Lo de Susana Díaz es digno de estudio. Y hasta los más ateos de esa izquierda que representa un PSOE tan tentado de alejarse de posiciones moderadas me tendrán que permitir decirles que, con ella, se les ha aparecido el santo. El milagro eclosiona en Granada, donde el congreso andaluz la ha nombrado este fin de semana de forma tan apabullante secretaria general de los socialistas de esta tierra tan capaz de no sostenerse en términos de empleo o generación de riqueza como de ser el verdadero músculo nacional de un partido como éste.
Se abre de brazos y sonríe como una triunfante vedette. No le falta planta para ello y si en el plano no se le ven las piernas puede uno imaginar como avanza una ante la otra sucesivamente en ademán de bajar las escaleras en medio de los aplausos del respetable. Se trata de una clac muy entregada. Hasta los 76 delegados de nuestra provincia de Cádiz han acudido más unidos que nunca. Tanto, creo, que no es demasiado evidente qué nombres vienen como escuderos del 'susanismo' para preparar aquí también ese cacareado cambio.
Todos parecen por la labor. Pero no será igual defender el control en el gobierno autonómico, quien sabe si menos necesitado para entonces del bastón de IU pese al lío de los EREs, que levantar al PP alcaldías como las de Cádiz o Jerez. Harán falta muchos bemoles para ello. Pero el hundimiento socialista tras el 'zapaterismo' acaba de toparse con el inesperado salvavidas de esta sevillana impetuosa. Frente a ello... ¿qué armas le quedan al PP en Andalucía? Quizá la mejor fuera que Susana, fruto de su propio efecto, termine con casa en Madrid. Porque si no...
Se van a acordar mucho de Granada los socialistas de ahora en adelante!
Agustin Lara – Granada
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