Un céntimo por kilo de uva. Ése es el precio de un impuesto que hacía tiempo ya sonaba para ellos. El pleno ordinario del Consejo Regulador de la Denominación de Origen de los Vinos de Jerez supo aglutinar ayer en una misma sesión los problemas que el desborde de la cosecha (un 70% superior a la del año pasado) genera dejando fuera de calificación demasiados kilos con la necesidad de llegar a una inversión anual de dos millones de euros en promoción exterior.
Me hizo gracia escuchar en la comparecencia posterior al pleno al siempre elegante Beltrán Domecq sorprendiéndose, como expresión discreta de una verdadera llamada de atención a los profesionales de la viña, de la pérdida de la capacidad de calcular mejor los aforos (producción en kilos de uva con la que llega cada hectárea de viña en una determinada vendimia) en los capataces. Y lo dijo el presidente del Consejo sin perder la compostura.
O vendemos más o no hay manera de incrementar el volumen de salidas a los mercados tanto nacionales como internacionales. Así que, habiendo tanta uva, las organizaciones agrarias parecen haberse mostrado partidarias esta mañana de que los productores pasen por el aro. Al fin y al cabo se les pide aportación similar a la de las bodegas, que vienen poniendo otro céntimo por litro de vino elaborado. Pero el campo es la parte más débil siempre.
Por cierto, mientras pergeñaba estas torpes líneas tras el encuentro en la sede del Consejo, la actualidad en el Marco deja atrás ya el pleno de esta mañana para centrarse en lo último: la Junta no infringió la Ley de la Competencia por fijar precios en el Marco de Jerez. Se trata de los determinados para la uva y el mosto entre 1991 y 2009 por la ya extinta Consejería de Agricultura y Pesca. Pues vale. Más vale tarde que nunca.
Nino Barbate – La Uvas De Tus Parrales
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