domingo, 2 de agosto de 2009

Adiós vacaciones, adiós


Todo lo que comienza termina. Y en la adrenalina desparramada mientras se agotan los instantes últimos de las vacaciones se disuelve también toda esa alegría depositada en la convivencia recrecida en familia. Mañana madrugaré, daré dos informativos mañaneros en Cope-Jerez y me prepararé para no tener más vacaciones hasta que llegue Navidad. En efecto, el stress post-vacacional existe. Mal que nos pese a los que tuvimos nuestro asueto veraniego en julio (el mío se adelantó hasta mediados de junio) esto llega a su final en este fin de semana de tranquilidad. Es cierto, otro aserto que confirmar al llegar a este momento, que, a menudo, queremos descansar en los últimos días de las vacaciones todo aquello que, seguramente, no reposamos durante los días disfrutados. Que la sensación de que no debe uno dilapidarlas en pasividades improductivas es una tentación. En mi caso además, como no dejamos del todo no a La Voz ni a la Delegación Diocesana de MCS, la incorporación tendrá menos frustración. Suerte que tiene uno. ¿No?

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