Nadie se atrevió a anunciar al final del anterior cuál sería la sede del siguiente. No parecía lógico por dimensión de una ciudad que además no es capital de provincia y, para más inri, no tiene ni palacio de congresos. Y, sin embargo, aunque haya que utilizar el Teatro Villamarta para ello, ese verdadero lobby de empresas españolas de capital y gestión familiar ha mirado a Jerez.
Qué hemos hecho para merecerlo puede hasta dar igual si con ello escenifica la ciudad de los mil problemas económicos, financieros, sociales, laborales... que se gana decididamente la confianza de los picatostes más cualificados de la economía patria. Es más, es preciso cuantificar lo que supone la aquiescencia de esas otras compañías asiáticas, latinoamericanas o europeas invitadas.
Puedo hacer una lista que asombraría pero baste decir que merecen que el propio Príncipe de Asturias se ponga firme y venga a inaugurar su congreso. O que La Moncloa mande a la mano derecha de Rajoy para clausurarlo. Tienen esa capacidad de convocatoria. Y, entre ellos, hay jerezanos que han movido Roma con Santiago desde su excelente posicionamiento en el Instituto.
José Manuel Entrecanales desde la presidencia nacional o Mario Carranza desde la andaluza han sabido barrer para casa. Si luego se quiere dudar sobre que el actual Gobierno local jerezano consigue sacar o no a la ciudad del hoyo nunca deberá ser porque no se acepte que están consiguiendo llamar la atención mucho más allá de los líos con que debieron iniciar la legislatura.
Los Peces – El negocio familiar
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