viernes, 24 de abril de 2020

Una deuda impagable

Fueron aquellos niños de los años cuarenta y cincuenta, los criados enmedio de las necesidades que la posguerra dejó en nuestro país. Y tambien son quienes, en los cincuenta, tuvieron la juventud que pudieron. Padres en los sesenta y setenta, hicieron que el bienestar que llegaba mejorara la vida de sus hijos. 

Más recientemente se han convertido en memorables abuelos cuajados de detalles para nuestros niños. Y hace apenas una década fueron salvavidas, de toda la familia en muchos casos, durante la crisis que dejaba en paro a los hijos que, quizá desahuciados de sus viviendas, se colgaban de sus pensiones.

Quienes son hoy en día las personas pertenecientes a esta generación de campeones ante los que descubrirnos? Efectivamente, se trata de aquellos y aquellas mayores que, octogenarios ya, están sufriendo la pandemia en esas residencias a las que el coronavirus les sirve la muerte a domicilio.

Se me hierve la sangre de pensarlo. Han dejado tanto a lo largo de su existencia que nada que hagamos por ellos será suficiente. Menos si se ven discriminados ante la falta de respiradores. Y si son ellos mismos los que los ceden para enfermos más jóvenes? Estaremos eternamente endeudados con ellos.

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