miércoles, 2 de noviembre de 2011

El cincuentenario triplica el voluntariado de San Rafael

Foto de Javier Fergo
La conmemoración, a punto de culminar, del cincuentenario de la creación de Cáritas de San Rafael ha reportado a esta parroquia de la zona sur un interesante fruto que añadir a los otros ya registrados: el número de voluntarios dispuestos a dedicar su esfuerzo a paliar las necesidades de las personas atendidas se ha triplicado.
Donde antes eran 17 las personas que se multiplicaban denodadamente, tanto para las labores de acogida y asistencia como para las convocatorias de promoción de la persona, ahora son 52 quienes, alentados por cuanto ha proyectado al exterior el escaparate de estas bodas de oro, se sienten llamados a trabajar por los demás.
«No queremos presumir de nada, ni venimos a decir a nadie lo que tiene que hacer pero sí que es misión de Cáritas la sensibilización y la denuncia», dice Francisco Holgado, responsable en la parroquia de San Rafael y San Gabriel de esta parcela. Según él, «tenemos que lanzar a la calle aquello que hacemos». Y ahora ha dado sus frutos.
Barrios desfavorecidos
«Más de 300 personas en las filas del rosario de la aurora que ha traído a la Virgen del Valle son una señal», añade Holgado en plena jornada jubilosa en medio de la cual aseguraba el positivo balance que cabe realizar de la conmemoración. Medio siglo después de su nacimiento, esta Cáritas parroquial está plena de vitalidad.
Barrios como los de Federico Mayo, Cerrofruto, Santo Tomás de Aquino o Hijuela de las Coles, todos ellos en esta feligresía, están señalados especialmente en al mapa jerezano de los lugares donde más está azotando la crisis. Los desfavorecidos tienen casa en este enclave de la zona sur. Eso si no la han perdido desahuciados.
287 familias acogidas
Ha sido un año intenso en el que, tras la apertura de los actos a cargo del obispo, ciertos hitos han marcado el paso de las hojas del calendario. Se inauguró en enero la plaza a la que ahora da nombre el gran impulsor de la Cáritas de San Rafael, el sacerdote Antonio Valdivielso, de los Padres Paules, o se pusieron en marcha nuevos talleres.
Todo ha hecho presente a aquellos por los que se trabaja y que en la parcela de la acogida, aunque hay empeño en dejar sentado que no es lo asistencial lo más importante, llega ya a la cifra de 287 familias. «Para ser sincero, en la mesa tenemos solicitud de 27 más», dice Holgado intentando relativizar lo logrado en aras de seguir creciendo.
El incremento en la cifra de voluntarios ayudará, a partir de ahora, a que pueda seguir ensanchándose esta labor, no en balde «la idea nuestra era hacer una Cáritas atractiva de cara a la gente», añade.
Desde El Chicle hasta Madagascar y Perú
La inquietud de ese creciente puñado de personas que se han curtido en un terreno tan difícil como lo son los barrios de la zona sur jerezana ha permitido que los efectos de Cáritas parroquial de San Rafael y San Gabriel lleguen más allá de las propias fronteras españolas. Y miman esta otra parcela de su esfuerzo como si de los necesitados más cercanos se tratase.
Así, y aunque la capilaridad presencial de Cáritas a lo largo y ancho de todo el mundo permite la llegada de colaboración a cualquier lugar mediante la cooperación internacional, desde el templo de El Chicle también se hace llegar ayuda de diversa índole, y de modo directo, tanto a la isla africana de Madagascar como a un país de gran tradición humanitaria desde España, Perú.
En el primero de estos casos de acción en el extranjero, la jerezana parroquia de San Rafael y San Gabriel mantiene su contribución con una misión atendida en tierras malgaches por una comunidad de las Hijas de la Caridad en este lugar del hemisferio austral. La anterior atención de la parroquia jerezana a cargo de los Padres Paules establece esta relación con las religiosas.
En tierras peruanas apadrinan el primer taller de la mujer en una diócesis que precisamente ha recibido hace unos meses al sacerdote José Luis Calvo. La presencia de este misionero, que dejó hace poco su condición de cura diocesano en Asidonia-Jerez para abrazar este nuevo cometido, establece el nexo adecuado para esta otra labor.
'Mujeres emprendedoras' es el nombre de este taller que suma promoción a la labor de formación que permite ya que vea la luz la primera Cáritas de aquella diócesis peruana.
(La Voz, 02-11-11)

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