"Que tengo el culo cagaoooo... Que tengo el culo cagaoooo... de subirme a la higueraaaa... y comerme los higos pasaoooos!". Anda que no. Este gachó 'malage' que estoy hecho por mucho que naciera en el Barrio de Santiago sólo es capaz de musitar aquella vieja letrilla que una vez le escuché al cachondo de El Lupi. Así que, cada vez que toca que el jerezanísimo palo de la bulería sea protagonista, aquí que me tienen tarareando la cosa aquella del vientre suelto.
Pero, bromas aparte, le tengo mucho respeto a todos esos monstruos cuyos nombres, como es el caso de El Torta, se convierten en referencias de obligado cumplimiento cada vez que llega un día como el de hoy. Esta noche nos espera la Plaza de Toros de Jerez. Cuatro horas de ese gran espectáculo, tanto en el escenario como en las gradas, por 20 euros parece mucha oferta para una entrada que, dadas las circunstancias, alguien creerá pese a todo excesiva.
Lo peor es que no son pocos los que se acostumbraron a cante y hasta pescaíto frito de gorra por esa vieja costumbre de creer que a los flamencos había que darles el oro y el moro. Así, como las urnas nunca mienten, no faltaron a lo largo de sus 46 años de historia los que se dieran cuenta, aunque tarde, que nada paga el compromiso personal de cada cual con sus convicciones políticas. Y que el cuele en la plaza de toros no compra voluntades ni votos.
Antonio Montero, que además de ser concejal de la cosa festiva es buen gitano y santiaguero cabal, se sabe la copla. Y tiene claro que el paso por taquilla es condición indispensable para que la Fiesta de la Bulería tenga la altura que se merece. Todo sea en honor de intérpretes tan grandes del palo en cuestión como Manuel Torre, Terremoto, Tía Anica la Piriñaca, Sordera, Agujeta, El Mono, El Borrico, La Paquera, Los Moneos, El Niño Gloria o Juanito Mojama.
Fernando Terremoto – Bulerías de Jerez
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