martes, 18 de agosto de 2009

Olores


¿Incienso? Sí creo que lo es. Y esto otro albahaca. Hum, que olor a cafelito. Uy, y ahora perejil, cebolla, ajo... Buenooo, llegamos a la zona del pescado. Paseo por calle Doña Blanca. No, realmente no es un plácido paseo. Que acabo de escaparme de la radio y voy a La Tijera para hacer la copia de una llave. Pero, pese a la prisa que llevo, todo me invita a disfrutar de los detalles cuando cruzo esta céntrica vía urbana jerezana. Y he de reconocer que, me da la impresión, ni la visión de un elemento atractivo ni escuchar algo curioso me resultaría tan placentero como estos olores que me acompañan.
Tenemos olvidado el mundo de los olores. Salvo que pretendamos camuflar los nuestros naturales con perfumes, ambientadores o demás aditamentos uniformadores de nuestra realidad. Y eso es una lástima. Por eso agradezco esta invasión puntual camino del bazar. Por ello, también, me alegra la convocatoria de una exposición de la que tengo noticias: 'Por narices, esencias y fragancias naturales'. Lástima que haya que ir a Vejer de la Frontera a disfrutarla. Si se animan pueden acudir, hasta el 31 de agosto, al antiguo Convento de la Concepción. La entrada es gratuita. No se la pierdan.
A mí me queda, y a ustedes también, la calle Doña Blanca. Y, seguramente, alguna otra. Basta con prestarse a la sorpresa olfativa. Y, eso sí, no tener remilgos. Huela a lo que huela. Algunas veces, por desgracia, es a chamusquina a lo que huele. Pero esa es otra historia.

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