sábado, 11 de abril de 2020

La importancia de lo invisible

Depresión, trastornos del sueño, problemas en el habla o dificultades en la escritura. Son algunos de los síntomas velados por el estereotipo del temblor por el que localizamos con más facilidad a un enfermo de Parkinson en nuestro entorno, aunque esto otro sólo lo sufra la tercera parte de los pacientes.

Las asociaciones que atienden a estos enfermos y a sus familias han apostado este año por visibilizar lo que menos salta a la vista. Hoy 11 de abril, Sábado Santo en esta ocasión, se celebra el Día Mundial del Parkinson tirando de #SeñalesInvisibles y animando desde el confinamiento.

Así están apareciendo estos días las fotos de quienes, con rótulos incompletos, hacen ver la necesidad de las letras que faltan para que el mensaje se entienda. Visibilización es una de las palabras más en mente desde que convivo con lo diagnosticado hace dos siglos mientras un jardinero temblaba cortando tulipanes.

Lo no visible, más allá del Parkinson, quizá se deba a un problema de apreciación de los detalles. Pero existe. Y a veces también se debe al ninguneo de lo que creemos meramente accesorio. Lo no visible puede, incluso, no desvelar más que la ceguera de quien mira sin ver. Pero lo no visible importa.

Quizá el confinamiento nos lo enseñe. Que entre todo aquello que pretendemos que nos cambie la pandemia también ocurra que aprendamos a poner el foco en los invisibles del mundo, en lo más invisible del día a día de los que nos rodean. Porque lo invisible cuenta. Y las personas con Parkinson lo tienen claro.

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