El Tribunal de Estrasburgo ha hecho justicia. O al menos eso creen. Y yo he tardado en escribir esto el par de días suficiente para no dejarme arrebatar por escrito por ese cúmulo de barbaridades que se agolpaban para salir de mi boca con más ganas aún que los 37 presos de ETA que ya se creen con el mismo derecho que Inés del Río.
Aguardar a que pasen los peores humos generados por esa sentencia no es, sin embargo, garantía suficiente que libre de mi acerada reflexión a aquellos que se habrán de beneficiar ahora de no sé qué plan supuestamente generado por el PSOE que habría colocado al juez López Guerra, La Razón dixit (http://www.larazon.es/detalle_normal/noticias/4047765/espana/el-psoe-coloco-al-juez-lopez-guerra-tras-pactar-con-eta-derogar-la-parot#.UmhIq_mGpTM), en el sitio adecuado.
Pero me mantendré sereno para concluir que, cuando tan alto tribunal defiende los Derechos Humanos de este modo tan desatinadamente injusto para con los verdaderamente mutilados del más básico bien de la vida, nada parece que pueda esperarse con verdaderas garantías de nadie. Es duro lo ocurrido. Y aunque ya estoy mayor para reverdecer aquellos gustos heavys de antaño hago de tripas corazón para que lo que suene ahora esté a la altura del despropósito.
Gérmenes – Escuela de asesinos
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