domingo, 28 de junio de 2009

El verano de las hermandades


Me cansan, y mucho de un tiempo a esta parte, las sesudas reflexiones de realidades como las cofrades sobre las que cada vez, me lo está pareciendo a mí, menos posible es actuar. Y esto que ahora formulo es la expresión de un estado de ánimo, no uno de esos profundisísimos pensamientos con los que, a veces, hemos querido pasar por catedráticos de la cosa cofradiera.
Toca, sin embargo, abordar uno de éstos, pese a que el calor de final de junio me tiene con pocas ganas de buceos que no sean los propios de la playa o la piscina. En ello consiste, con todo, aquello que me propongo: en abundar, con seriedad, en el tono de un tiempo estival que, en las cofradías, va, con demasiadas alegrías, desde el cerrojazo impenitente hasta la determinación de decisiones importantes para el futuro.
Esta misma mañana queda atrás, en la feligresía de Santa Ana y cuando quizá usted aún lee esto, la última de las convocatorias del ciclo sacramental jerezano. Y algo parecido ocurre con los cabildos ordinarios de cierre del curso. Pero cuando todo indica, porque el tono cofrade de la ciudad parece no dar para mucho más, que tocará el lapsus encubridor de la actividad justita de algunas de nuestras corporaciones llegan las grandes e inesperadas decisiones de algunas de ellas.
Así, y cuando uno se convence de que el verano está para las Noches Candelarias o los Veranos Nazarenos, y muy poco más, lo cierto es que aún ocurren cosas de tanto calado como la decisión, la noche de este viernes, de un cambio de túnica. Sí, como lo leen. Ocurre que cuando uno apenas espera la respuesta digna de mención por parte del respetable acudiendo a esos ciclos fresquitos y veraniegos llega el Cristo y zarandea este tiempo que no había de dar más que para parsimonias.
Qué paradoja, además, una opción por el terciopelo cuando las temperaturas de este momento habían de ser mejor aliviadas con el raso. El Viernes Santo tendrá otro antifaz negro de ese tejido. Y hasta la sarga, que así serán ahora túnicas y capas en San Telmo, parece menos apetecible que ese satinado apetecible, al menos ahora con la calor. Así fue en el cabildo extraordinario del viernes. Así en una reunión que dicen llena de costaleros y cargadores. ¿Dónde los miembros de ese cortejo tan nutrido?
En fín. Una decisión grande. Y el Consuelo con el plazo de candidatos a su junta de gobierno desde el miércoles y la Exaltación con la Virgen recorriendo la feligresía de Las Viñas y el Prendimiento abriendo un centenario como cofradía pontificia y el pleno de hermanos mayores del estado de cuentas y... Cosas importantes para un verano que, aunque a veces cunda el desánimo, apunta que esto sigue vivo. Me alegro.

(La Voz, 28-06-09)

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