sábado, 7 de agosto de 2010

Espantada agosteña en La Moderna


Atilano Pacheco tiene una gracia increíble. Él y sus hermanos Alfonso y Fernando, claro. Lo cierto es que hasta para cerrar La Moderna, en la calle Larga, y largarse (vaya, ha sido casualidad) de vacaciones tienen cachaza.
Maldita la gracia que hace, mientras tanto, a los habituales de este bar con tanto sabor. Pero, si se tiene en cuenta que buena parte de ellos protagonizan similar espantada agosteña, para qué lo vamos a lamentar. Digo yo.
Desde el balcón de La Voz aprecio el cierre. No hay mejor atalaya, de otro lado, para contemplar lo vacío que se queda el centro un fin de semana de verano. Por ello os alabo el gusto, Atilano y compañía. Claro que sí.
Me aliviaré bajando a vuestra puerta y disfrutando de la sonrisa que me arranca el cartelito que, para ponerle un marco como cada vez que llegan las calores, tenéis ya pegado en el cristal. Vayan a verlo. No se lo pierdan.
Hasta para eso merece la pena acercarse a La Moderna.

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