Así es este Rocío que ya termina, al menos en esta Aldea tan singular. El que se ha quedado al borde del alambre de Primera es el Xerez. Ésta era la 'Romería del Ascenso', como ha sido bautizado por no pocos rocieros que vistieron su todoterreno de banderas azulinas para un Camino que incorporaba esa adelantada alegría que, finalmente, sigue siendo virtual. De primera, así unos días para llegar hasta la Virgen. De lujo, como traduciríamos de modo certero al recordar la altura de la devoción depositada ante la Divina Señora o las convivencias brotadas de modo natural con una copa de vino en la mano.
Pero la expresión ha adoptado dimensión especial cuando el padre Alexis ha dicho, en su homilía de la misa de una de la tarde, que íbamos a celebrar "una Eucaristía de primera". El templo, lleno de gentes con el cordón morado en el cuello, fue marco de miradas cómplices entre jerezanos que acababan de dejar, al descanso, un 2-2 del partido del Hércules que no despejaba la incógnita sobre si sería en El Rocío que llegara esa circunstancia soñada. Realito dice que sí pero como no es hasta última hora que se aplique ese gol average, que llaman, y que el Xerez le tiene ganado al equipo alicantino... Pues eso.
Lo del dominico en la predicación, sin embargo, es otra cosa. "La Hermandad de Jerez tiene que ser de primera", dice. Y, claro, ello poco tenía que ver con la cuestión futbolística en boga. Alexis se refería a la altura de miras de los rocieros locales. Aunque no era a ello lo que tenía en cuenta cuando la tarde antes, según una leyenda urbana que no he podido confirmar, aparecía con camiseta azulina celebrando espléndidamente el 3-0 de Chapín frente al Eibar. Qué arte! Salvo que también fuera verdad que aquello ocurriera junto a las carreta de Cádiz. Qué guasa! Pero no creo, ¿verdad?
La homilía, sin embargo, no sabía más que de otros ascensos más dados a esa elevación espiritual a la que la fiesta de Pentecostés invita. Y, mal que nos pese, no parece que aquí se trate de ganar el partido propio y esperar a que pierda el rival con el que nos juguemos plaza alguna en categorías superiores. Para categoría superior, las 'Marismas Azules'. "Allí sí que seremos de primera" señala. Qué malarate! Pues, aún deseando que ello sea lo que ocurra cuando nos llegue la hora final, quizá mejor que tarde en llegar. No? Ése es otro Rocío, y las arenas de su camino ya las estamos pisando en este mundo.
A la salida de la misa me entero de que el partido, a punto de finalizar con aquel empate mencionado, se ve pendiente de un penalti en contra de lo que a Jerez y al Xerez conviene. Doy dos pasos más bajo la concha de la fachada de la ermita y, por teléfono, me dice Miguel Lloret, desde el Hotel AC en el que se han concentrado los jugadores, que lo han fallado. A ver si ese fallo ha sido cosa de la Virgen, que no ha querido quitarnos del todo la posibilidad de celebrar ya el ascenso. Pero ya me dijo Miguel Rubio, antes de salir de la ciudad, que no se me ocurriera pedir a Ella cosas de ese tipo. Da igual, ya somos de primera.
Pero la expresión ha adoptado dimensión especial cuando el padre Alexis ha dicho, en su homilía de la misa de una de la tarde, que íbamos a celebrar "una Eucaristía de primera". El templo, lleno de gentes con el cordón morado en el cuello, fue marco de miradas cómplices entre jerezanos que acababan de dejar, al descanso, un 2-2 del partido del Hércules que no despejaba la incógnita sobre si sería en El Rocío que llegara esa circunstancia soñada. Realito dice que sí pero como no es hasta última hora que se aplique ese gol average, que llaman, y que el Xerez le tiene ganado al equipo alicantino... Pues eso.
Lo del dominico en la predicación, sin embargo, es otra cosa. "La Hermandad de Jerez tiene que ser de primera", dice. Y, claro, ello poco tenía que ver con la cuestión futbolística en boga. Alexis se refería a la altura de miras de los rocieros locales. Aunque no era a ello lo que tenía en cuenta cuando la tarde antes, según una leyenda urbana que no he podido confirmar, aparecía con camiseta azulina celebrando espléndidamente el 3-0 de Chapín frente al Eibar. Qué arte! Salvo que también fuera verdad que aquello ocurriera junto a las carreta de Cádiz. Qué guasa! Pero no creo, ¿verdad?
La homilía, sin embargo, no sabía más que de otros ascensos más dados a esa elevación espiritual a la que la fiesta de Pentecostés invita. Y, mal que nos pese, no parece que aquí se trate de ganar el partido propio y esperar a que pierda el rival con el que nos juguemos plaza alguna en categorías superiores. Para categoría superior, las 'Marismas Azules'. "Allí sí que seremos de primera" señala. Qué malarate! Pues, aún deseando que ello sea lo que ocurra cuando nos llegue la hora final, quizá mejor que tarde en llegar. No? Ése es otro Rocío, y las arenas de su camino ya las estamos pisando en este mundo.
A la salida de la misa me entero de que el partido, a punto de finalizar con aquel empate mencionado, se ve pendiente de un penalti en contra de lo que a Jerez y al Xerez conviene. Doy dos pasos más bajo la concha de la fachada de la ermita y, por teléfono, me dice Miguel Lloret, desde el Hotel AC en el que se han concentrado los jugadores, que lo han fallado. A ver si ese fallo ha sido cosa de la Virgen, que no ha querido quitarnos del todo la posibilidad de celebrar ya el ascenso. Pero ya me dijo Miguel Rubio, antes de salir de la ciudad, que no se me ocurriera pedir a Ella cosas de ese tipo. Da igual, ya somos de primera.
(La Voz, 01-06-09)
No hay comentarios:
Publicar un comentario