No puede decirse que las barricadas, que la lucha legítima aunque fuera elevando la voz en grito por y para las libertades, no hayan contribuido a lo largo de la historia a construir la actual sociedad de los derechos, de las igualdades y de la justicia. No sería justo que se ninguneara cuanto desde la izquierda militante y la lucha sindical se ha obtenido por el bienestar de las personas.
Pero he de lamentar que la masa congregada contra la jueza Mercedes Alaya la ha cagado. La Justicia merece respeto y los hechos que se investigan como fleco del caso de los ERE, y que señala a sindicalistas ahora detenidos o imputados, se advierten lo suficientemente graves como para que ellos fueran los primeros interesados en que se clarifiquen las circunstancias.
¿Qué mensaje mandan a la sociedad, tan sensible contra los casos de corrupción política de todo signo, aquellos que no buscan sino obstaculizar el trabajo de la Justicia si están de por medio reconocidos sindicalistas? El primero, que no confían en el resultado de esas investigaciones. El segundo, que les da igual la verdad con tal de que exculpen de antemano a los suyos.
Tan de acuerdo estoy con la lucha por las libertades que ahora no puedo sino quedarme perplejo con esta izquierda tan dada a impedir la libre y legítima actuación de la Justicia contra aquellos a los que puedan señalar los indicios. Las acciones contra el Estado de Derecho se llaman golpismo. Siento que haya palabras que, sonando tan mal, describan tan a la perfección ciertas acciones.
Loquillo – A las barricadas
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