Foto de Javier Fergo |
De los 45.569 votos del 22M a superar ayer los 50.000, la evolución de la situación fue entendida en el cuartel general del partido en este hotel como la reafirmación del respaldo a unas políticas que, ahora, aguardan a España. En ello asentó Aurelio Romero la intervención con la que preludió la comparecencia de María José García-Pelayo pasadas las once de la noche. «El apoyo de los jerezanos a las políticas que el Partido Popular viene practicando en Jerez ha quedado claro», afirmó el ya, a esa hora, diputado electo.
Los muchos afiliados y simpatizantes congregados en el lugar ante las pantallas que iban dilucidando el desarrollo del escrutinio botaban en el salón de Los Jándalos saltándose a la torera las primeras palabras de Romero cuando, hora y pico antes de la comparecencia final, tomó el micrófono para asegurar que «administramos la victoria con satisfacción pero no con euforia». Hacía ya rato que la alegría rebosaba por cada rincón del lugar. Y tenía más pinta de una reacción cargada de la extroversión propia del momento que de una mera alegría.
Poca mesura se apreciaba porque, aunque las encuestas hiciera días que pregonaban la victoria, no cabía haberse acostumbrado a una victoria por adelantado y sí a que hasta última hora cupiera algún tipo de sorpresa. Por ello, por el esfuerzo realizado hasta el final para hacer cumplir lo que los sondeos prometían, las primeras palabras de García-Pelayo -«la senadora con más votos en la provincia», como la presentó Aurelio Romero- fueron para quienes han trabajado durante la campaña y en esta jornada electoral.
«Gracias a todos los que habéis vuelto a confiar en el Partido Popular, no os vamos a defraudar», decía recordando aquello por lo que han pasado durante años apartados del gobierno de España: «En aquellos momentos en que hemos estado donde los jerezanos han querido, hemos hecho una oposición muy seria. Ahora haremos un gobierno responsable». La nueva senadora electa mostraba una sonrisa extraordinariamente delatora de la importancia del logro. Rodeada de sus concejales en Jerez y del diputado Romero lo evidenciaba.
«Parece que le hubiera dado más alegría que cuando en mayo ganó las municipales», decía uno de los afiliados presentes en el salón. Pintado de rojo, el lugar elegido para la recepción de los datos y para la celebración de la victoria llevaba ya tiempo siendo vestido por el azul de las banderas del PP y también por los colores de alguna bandera de España que ondeaba festivamente. Para cuando bajó García-Pelayo, bien pertrechada en una de las habitaciones del hotel, toda la liturgia de la alegría comenzó a desmedirse ante un Mariano Rajoy cuyas intervenciones proyectadas en la pantalla se habían seguido de modo muy ruidoso.
«Todos los que han confiado en el Partido Popular pueden creer que no saldrán defraudados», extendía María José García-Pelayo su gratitud más allá de los propios partidarios allí presentes. El crecimiento del número de votantes sobrevolaba entonces entre la sorpresa y la satisfacción. «Llegué a pensar que aún habría sorpresas y que Rubalcaba remontaría aún más», confesaba a media voz un afiliado que se frotaba los ojos ante las cifras.
Mientras tanto, la senadora García-Pelayo prometía: «El Partido Popular será la mejor opción para que todo vaya bien tanto en Jerez como en España». E insistía: «Hoy vamos a demostrar que sabemos estar en el gobierno». Acababa de intervenir el nuevo presidente electo y a él y a quien busca el PP que haga lo propio la próxima primavera en las elecciones autonómicas también se dirigió: «Gracias a Mariano Rajoy y a Javier Arenas, han sabido construir un Partido Popular sólido». «Hemos ido creciendo y fortaleciéndonos como partido desde la oposición y ellos tienen buena parte de la culpa», subrayó.
Acababa de intervenir el líder del Partido Popular, de hecho García-Pelayo había esperado no solo su comparencia en rueda de prensa en Madrid sino también la posterior desde el balcón de la sede del partido en la madrileña calle Génova. Y el tono sobrio de político gallego que caracteriza al presidente electo del gobierno de España también fue exaltado por la jerezana: «Rajoy ha demostrado que será un gran presidente, sabe gestionar las victorias». Ella resultaba algo menos comedida, pero el ambiente ayudaba al tono exultante que imperaba en el lugar.
Al llegarse a ese punto apenas si había ocasión para las menudencias de una jornada cargada de detalles. Y aunque todo apuntaba ya, entre los presentes en el cuartel general del PP, a la euforia sin mayores contemplaciones, lo cierto es que, en un rincón, había lugar para el lamento: «Blanca Alcántara ha llamado a José Galvín facha a voces en el colegio Antonio Machado». La confesión era de un apoderado, confirmada por el concejal jerezano víctima del presunto improperio de la actual delegada provincial de Educación.
Galvín hizo de Rajoy en ese momento de la noche, aunque no sea gallego, y restó importancia al episodio tornando su aflicción en abrazos prestos a que no quedara presente en Los Jándalos sin el agradecimiento de aquél que, como el resto de concejales, hicieron de guardia pretoriana de García-Pelayo a su aparición en el salón. Conocidos afiliados del Partido Popular, representantes diversos de la sociedad jerezana afines y hasta miembros del comité de empresa de Acasa o de la Plataforma de Parados pudieron verse en esta celebración cuajada de apuntes para el análisis.
Prevalece, por encima de todos, el cariz de confirmación de lo ocurrido en las elecciones municipales a la hora de la valoración de unas cifras a las que, en el salón del hotel, se les daba vueltas y más vueltas. No en balde, el crecimiento experimentado con respecto a los votos recibidos en mayo agosta los augurios que, en algún momento de la campaña, alumbraron que las distancias que apuntaban las encuestas podrían no ser lo que en el Partido Popular se esperaba.
La cuestión ahora es apreciar en esa consolidación la posibilidad de, abrazando el refrán que dice que no hay dos sin tres, aguardar a lo que, en clave andaluza, diga ese mismo electorado de entre el que más de 50.000 jerezanos han prestado su apoyo al PP. Pero para ello aún restan meses que, pese a su distancia, prometen convertirse en precampaña hacia unas autonómicas que en el partido ahora en el gobierno de la nación se aguardan fortalecidos por el resultado de estas urnas del 20N.
Por lo que ahora cuenta, las cosas se concentran, y ayer se evidenció de modo claro, en dos de los políticos de la ciudad. De un lado, por lo que a los jerezanos en Madrid se refiere, preserva la formación conservadora la presencia de Aurelio Romero, viejo conocedor de los entresijos del Congreso de los Diputados, en las cortes españolas, en un lugar en el que es tan especialmente importante estar en tan cruda legislatura como la que ahora ha de comenzar.
De otro, la 'imposible' compatibilidad que, a juzgar por la ley andaluza aprobada recientemente, había mantenido María José García-Pelayo como alcaldesa y parlamentario autonómica se verá ahora incrementada por la distancia. La nueva senadora se estrenará en la cámara alta y el camino entre Jerez y Madrid se convertirá en costumbre, durante los próximos cuatro años, que la regidora aprovechará para intentar gestionar en la capital ciertas cosas que a la ciudad le competen.
(La Voz, 21-Noviembre-2011)
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