martes, 12 de mayo de 2009

Un feriante en el Hontoria


Sea Ochavico aliento de nuestro empeño pregonero esta noche. Con todo, imaginar un mediodía de Feria del Caballo, que es, hace tiempo, el momento que más y mejor disfruto pese al directo radiofónico de ese instante es hacerlo con un catavino de San Patricio en la mano. El fino es buen vehículo con el que recorrer el Parque González Hontoria. No pase, por tanto, ni un segundo más, pese a que no hago más que comenzar mi intervención en este momento, sin felicitar a quienes son responsables de caldos tan deliciosos.
El vino abre mi participación en este Pregón coral que compartimos Andrés, Enrique Víctor y yo. Cada uno tomamos a sorbos nuestra parte de un preciado elixir que encontramos en la misma botella. Compartir un buen vino es esencial ingrediente de nuestra Feria como el resultado de tan generoso ejercicio también es causa de situaciones inolvidables. Inolvidables por cuanto agradables aunque, si es mucho lo que se ha compartido -o sea lo que hemos bebido-, caigamos, paradógicamente, en el olvido de hasta donde nos encontremos.
Es en ello en lo que sitúo la historia de un feriante llamado Gabriel que, junto a buenos amigos, tiene sus propias cuentas con la Feria. Ratos de convivencia en largos paseos por el Parque, de caseta en caseta, jalonan recuerdos tan vivos en estos momentos como dispuestos a ser renovados en una nueva cita con el González Hontoria. Lo llaman deambular. Consiste en comenzar a caminar sin destino cierto. Se trata de la versión ferial del poema de Machado. Caminante no hay camino. Y en la Feria menos. Acompáñenme, por favor...
¡Feriante que, en El Hontoria,
deambulaba sin buen tino!
Así me vi, dando pasos
que dibujaban caminos.
Feriante de traje claro,
y pañuelo en el bolsillo,
dando vueltas y más vueltas
con una copa de vino.
Feriante sin intención,
feriante envuelto de lino,
feriante que en el despiste
se encontró con el vecino.
Feriante ya acompañado,
aunque sin saberlo fijo,
feriante que, en ese trago,
agarró su catavino.
Feriante, sí, y locuaz,
pe_se a sufrir el sino
de parpalina creciente
por culpa del rico fino.
Vaya, feriante, por Dios,
el que arribó contenido
y, perdiendo la vergüenza
y víctima del olvido,
termina por no saber
como llegó a ningún sitio.
¿Para saludar a Luis?
¿Buscando a Sotelino?
¿Para mirar el ambiente?
¿O... para pedir más fino?
¡Qué sé yo si en la Feria
las cosas son como digo!
En cualquier caso, si dudas,
echar un poco de vino
en la copa siempre ayuda.
Si del cristal hasta el pico
llega sin derramar gota
el 'sentío' no hemos 'perdío'.
Mas si lo echamos encima
del nuevo traje de lino
no les quepa duda alguna...
¡¡Necesitamos más fino!!
Derramado es alegría
pero no lo hemos bebido.
Conclusión: "¡Échame otra,
a ver si con ello olvido
la torpeza que me hizo
tirar de mi catavino
el fruto que de las uvas
que bien llaman Palomino
exprimió algún fulano
que, con otro por testigo,
diría con voz cabal:
"¡Es canela en rama, primo!"
¡Feriante que en El Hontoria
deambulaba sin buen tino!
Así me vi, ¡vaya guasa!
Pe_ro o_tra copa pido.
Y si tu ves que me paso,
avísame Sotelino.
O mejor... ¡tómate una,
que si la tomo contigo
me parecerán mejores
mientras recorro el recinto!
Además, sobre el albero
de parque tan bien traido,
parecerá que yo hiciera
contigo un paseillo.
Feriante de traje claro
queriendo garbo taurino
aunque pronto a cuatro patas.
¡¡Ponme otra copa de fino!!
¡Y una aquí... y allí otra...
y alguna en el camino
que nunca pensé tomar
aunque cayera vencido
en los brazos de ese Baco
que en Jerez habrá nacido
un año más, que ya es feria,
la del Caballo... ¡y el Vino!
Es entonces cuando paras
y dices: "¡Yo ya no sigo,
que si la Feria ahora empieza
y terminarla persigo
lo mejor es reservarse
y llegar hasta el domingo!"
¡Vaya por Dios y los cielos
que ya sabemos benditos!
¡Vaya con el catavino
que se me quedó vacío!
¡Échame otra, Manolo,
venga otra copa de fino!
¡Que sea lo que Dios quiera
porque total, Sotelino,
estando a gusto 'paqué'
nos recortamos, mi amigo!
¡¡Con la última en la mano,
penúltima es más castizo,
dejadme decir ahora:
deambularía sin tino
pero jamás más contento
que en esta Feria que acierto
llamando también del Vino!!
(Poema del Pregón de la Feria de Jerez 2009)

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