domingo, 16 de agosto de 2009

Asunta al cielo jerezano


Los ramos de flores con los que amaneció ayer el monumento a la Asunción fueron el único signo visible de una de las solemnidades mariana de mayor peso en el calendario litúrgico. Un acto sencillo pero con verdadera devoción culminaría la noche del viernes con esta ofrenda a la Virgen que, desde la pétrea efigie que realizara el escultor Vasallo, aún debe recordar las glorias de una ciudad tan volcada con un dogma de definición recientísima por parte de Pío XII cuando, en febrero de 1952, era inaugurado el primer monumento en España y probablemente en el mundo.
El mismo lugar que acogiera la muchedumbre de aquella misa de campaña que evocan las fotos en blanco y negro que testimonian la iniciativa nacida en el Círculo de los Luises y de la mano del padre Viú, el mismo, se mostraba ayer desangelado. Los templos sí que acogieron la celebración correspondiente pero la calle apenas si nota ya aquel impulso que aunó, en Jerez, al Arzobispado del Cardenal Segura con la Alcaldía de Antonio Mateos Mancilla en un proyecto realizado por el entonces arquitecto municipal Fernando de la Cuadra e Irizar.
Ayer finalizaba, de otro lado, el triduo que, en San Marcos, se ha celebrado en honor a la Virgen de la Salud, imagen de gloria en culto en este templo cedida en su día por la familia del recordado José Soto Palas. Se trató de una convocatoria motivada por esta solemnidad de la Asunción de la Virgen. Pero sería la parroquia del Salvador y San Dionisio, con sus cofradías además de Amor y Sacrificio que es heredera de luises, la que acudiera ante el monumento.

(La Voz, 16-08-09)

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