Me leen a la orilla del Iro. Pero me he enterado mientras me reprochaban que se me olvidó mencionar ayer que Chiclana también tiene comisaría de la Policía Nacional. En cualquier caso el día de los Santos Ángeles Custodios, cuajado de actuaciones del cuerpo pese a ser fiesta patronal, la única intervención sobre mi mesa de la redacción que correspondía a otra fuerza de seguridad es precisamente la que vino desde allí.
Es la Guardia Civil la que detuvo a once presuntos ladrones de cobre, el clásico de este tiempo de crisis se acuda a donde se acuda. Pero Chiclana es mucho más que esas situaciones generadas, o no, por males como los que surgen de ese paro que ayer nos dio nuevas cifras. Ernesto Marín, el alcalde, abundaba ayer en Cope en las glorias de una ciudad que acaba de cerrar con bien esa temporada estival tan apurada hasta última hora en La Barrosa o Sancti Petri.
Saludos pues a esas tierras que, al sur de la Bahía, siguen confiando a sus plazas hoteleras o la actividad en torno a playas y campos de golf buena parte de sus expectativas. Este año cumple 710 de su fundación, leo. Atrás quedan Fernando IV de Castilla, la Casa de Medina-Sidonia y el encuentro bélico que con el nombre de la ciudad enfrentó a los nuestros contra los gabachos hace dos siglos. Hoy son otras, lo dice Ernesto, las batallas que libra.
Y ahora música garrapatera de nuevo. Disfrútala...
Los Delinquentes – Chiclana
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