sábado, 30 de noviembre de 2013

Tiempo de esperanza

Mientras la gente sigue pasándolo mal comprobando que no alcanza aún al bolsillo doméstico aquello que la macroeconomía apunta tímidamente, la Iglesia se prepara para encender este domingo la primera de cuatro velas que deshojarán un año más el calendario de un tiempo para la esperanza. Si hubiera empezado diciendo que los católicos inician el Adviento habría hasta quien bostezara víctima de alguno de esos apriorismos con los que algunos buscan evitar los sarpullidos que les provoca lo eclesial.

Pero cuanto se celebra en los templos no expresa más que el signo de una atención a necesidades que son muy humanas a fuerza de llegar por nuestra mirada al cielo. Preparar un momento mejor es justamente lo que todos procuramos cuando advertimos lo que dice el FMI o cualquier agencia de calificación de las economías nacionales. Y preparar la venida de quien un día nos prometió liberarnos de todas nuestras preocupaciones es lo que comienza la Iglesia.

El Niño de Belén está en el horizonte. Y un vientre santo aguarda parir la respuesta a tantas preguntas e inquietudes como se han venido planteando hombres y mujeres a lo largo de su existencia. Es el Dios de la Historia y por serlo, por haberse encarnado en nuestra materia frágil, no pasa de largo ante nuestras angustias actuales, éstas que la crisis nos pone en el camino. Por muy materiales y mundanas que nos pudieran llegar a parecer.

Feliz Adviento por tanto para todos, que todos andamos esperando lo mejor. Sólo hace falta que sepamos lo que realmente necesitamos.

Andy & Lucas – Dame La Esperanza

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