Se ha ido. Pero se ha quedado. Es fácil entenderlo cuando se percibe que el mundo no es el mismo tras su paso por él. Sólo los grandes de verdad consiguen dejar algo más que una mera huella. Sudáfrica mira al futuro tras superar, junto al apartheid, los complejos que le impidieran alcanzar el desarrollo que merecen negros y blancos que han sabido darse la mano de ese modo. Pero eso no es todo.
La acción decidida de Madiba, aquél a quien los ancianos del clan ya reconocían con ese título, ha sabido llegar a todo rincón del mundo para dejar sentado que 27 años en la cárcel no impiden conseguir que las convicciones que injustamente le quitaron la libertad se impongan de modo decidido. Falleció Nelson Mandela pero la democracia multirracial que consiguió para su país es el triunfo de la Humanidad.
Una sonrisa que transmite esperanzas, un puño en alto que no agrede y una muchedumbre alrededor que se sabe impulsada son credenciales tan dignas del reconocimiento de todos como su talento de político a la altura de las circunstancias y de abogado defensor de los humildes. El es padre de libertades que permiten abandonar injusticias impropias del umbral del siglo XXI.
Por ello, cuando uno ve tan cerca cómo tiemblan estatus que creímos asentados firmemente, toca fijarse en él y soñar que el próximo ser similar a Mandela que nazca en el mundo sea capaz de liderar nuestro ahora parco entusiasmo. Todo menos otras actitudes de positividad sólo aparente... otros brazos en alto... otros ademanes capaces sólo de arrastrar a las multitudes hacia el abismo.
Afortunadamente Madiba vive pese a su marcha. Sus logros siembran ya el mundo de convicción y esperanza en la fuerza del ser humano que se revuelve contra la injusticia. Descansa en paz, pero no dejes de inspirarnos!
Earth, Wind & Fire – Africano
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