Ayer le retuiteé una de sus frases: "La Virgen María es madre, pero no es una oficina de correos". Vamos, que hay que rezarle sin llevarle la tarea en nuestra particular lista de peticiones. Y esta noche tendré la fortuna de poder desentrañar las virtudes de su capacidad comunicativa. El ciclo Cristo Rey me va a permitir adentrarme en los perfiles de unos gestos y unas frases que adornan al sucesor de Pedro con aquello que el Señor pudo prorratear para que no haya eclesiástico sin disponer de su correspondiente lote. Pero aquello de los renglones torcidos nos trae en Francisco la de cal.
Las visiones teológica, histórica, comunicativa y caritativa se darán la mano en una mesa redonda que, en el salón de actos de la Escuela de San José, reunirá a aquellos que, desde las diferentes parcelas propuestas, analizaremos las singularidades de este porteño socarrón y llegadizo así como la realidad innegable de una personalidad que, no por mucho que lo quieran adoptar los antieclesiales del mundo, deja de ser parte de aquello que critican. Es más, espero poder demostrar que no es el único pontífice con cosas que aportar en este terreno.
Y, con todo, un beso a un crío como el de la foto, sentar a un chaval en su sede preparada para una audiencia, pedir que lo bendigan recién elegido papa o cualquiera de las frases que circulan por las redes sociales ("Dios da las peores batallas a sus mejores soldados" es la que preside mi estudio de la radio) tienen un valor que sería mensurable en términos de votos o popularidad si del trabajo de un especialista en comunicación en favor de un político o un cantante de moda se tratara. Lo mejor es que, en su caso, le sale de dentro. Él, sin más, es así.
Gigione – Papa Francesco
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