domingo, 15 de diciembre de 2013

Así he comenzado hoy mi Pregón de la Navidad de El Puerto


Sal al encuentro con ganas,
Puerto de Santa María,
de esa Gloria que pregono
cuando se acercan los días
para vencer la tibieza
de una fe pronto a porfía.

Mira bien que no te falte
aquello de más valía.
Encuéntralo en el baúl
de las figuras perdidas
y que también este año
se nos llene de alegría.

A eso vine ante el atril.
Si quieres... te ayudaría
rebuscando entre los tiestos,
apartando cuanto enfría
la fiesta y preparando
el parto a Santa María.

Pero no encierres tu gozo,
que la calle nos inspira,
que ya sus nombres amparan
cuanto el belén nos pida.
Ven conmigo, no refrenes
el ardor del alma mía.

En la calle de la Luz
encontraremos el día,
Luna nos pondrá la noche
desde esta central vía,
para celaje bonito...
calle Cielo nos inspira.

La Estrella tiene su calle
y los arcángeles gritan
el llamado a los pastores
que a los rebaños avían
desde un sitio portuense
que San Gabriel nos habita.

La avenida de la Paz
pone el mensaje que arriba
los corazones cansados
del dolor y la fatiga,
de la carencia, el paro
y penas sobrevenidas.

La misma calle Real
señala ya esa insignia
que augura en la corona
que es Cristo Rey quien nacía
y Santa María lo acuna
en su avenida bendita.

Allá en la Carpintería,
que es calle noble y sencilla,
un hombre bueno y callado
cepillo y sierra ya arrima.
José se llama y sorprende
con sobria melancolía.

El callejero del Puerto
de Navidad se presigna
y no hay rincón que no aporte
sugerente nombradía.
Por doquier la fiesta canta
la Verdad mejor sabida.

Camino de los Romanos
con calle Espadas se cita
para Santos Inocentes
buscar cuando llegue el día.
¡Que esperen, que aún nos queda
montar la escena debida!

Pondremos la Salinera.
¡Ya son muchas las que hilan!
Y la Alcazaba y la Fuente
y el Puente y la Placilla.
Y la Ribera del Río
alimente nuestra Orilla.

En el feliz nacimiento,
el torno del Ceramista,
desde esta calle con arte,
Botijo y Jarra crearía
para que posibilite
que concurran estas vías.

Arena Cárdena al suelo,
Amapola, Buganvillas...
La humedad del Riachuelo
nos acerque las Coquinas
de este vial que animo
a cantar por Alegrías.

¡Si no nos falta de nada!
Puerto de Santa María,
por tener hasta dispones
-¡vaya suerte, Madre mía!-
hasta de calle Lentisco
que todo lo verdearía.

Calabaza, Cuatro Pinos,
Horno, Rosa, Pozo, Silla,
Dama de Noche, Cañas,
Sal y Paloma cabrían
en el belén portuense
del callejero que vibra.

¡Qué ciudad tan navideña
que hasta Fragata confía
poner a disposición
de aquél que también anima,
marinero Ramiré,
náufrago de la coplilla!

Desde todas esas calles
y otras que se me olvidan
ya marchan hacia una casa
de Adelfas cuanto se aplica
para la fiel recreación
que la fiesta necesita.

¡Buenos mimbres tiene El Puerto
de fragancias belenistas!
¡¡Alentáis el Nacimiento
para el que cuento los días!!
¡¡¡Por eso acepté el pregón...
que me trae a las Capuchinas!!!

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