La expresión es de la popular Lidia Menacho. Pero, aun en el caso de querer escaquearnos de acudir a nombres usados en la refriega partidista propia de situaciones como la creada en el PSOE jerezano, pocos modos mejor de calificar la salida de los nueve miembros de la ejecutiva local recién dimitidos en una nueva escenificación de la división que sufren, y desde luego más llamativa que otras ocasiones.
Esto se suma al paseo que, por los cargos públicos, se está produciendo bajo el logo del puño y la rosa con la guerra entre familias socialistas casi siempre de fondo. Ni siquiera hay necesidad de entrar en la renuncia al acta de concejal de la exalcaldesa Pilar Sánchez que, con la Justicia a sus talones, fue 'salvada' por la Junta de Andalucía con el cargo de directora general de Cualificaciones Profesionales.
Las sucesivas salidas de Juan Pedro Crisol, buen profesional de las Administraciones Públicas convertido en jefe de gabinete del nuevo consejero de la Presidencia, y la más reciente de Miriam Alconchel, delegada territorial de Igualdad, Salud y Bienestar Social de estreno han dejado el cuadro para que comiencen a hacer ejercicios espirituales en la calle Sevilla. Al PSOE solo le quedan dos concejales de los que iniciaron la legislatura.
El orden del día del pleno ordinario que hoy celebra el Ayuntamiento de Jerez canta que es un clamor: entre los primeros puntos se suceden la toma de posesión de José Manuel Jiménez (sustituto de Crisol) e inmediatamente después se recibe la renuncia a su acta de Alconchel (hueco que queda para Abraham Granadino). Muy serio no parece tanto cambalache pero es cierto que si había que sacudir la alfombra más vale comenzar pronto.
Coro El Rey Leon – La Estampida
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