miércoles, 1 de julio de 2015

Se lleva la improvisación?

He de reconocer que me chocó la idea de pagar una entrada (sólo de seis euros por cierto) para no saber exactamente qué espectáculo voy a disfrutar. También lo es, dicho sea de paso, que cada vez me aparto más de ciertas cuadriculaciones que me puedan hacer previsible. Conclusión, cuanto menos miro con sana curiosidad esa propuesta de música improvisada que el Museo Arqueológico acogerá durante los miércoles de julio desde esta misma noche.

No voy a poder ir, aunque sería una agradable sorpresa que finalmente me lo permitieran mis ocupaciones. Guillermo Weickert y Alejandro Rojas Marcos abren el programa a las nueve. Lo que puedan improvisar un bailarín y un pianista juntos forma parte de cuanto la sorprendente propuesta presentada hace unos días sugiere. Habrá que prestar atención a cuanto ocurra durante este mes en el patio Saris Siduña. Aunque sólo sea por lo novedoso, por la falta de costumbre.

El área de Dinamización Cultural del Ayuntamiento de Jerez presentó solo unos días después un ciclo más conocido, propuesta de siempre se llamara Noches de Bohemia con anterioridad o Noches de Verano como, de momento, mantiene el teniente de alcaldesa Paco Camas. Me encanta que venga Javier Ruibal. Pero primero era menester el golpe de efecto ideológico. Aunque la música es música, no podemos negar que eso de la improvisación tiene una vitola de libertad que parece del gusto de los nuevos aires en el gobierno municipal.

Se llevará la improvisación. Digo yo. Y no digo que me parezca mal. Es una opción. Aunque siempre he sido más del plan previo, de la organización, del guión... "La mejor improvisación es la que no existe", dice otro artista, el fotógrafo Sergio García. Me encantará preguntar a los participantes en el festival MIMA Jerez 2015 cuánto hay de ensayo y preparación en cada una de las improvisaciones que traen desde hoy al Museo Arqueológico. De no ser así... qué garantías tenemos de no sufrir gato por liebre?

Reconozco, en cualquier caso, que esa capacidad de crear y ejecutar música que previamente no ha sido escrita y que surge de manera espontánea es muy muy sugerente. En el arte sí. Claro que sí. No en balde, cuando se pretenden similares comportamientos en otros órdenes de la vida en los que sin duda cuadra menos, terminamos llamando 'artistas' a los que hacen y deshacen sueltos de manos, confiando sin más en su propia espontaneidad, sin orden ni concierto. Y eso ya me gusta mucho menos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario