sábado, 18 de julio de 2009

18 de julio


Resonancias franquistas aparte, el 18 de julio es fecha señalada en el corazón de algunas de las generaciones que aún nos quedan vivas. De un lado o de otro, o de ninguno como sospecho en la mayor parte de los casos, tal día como el de hoy fue siempre día de paga extraordinaria. Siempre dijo mi padre que era aquél en el que, realmente, comenzaba la temporada de playas. Y mucho que sospecho que se trataba, de un lado, del retraso necesario porque para qué ir antes enmedio de aquella postguerra cuajada de otras urgencias bastante mayores y, de otro, de la única posibilidad, con el sobre ya en el bolsillo -que era como se cobraba antaño-, de hacer el gastillo que, comparado con lo que supone hoy en día cualquier veraneo programado, era 'parca miseria' pero que su esfuerzo costaba. Tiempos, aunque algo después, de 'emilitas' -aquellas furgonetas tomadas en Icovesa o El Carmen- camino de Valdelagrana. Tiempos, en la playa, de Bar Tadeo y patatas con tomate, de tortilla y filetes empanados. Hoy es, en efecto, 18 de julio. Y aunque la paga me la adelantaron a junio en su día y aunque ya haya vuelto de Rota para incorporarme a la radio en diez o doce días a mí me trae recuerdos que, ajenos a trolas triunfales de corte político, me arrancan una sonrisa.

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