miércoles, 13 de noviembre de 2013

Sin techo, sin hogar

Las Cáritas de nuestras diócesis están presentando durante estos días la anual Campaña de las Personas Sin Hogar, que es una expresión que ha ido sustituyendo a otra más tradicional y aparentemente más cruda: sin techo. No es casual. En la calle en la calle, a decir verdad, no está más que una parte pequeña de un problema más amplio que, año tras año, recorre todas y cada uno de sus aristas. En esta ocasión toca fijarse en la salud.

La de Asidonia-Jerez lo hizo ayer reconociendo que las 34 personas que buscan cada noche soportales de edificios de viviendas, habitáculos de cajeros automáticos o el banco más cómo de la plaza siguen estando ahí, consolidando una cifra para las frías estadísticas que necesitamos los periodistas para verificar el problema y a la vez una situación perpetuada en el ánimo de las propias víctimas y en el desdén del ciudadano que pasa por su lado.

Pero están también los que teniendo un techo que mal les guarezca del frío y la humedad de la noche esconden tras la encalada fachada de una casa normalita de vecinos una situación inimaginable para quien pasa ante ella. O el jubilado empleado de una de nuestras bodegas que con su esposa anciana comparte un pisito en el que criaron un día a sus hijos y que ahora es criadero de humedades entre una docena de puntales en un torpe amago de confortable saloncito.

Si volvemos a los primeros hemos de acordarnos de aquellos 'botarates voluntarios' que etiquetó la sociedad del bienestar creyendo que era opción propia esa mierda de vida. O los nuevos desheredados a los que apenas si les sobra con reunir una situación de desempleo con una crisis matrimonial para verse en la puñetera calle. O los desahuciados. O los inmigrantes sin mayor horizonte. O los chicos extutelados que salen del centro con la mayoría de edad recién cumplida.

Acordarse este año, entre los denominados Objetivos del Milenio, de la salud significa hacerlo no sólo de la física sino también de la mental y la social. El desglose lo hacía en la presentación en Jerez el lasaliano Juan Bautista de las Heras. Y de enfermos mentales, por ejemplo, está llena la calle. "También las cárceles" decía en el mismo acto monseñor José Mazuelos, el obispo de Jerez. También la mal denominada normalidad, añado yo por mi cuenta.

Aquí te dejo el mensaje institucional de esta nueva edición de la Campaña de las Personas Sin Hogar. Escúchalo y piensa en cuánto tienes tú y cuánto les falta a ellos...

http://www.ivoox.com/cuna-sin-techo-campana-noviembre-2013-audios-mp3_rf_2506965_1.html

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