, al ser rodeados para mejor ser apreciados, no contaron con más vía de escape al sentir la cercanía humana que la que les llevaba contra las tiendas ya instaladas para pasar la reparadora noche tras el duro camino.

Perdidos en Doñana

Las historias de peregrinos perdidos en el Parque Nacional son un clásico en este anecdotario. Vayan dos ejemplos. Iba Manuel Vázquez con el difunto Antonio Camacho cuando, estirado el grupo de peregrinos y sólos ellos en el Cerro de los Ánsares, comenzaron a desviarse del camino de modo inconsciente. Ni apreciar un cierto frescor fruto de la proximidad de la mar les apercibió del error que estaban cometiendo. Hasta que se toparon con la misma playa del Coto, claro.
Otros participantes en la Peregrinación Andando de la Hermandad del Rocío, en similares circunstancias, pueden llegar a perder los nervios de modo que no falten iniciativas rayanas lo delictivo: es el caso de un peregrino que se vio sólo, perdido y, a una cierta altura de su peripecia, ante un vehículo de la Guardería Forestal, abierto y sin conductor aunque con las llaves puestas. No es necesario explicar que no dudó tomarlo prestado para encontrar al resto de peregrinos.

Dos noches en el Coto

Y está también el año de la probatura de dos noches en el Coto, las goteras en la tienda maravillosa pero mal instalada, el retraso del embarque por la niebla que marcó el ritmo de marcha posterior, la copa reparadora ofrecida a quienes no podían encontrar en el vino fiesta sino el necesario calor de un día aciago de agua, la brecha en la cabeza que hizo desandar el camino entre Marismillas y Malandar para encontrar al médico pese a llegar el primero.
A esta hora ya hay otro puñado de anécdotas que se sumarán a las cosechadas durante un cuarto de siglo de Peregrinación Andando que se conmemora sin más celebración que la presencia, este mediodía, ante la Blanca Paloma.
(La Voz, 15-11-09)

viernes, 13 de noviembre de 2009

Viernes 13


Saludos, Jerez. Es viernes 13, cuya condición malévola que alentara una película con ese nombre le invito olviden al inicio de la última Mañana local de la semana. Saludos de Gabriel Álvarez, quien sin miedo y seguramente sin vergüenza se pone ya en marcha. Sean bienvenidos. Comenzamos.
(COPE, saludo en 'La Mañana en Jerez', 13-11-09)

jueves, 12 de noviembre de 2009

Una de cal y otra de arena


Saludos, Jerez. Es jueves 12 de noviembre, día de San Josafat, un polaco del XVI nacido en tierra de cisma, como recoge su hagiografía. Con división, pero en el tono positivo y negativo de lo noticioso, comenzamos yamismo La Mañana local de hoy. Serña 'Una de cal y otra de arena', brillos y sombras, sonrisas y lágrimas en una actualidad ante la que Miguel Rubio impondrá su fina ironía. Esto y otras cosas trae en su escaleta quien ya les saluda encantado, Gabriel Álvarez. Sean bienvenidos.
(COPE, saludo en 'La Mañana en Jerez', 12-11-09)

'Dejadme ser obispo a mi manera', biografía de don Rafael


Una publicación biográfica, presentada esta noche en el Auditorio Juan Pablo II de la Casa de la Iglesia, honra la figura de Monseñor Rafael Bellido Caro, primer obispo de la Diócesis de Asidonia-Jerez. Ha sido titulada 'Dejadme ser obispo a mi manera' y su autor es el veterano periodista Andrés Luis Cañadas Machado, quien llegó a ser director general y regional de la Cadena Cope y que en su fecunda etapa en la dirección de Radio Popular de Jerez tantos lazos mantuvo con el recordado pastor.
Monseñor José Mazuelos Pérez, actual obispo diocesano, ha presidido el acto de presentación a cuya clausura ha evocado el Salmo 112 para corroborar que "esta noche se está cumpliendo en la figura del primer obispo de Jerez el reconocimiento a un justo". Su intervención resaltó su condición de "pastor de almas". "No se creyó gran teólogo ni escriturista sino un pastor" explicó añadiendo las virtudes que lo evidencian en su pobreza, su humilidad, su mansedumbre o su aprecio por la vida religiosa.
Ha sido el doctor en Medicina y académico de San Dionisio José Rodríguez Carrión quien ha tenido a su cargo la presentación de una obra que centró, especialmente, en glosar la figura del biografiado, resaltando ese talante personal que generó la petición convertida en título del libro enmedio de una afirmación suya en la que aseguraba que "pedir milagros a los hombres es tentar a Dios, pedir más de lo que puedo dar es comenzar a pedir milagros que no se van a producir porque no los puedo hacer".
Tras la presentación y antes de la clausura de obispo y del agradecimiento del presidente de la Asociación Rafael Bellido Caro, Miguel Puyol Vargas, el propio autor de la obra, Andrés Luis Cañadas, enmarcó semejante personalidad eclesiástica en la situación post-conciliar y convulsa políticamente que le tocó vivir "en una ciudad aún asentada en un hálito de sociedad aburguesada que no supo entenderle". Explicó detalles de sus tres años de investigación y de su relación personal con él.
Asoman en el libro los expedientes académicos, su etapa del Seminario Menor de Sanlúcar, su presencia en el presbiterio de Sevilla como delegado de Suburbios o para los Laicos, su presencia en Castilleja de la Cuesta donde ejerció una importante labor con los jóvenes o su responsabilidad al frente de la Pastoral Gitana en la Conferencia Episcopal Española junto al trabajo en la Diócesis de Asidonia-Jerez en los que el autor se empeña en "hacer justicia y que el libro responda a una arquitectura rigurosa".
Al precio de veinte euros, la publicación, con más de cuatrocientas páginas y muchas fotos que son historia viva de la Diócesis, está acompañada por un disco compacto de audio que recoge fragmentos de homilías y declaraciones de Monseñor Rafael Bellido. Los fondos están destinados a los fines benéficos de la Asociación Rafael Bellido Caro que, acercando su obra al espíritu del recordado pastor, distribuye el pan diario en un total de diez instituciones asistenciales.

(Del. Dioc. MCS, 09-11-09)

Veinticuatro horas con Santa Ángela


La devoción a Santa Ángela de la Cruz en Jerez, cuyo convento contó el mismo día de la fiesta (el 5 de noviembre) con la presencia del obispo diocesano, Monseñor José Mazuelos Pérez, alcanzó ese fin de semana, el más cercano a su día, tono popular en El Pelirón. El barrio recibió la noche del sábado la imagen con que la Hermandad del Consuelo la tiene al culto y, desde ese momento, no estuvo sóla en ningún momento.
En el patio de la que el barrio conoce como Casa de la Virgen permaneció, recibiendo la veneración de unos vecinos que, fundidos con los cofrades, depositaron ante su paso ruegos y oraciones suficientes como para llenar toda una madrugada en vela. Rezos del Rosario y la Novena de Madre Angelita irían pergeñando los preparativos de la procesión del mediodía del domingo mientras también eran colocadas flores en el paso y colgaduras en los balcones.
A las 11,00 horas comenzó la misa de campaña prevista en plena calle Batalla de Aína. Para entonces habría ojos cansados y cuerpos que habían afrontado el frío de la madrugada acompañando los rezos con café caliente y roscos. Devoción popular en puridad. José Manuel Guzmán, párroco de Santa Ana y delegado diocesano de Peregrinaciones, ofició la Eucaristía más singular que el barrio aguarda a lo largo del año.
Misa y procesión se fundieron sobre las 12,00 horas. El recorrido, con especial atención a la cuadrilla que los niños-costaleros (entre ocho y doce años) prepararon en las últimas semanas, discurrió por esas calles evocadoras de batallas con que cuenta El Pelirón: Aína, de los Potros, Traviesas, Mónaco, Bruselas, Roma, del Salado, Jorge Bocouce, de Jimena, de Torrelobatón y de Aína. Y la Agrupación Musical San Juan la acompañaría musicalmente.
No acabó el acontecimiento con la recogida de la procesión y, muy cerquita de la imagen, la convivencia sabría dar cuenta de berzas, ajos y otras elementos gastronómicos populares con los que cumplimentar a todo el que lo deseó en torno a la mesa de una devoción que, en efecto, haría gala de permanecer veinticuatro horas junto a la Santa.

(La Voz, 08-11-09)

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Esa legítima pero fracasada lucha


Saludos, Jerez. Este miércoles 11 de noviembre es día de San Martín de Tours. Aunque se le reconoce como patrón de los soldados no hay guerra que sostengamos hoy. En cualquier caso trataremos de poner algún alivio a los derrotados, según parece, de esa legítima pero fracasada lucha para que la fábrica de botellas de botellas se mantuviera abierta en la ciudad. A ello vamos ya en La Mañana local que ya comenzamos y que a ellos dedicamos. Saludos de Gabriel Álvarez.
(COPE, saludo en 'La Mañana en Jerez', 11-11-09)

Una semana sin post


No sé qué es lo que ha pasado para llegar a esta situación. No sé, a ciencia cierta, qué cosa, al menos sin pegarme una pensada que se completa haciendo una lista, es la que me lo ha impedido. No sé cómo se me han llenado de tareas las veinticuatro horas de los siete últimos días de mi vida, que es la vuestra también.
El caso es que no cuelgo nada desde el miércoles pasado. Y llegado un nuevo miércoles me abro sitio desbrozando mi azarosa existencia, tan llena de luchas, fructíferas unas y desgraciadamente devoradoras de mi felicidad otras, y de supervivencias permanentes. Son días complejos, con más cosas que callar que aquellas que proclamar.
Una semana sin post no es una semana vacía. Y ello es paradógico si hubiera o hubiese contemplado la posibilidad de que mi blog constituyera bitácora puntual. Pero esta semana se avecinó con multitudinarios acontecimientos y no todos a gusto de quien se afana por dar aquellas entregas que tan a menudo no recibe.
Recoja el lloro quien corresponda, avente el trigo de su actitud mientras recompongo el puzzle de mi alma herida, rota y sin norte visible en este momento. No es terapia alimentar de nuevo este rincón por el que me doy desde el pensamiento y desde el sentimiento.Y, sin embargo, me alegra regresar a mi blog, que es el suyo.
No falten, ustedes, en adelante.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Pinta Bastos


Viene de frente el Señor del Prendimiento, al que la imaginación del artista le ha puesto rostro de gitano de la calle Cantarería. Por encima del hombro derecho le asoma el Señor de la Vía-Crucis, éste sin alegrías interpretativas y clavando la impronta del nazareno franciscano, y por el izquierdo la Virgen de la Soledad, ésa que tan sóla se ha quedado precisamente en La Victoria tras la partida hacia la Catedral del Sagrado Descendimiento. Dos escenas multitudinarias escoltan esta triada devocional jerezana sobre el lienzo de Pepe Bastos: de un lado, la recogida del Cristo de la Viga encendido el entorno del rojo de las bengalas y, del otro, la salida en la tarde luminosa del Viernes Santo del Cristo de la Expiración. Un candelabro de guardabrisas, dorado viejo y codales rojos guarda la esquina inferior izquierda. Y el factor humano de nuestra Semana Santa, los penitentes, la inferior derecha. Allí la cara y la cruz de la Madrugada Santa: el cortejo del Silencio Blanco, única hermandad las Cinco Llagas que suma hasta dos de los detalles del cartel de la próxima celebración pasionista, y, más en primer plano y ofreciendo su antifaz verde como elemento cromático más llamativo del conjunto, una de La Yedra que, con la cruz a cuestas: mira al cielo. "Buscando a Cristo y a María", diría el obispo Mazuelos en una de las frases más atinadas de las pronunciadas el pasado viernes en la presentación de este cuadro que habrá de convertirse en cartel oficial.
Lo cierto es que pronto estará en la calle haciendo de las copias en 'couché' la bandera de la edición 2010 de la Semana Mayor. Pero ya es objeto de análisis. Y el mío, que es lo que procede cuando el comienza de nuestro 'Carrera Oficial' reclama que me moje, es que difícilmente puede el autor mejorar el divino rostro que La Roldana -o quien fuera- diera al Señor del Prendimiento, por buena que fuera la intención de agitanarlo. Y es opinión mía, también, que los carteles que intentan convencer por adición -de amontonamiento de motivos hablo y no de drogas- brindan sus carencias desde el momento en el que se quiere que no falten elementos que convenzan, quizá entendiendo que alguna fallará en el empeño del gusto generalizado. Es pensamiento propio, igualmente, que si de que no falten imágenes se tratase, bastaría con una sóla de Jesús que presida y una sóla de María Santísima si se tercia. Y a lo mejor bastaba con una sóla de ambiente multitudinario en la calle. O un sólo penitente, y el de La Yedra es verdaderamente bueno. Lástima si, al final, la reproducción hiciera de su antifaz una mancha verde enmedio de los más sobrios colores restantes. No es fácil hacer un cartel. Menos aún, probablemente, de Semana Santa. Para gustos, colores. No hay otra. Por ello yo apunto el resultado de mi curioseo por un cuadro que ya quisiera yo para encima de mi chimenea. Y sé que, quisquilloso como me muestro ahora, no me ganaré que el artista me regale uno. Pintan Bastos, pues.
(COPE editorial de 'Carrera Oficial', 04-11-09)

Concilio vinatero


Hoy es día de San Carlos Borromeo. Saludos, Jerez, en este miércoles 4 de noviembre. Fue uno de los promotores del Concilio de Trento. Y el Marco de Jerez anda también buscando concilios que enciendan una luz al final del negro túnel de la discordia vinatera. Ya lo ven, hoy nos asomamos a la fría calidez de la bodega. Sea a mayor gloria del mejor caldo del mundo. Gabriel Álvarez levanta su catavino justo al inicio de La Mañana local. Sean bienvenidos. Salud.
(COPE, saludo en 'La Mañana en Jerez', 04-11-09)

Fray Escoba


Saludos, Jerez. Hoy es San Martín de Porres. Permítanme, en este 3 de noviembre, que haga como Los Sirex cuando cantaban 'La Escoba' porque, en efecto, "si yo tuviera una escoba cuántas cosas barrería". Barrería los efectos del incendio que la tarde de ayer se cebó, en pleno día de fiesta, en unas naves industriales. Barrería el mal momento de esas empresas que cierran con efectos perniciosos, por ejemplo, en los usuarios de la clínica dental de la que les hablamos en breve. Barrería la muerte que se nos ha llevado a López Vázquez. Barrería... ¡qué sé yo! Nunca jamás borraría este momento del encuentro con ustedes porque encantado les saluda ya Gabriel Álvarez. Comenzamos La Mañana local.
(COPE, saludo en 'La Mañana en Jerez', 03-11-09)

lunes, 2 de noviembre de 2009

¡Padrino, búfalo!


Fui niño que se quedó con la copla de aquel grito de guerra -"¡padrino, búfalo!"- y 'corría', desde el sofá de skay al que me pegaba cuando la primera hora de la tarde sabatina nos prometía por la tele una de José Luis López Vázquez, entre los 'hijos' del también recordado Alberto Closas. Como uno más de los ruidosos niños de 'La gran familia' (1962) me pareció siempre, de algún modo, una especie de tío con el que sufrir la paradoja de no parar de reir con sus cosas y, a la vez, jamás sentir por ello más que un profundo respeto. Ni vestido con falda o ataviado con peluca en 'Mi querida señorita' (1971) me movió más que la admiración al verlo desenvolverse en aquellas historias tan gratificantes. Comediante de lujo para unos años sesenta y setenta que forjaron aquello que yo haya llegado a ser hoy en día.
Me acabo de enterarde que ha muerto este mediodía y no sabía qué sentir exactamente. ¿Por qué no ha salvado el pellejo como en 'La cabina' (1972)? ¿Por qué ahora casi me arranca más una sonrisa de agradecimiento por tantos y tan buenos minutos de cine como nos ha regalado, acompañándonos mientras crecíamos, que ese mohín de dolor que sería lógico a poco que se me evocase como esa persona cercana que siempre resulto? No puedo olvidarme de 'Sor Citroen' (1967), 'Amor a la española' (1967), 'No esa bueno que el hombre esté sólo' (1973)... Y, luego, llegaron aquellas más serias como 'La escopeta nacional' (1977), 'Patrimonio nacional' (1981), 'La colmena' (1982) o aquella última, '¿Y tú quién eres?' (2007).
Se ha ido otro de los secundarios de oro, que es un modo de calificar (por la condición de sus papeles en la órbita general de la historia de las películas que priorizaron como protagonistas a otros) a uno de los grandes de nuestro cine. Se ha ido un protagonista de tantas otras cintas y, lo que es más importante, de la vida de aquellos que, perteneciendo a una época concreta de una España tan bien retratada en sus roles, nos vimos reflejados con fidelidad, sin tantos artificios como puedan sugerir los maquillajes de aquella historia de conversión femenina o el surrealismo de aquella cabina que poco hacía pensar en la era de los móviles que hoy disfrutamos o el increíble derroche de 'Un millón a la basura' (1967).
Querido Lopez Vázquez, ahora cobra sentido, en el corazón de todos a los que nos dieron vida tus interpretaciones, el atuendo de 'Este señor de negro' (1975-76). El Padre cuenta ya en el plató de allí arriba con un comediante de altura, con un hombre de bien. Descansa en paz.

Santos, difuntos y mortales


Saludos, Jerez. Es lunes 2 de noviembre. Los santos todos, celebrados ayer, nos amparen que es hoy, al fin y al cabo, cuando lo festejamos con el descanso laboral. Saludos de Gabriel Álvarez que, como ven, no sabe de ocios en éste que, con todo, es ya Día de los Fieles Difuntos. Son las almas del Purgatorio, a diferencia de aquellos que ayer fueron celebrados, que están ya a otro nivel, glorificados. En el tercer escalón, rezando, a los festejados ayer, por los que conmemoramos hoy, nos colocamos quienes nos tenemos que conformar, ahora, con disfrutar con La Mañana local que comenzamos. Sean bienvenidos.
(COPE, saludo en 'La Mañana en Jerez', 02-11-09)

Del Sábado Santo 'ni mu'


No es reproche al obispo, para el que ni siquiera hay tema. Bueno, en el fondo, ni siquiera es un reproche. Me resulta curioso, más bien, que nadie elevara ayer la voz, cuando se insistía en que se formularan las preguntas que fuera menester. De hecho, me da la impresión, cabía en la mente del pastor y/o del delegado que, si acaso espontánea y cándidamente, alguien se atreviera a preguntar por el Sábado Santo.
«¿Qué hay de lo mío?» podía pensarse en boca de los dirigentes de la Piedad, cofradía que sueña -algo que es lógico desde sus problemas del Viernes Santo- en la posibilidad de marras. O... «¿ha pensado usted en seguir los pasos de don Antonio (por el obispo de la diócesis vecina)?» era admisible formulada, quizá, por el presidente de la cosa cofrade. O... «¿qué le parece lo de Cádiz, don José?», con despistada apariencia aunque bien dirigida intención.
Nos vendría la mar de bien, no obstante, la mayor de las prudencias llegados a este caso. Nos vendría bien, especialmente ahora, no jugar a los pasitos imaginados a nuestro gusto o antojo. Sino prestar oídos a las hermandades que pudieran desear el pase al que fuera nuevo día procesional y, sobre todo, no dejar de escuchar a las que no lo quieran y, por ende, no deban ser obligadas para que no nos joroben el sueño. La ingeniería cofrade es, sin embargo, particularmente puñetera.
Ya tenemos jueguecito nuevo con el que echar tardes de debate o noches de una ausencia en los actos de hermandad que resulta convalidada alegremente por el ejercicio de interés supuesto por nuestra Semana Santa. Los ingenieros, que haberlos haylos, han comenzado ya su trabajo de composición de una jornada procesional acorde al resto de los días. Y ello sin esperar siquiera a que el obispo -él de Jerez, claro- diga aún esta boca es mía.
¡Ay Señor! ¡Que Dios nos coja confesados! ¡Asoma la ilusión de una novedad aún inexistente, el debate de las posiciones encontradas, las propuestas imaginativas o las imposiciones inesperadas, que de todo habrá en la viña del Señor, al respecto de un nuevo día procesional al que, ya lo verán todos ustedes, una minoría se ocupará de dar forma ante los ojos atónitos de propios y extraños! ¡Y ello sin que ayer se dijera 'ni mu'! ¡Ay Señor...!

(La Voz, 01-11-09)

domingo, 1 de noviembre de 2009

Primer toque de atención


Monseñor José Mazuelos se dirigió ayer a los cofrades jerezanos valorando que las hermandades «cumplen un gran papel en la sociedad y en la Iglesia son muy necesarias en medio de un mundo de tanta secularización». El obispo señaló que son «una gran cosa para mostrar la grandeza del misterio, las cofradías enseñan a los niños desde pequeños a entrar en el misterio».
Felicitó a las hermandades por su intensa actividad y porque «no han escondido la cabeza bajo el ala y se ha posicionado claramente en la defensa de la vida». De este modo, el pastor, que recordó conocer las hermandades desde su devoción personal, haber vestido túnica nazarena y ser en su día costalero en su Osuna natal y director espiritual en Sevilla, calificó el aborto como «racismo genético».
Sin embargo, invitó a los cofrades a «estar alerta ante los nuevos tiempos que corren y que se están metiendo en las cofradías». De este modo, se refirió al sentimentalismo al que pueden reducirse los valores de la piedad popular ya que «para colmo nos encontramos con unas nuevas generaciones que creen que todo se mueve superficialmente.
«Es necesario a enseñar a madurar a los más jovenes» dijo subrayando la importancia de la formación. Así, invitó a «utilizar nuestras imágenes y enseres para profundizar en la Palabra de Dios». Del mismo modo, mencionó la importancia de la eclesialidad («no somos iglesia paralela»). También recordó a los cofrades que «no somos ONGs».
Recordó la existencia de la Normativa Diocesana para Hermandades y Cofradías (popularmente conocido como «el libro verde») de la que dijo «no es para fiscalizaros, ¿porqué existe el Código de Derecho Canónico?». «Las normas son necesarias, son expresión de la comunión y están hechas con el mayor cariño, os pido que no las veais como un atentado a la libertad».
También advirtió de la necesidad de prevenir el relativismo. Por ello pidió precaución a la hora de solicitar salidas extraordinarias, procesiones de carácter especial y conmemorativo de las que estos días hay diversas convocadas. De similar modo se refirió a las peticiones, prodigadas también en la Diócesis, de coronaciones canónicas de imágenes de la Santísima Virgen.
Nos podemos inventar razones para sacar a nuestas imágenes extraordinariamente pero incluso en ello hemos de aplicar la Palabra de Dios: «Si llueve sabemos que es el Señor el que maneja el tiempo y quedarnos sin verlo en la calle no debe mover a buscar cualquier excusa para salir», dijo señalando también que «las coronaciones pueden desprestigiarse si pierden su carácter extraordinario».
Presentó, del mismo modo, a los miembros de la Delegación Diocesana de Hermandades y Cofradías como seglares comprometidos que «nunca dan un paso sin consultarmelo y sin mi permiso». «Yo despacho con ellos permanentemente y el último responsable de sus decisiones soy yo» añadió antes de referir diferentes aspectos importantes que tienen que ver con la labor de este órgano.
Señaló el obispo, al respecto, que son importantes los cabildos de cuentas, que «la Iglesia es muy cuidadosa al respecto de temas de dinero porque todos somos débiles, todos llevamos los genes de Adán». Añadió que «el Obispado no quiere ser Hacienda para las hermandades pero si tenemos este salón, esta luz, estos gastos... se necesita un mantenimiento».
Invitó Mazuelos a un diálogo permanente y fluido entre las cofradías con la Delegación, y abogó por criterios de transparencia que también vinculó a la necesaria puesta a disposición de las hermandades al Obispado en materia de arte sacro por cuestiones de adecuación estética del patrimonio y de inventarios que invitó a que se llevaran con especial dedicación.
En este sentido, el delegado diocesano Joaquín Perea y el secretario Francisco León presentaron un modelo de inventario que proponen a los hermanos mayores y juntas de gobierno para mejor control del patrimonio con el que cuentan. Les fue entregado el modelo de formulario junto a copia de los estatutos de la Delegación Diocesana de Hermandades y Cofradías.
Posteriormente, Mazuelos se puso a disposición de cuantas preguntas y consultas le quisieran ser realizadas, terminando el encuentro que abre la serie de tres que, próximamente, tendrán continuidad en El Puerto de Santa María y Arcos de la Frontera.

(La Voz, 01-11-09)