Tras el Pregón de la Viga tuvo lugar la entrega del reconocimiento que la Hermandad catedralicia se reserva para aquellos que, de modo sencillo, se entregan al trabajo diario en sus hermandades. Y este año era José Andrades Borrego quien recibiría la réplica de la potencia del Cristo de la Viga que se convierte en galardón. El teniente hermano mayor de su cofradía de las Cinco Llagas, por ingreso hospitalario de Francisco Barra, fue relator de méritos y el de la hermandad organizadora, José Antonio Valenzuela, aquél que entregara el reconocimiento. El sentido de este galardón, en la búsqueda de los cofrades más silenciosos en su dedicación, se reforzó en un Andrades casi sin palabras.
(La Voz, 09-08-09)
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