Corro el riesgo de ser cansino. Seguro. Pero nunca porque yo haya escrito jamás sobre él. Sí, en cambio, porque no hay quien no tenga hoy algo que decir sobre el recién finado. El director de cine José Luis Cuerda ha fallecido pero no ese surrealismo tan sugerente.
José Mota o Joaquín Reyes prolongan la veta del humor manchego que salpica el empedrado de los pueblos de la sierra de Albacete, escenario de 'Amanece que no es poco'. Anoche la vimos entendiendo definitivamente que la siembra es innegable.
El sidecar sobre el que Resines parece disimular, bajo su bigote de entonces, la socarronería que le es propia, Ciges y su impronta, Lampreave y su hijo negro, los plantados en el bancal, el alcalde putero, el cura ovacionado en misa, el guardia civil...
La imagen de España que, en los ochenta, retrató con semejante abanico de signos rayanos el esperpento, pero cargados de poder simbólico, es su legado. El país maduraba su transformación democrática. Pero sigue habiendo tajo. Qué película haría hoy?
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