Mañana lunes me incorporo a mi puesto de trabajo en la radio tras el descanso anual. Y este año me puede, anteponiéndose a lo que llaman los especialistas crisis postvacacional, la melancolía por la ausencia de aquella voz que echaremos en falta en la nueva temporada. Ya andaba yo de asueto cuando se marchó y por ello, tras que además entonces no fuera capaz de escribir de tan doloroso asunto, es ahora cuando no puedo evitar (ni quiero) dejar sentado en mi blog que me duele muchísimo su falta.
Manolo Estévez fue, es aún con su memoria entre nosotros, de esos hombres que dejan huella casi sin proponérselo. De aquellos que, en una profesión puñetera como la periodística, no ponen zancadillas porque jamás habrá un logro ante el que le mereciera la pena semejante actitud. Y si ello ha sido detectable por cuantos compañeros o protagonistas de las noticias que escribió y locutó durante tantos años al micrófono... imaginad cómo lo ha notado quien desde más cerca lo ha disfrutado día a día.
Mañana abriré el primer informativo para decir cómo comienza septiembre Jerez y recordaré su voz, su modo de ser y estar, sus preocupaciones cotidianas y las alegrías que a menudo compartía con quienes estábamos junto a él. La vida es jodida e ingrata tantas veces con casi todos que yo no quería hoy que, al menos quienes me leéis, pasarais página demasiado pronto. Él no se lo merece. Es más, Manolo merece que todos nos propongamos abrazar, cada uno a su estilo, su pródiga humanidad.
Camarón – Compañero Si Yo Muero
No hay comentarios:
Publicar un comentario