Más recientemente se han convertido en memorables abuelos cuajados de detalles para nuestros niños. Y hace apenas una década fueron salvavidas, de toda la familia en muchos casos, durante la crisis que dejaba en paro a los hijos que, quizá desahuciados de sus viviendas, se colgaban de sus pensiones.
Quienes son hoy en día las personas pertenecientes a esta generación de campeones ante los que descubrirnos? Efectivamente, se trata de aquellos y aquellas mayores que, octogenarios ya, están sufriendo la pandemia en esas residencias a las que el coronavirus les sirve la muerte a domicilio.
Se me hierve la sangre de pensarlo. Han dejado tanto a lo largo de su existencia que nada que hagamos por ellos será suficiente. Menos si se ven discriminados ante la falta de respiradores. Y si son ellos mismos los que los ceden para enfermos más jóvenes? Estaremos eternamente endeudados con ellos.
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