lunes, 7 de noviembre de 2011

La crisis estimula el coleccionismo

Foto de Javier Fergo.
«Todo el mundo está volviendo a registrar los cajones y a disfrutar de lo que tiene, ya no se tira nada». La afirmación es de Jesús López, del Club Filatélico Jerez. Ellos han mostrado y puesto al alcance de los aficionados, junto a otros muchos de diversa índole, el sello específico editado con motivo de la I Feria Internacional del Coleccionismo que durante todo el fin de semana ha llevado a multitud de visitantes al Palacio Municipal de Deportes de Chapín.
La filosofía que impone la crisis es la que despliega esta iniciativa de un particular, el coleccionista de pins Francisco Moreno, apoyada desde el Ayuntamiento y culminada con éxito. Una presencia en la localidad oscense de Monzón le hizo descubrir una posibilidad ferial que le apetecía rescatar para Jerez. Con todo prácticamente preparado para abrir sus puertas, hubo de ser hospitalizado por un problema de salud fruto de sus denodados esfuerzos.
Unos 200 metros lineales de mesas expositoras y más de 60 personas presentando, vendiendo e intercambiando llaveros, monedas, sellos, pins, juguetes, tebeos, chapas, relojes o postales han dado contenido a una cita en la que tampoco han faltado las rarezas. Coches clásicos, motos antiguas, réplicas de armas o modelismo ferroviario son algunas de las opciones más singulares que los visitantes han podido apreciar desplegadas en la cancha del pabellón o fuera de él.
Tampoco faltaron los mayores coleccionistas españoles respectivos de lápices y de llaveros. Éste último es Ángel Álvarez quien, en el garaje de su vivienda sevillana, tiene más de 33.000 piezas. Un plotter asoma a esa estancia porque traer a la feria todos sus llaveros era imposible. «Creo que mi colección también es la mayor de toda Europa y la segunda del mundo», indica señalando hacia Uruguay a la hora de localizar al mayor recopilador de estas piezas.
Pedro Martín, conocido aficionado a los trenes, ofreció durante el fin de semana una serie de antigüedades a la venta «con el ánimo de financiar la que es mi gran pasión». Junto a dos compañeros, presentó una gran maqueta modular de la Agrupación Sherry. Lo más llamativo del asunto es que ese sistema permite conectar este conjunto a otros en Alemania, por ejemplo. «Las piezas están hechas y decoradas manualmente», apunta.
«El coleccionismo ferroviario no es barato», dice Martín Rielo. Otros tienen «un futuro patético», como dicen los filatélicos. Pero la predisposición, en plena crisis, a no tirar nada es un factor que, hoy por hoy, ayuda al coleccionismo.
(La Voz, 07-Noviembre-2011)

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