Logotipo de la recién nacida Fundación |
Los cuatro impusores de la fudnación (Foto de Roberto Sánchez) |
Pareja añade que «nace porque los conceptos de libertad y persona son categorías que hoy en día están en crisis». Habla más de la de valores que de la económica y añade que «ésta es una sociedad que está invadida por el materialismo, por el relativismo, por el nihilismo y por un utilitarismo que deshumaniza al hombre». Pese al planteamiento conceptual de su propósito que enarbolan –como hicieron en el primer acto público, celebrado en la Escuela de Hostelería el pasado jueves–, la fundación tiene intenciones de actuación «contra el mal social que nos aqueja».
De lo conceptual a la praxis
Aguardan, pues, pronunciamientos, artículos, conferencias y otras presencias en la sociedad jerezana. Harán referencia a cuestiones relativas a la defensa de la vida contra el aborto o la eutanasia, el fomento de la familia o el apoyo a una educación en libertad que facilite la elección de los padres y evite adoctrinamientos como los que denuncian las asociaciones contra la asignatura de Educación para la Ciudadanía. «En estas últimas décadas se ha producido una profunda transformación de buena parte de los valores que nos han hecho ser lo que somos», dice Pareja.
«Nosotros llegamos sin complejos, y ésa será una de las claves que nos defina», añade el presidente quien asegura que «no tenemos un discurso pesimista ni catastrofista, somos gente que está esperanzada porque todo es susceptible de mejora». Y a por ello van en el convencimiento de que en el humanismo cristiano encuentran «los valores que subsisten en las raíces de Europa, forman parte de nuestro código cultural y de nuestro código ético pero también están en el origen de una dignidad que estaba inédita en Europa hasta la llegada del Cristianismo y que, de hecho, sigue inédita en muchas zonas del planeta».
De cuatro a cincuenta en un suspiro
El trabajo de la fundación se concentrará en las recién creadas áreas de economía, política y sociedad, cultura, familia, religión, ciencia, nuevas tecnologías, comunicación, educación e investigación y para las que cuentan ya con más de medio centenar de personas que trabajan en ellas. Profesores, médicos, abogados, profesionales independientes, personas muchas de ellas ya vinculadas a entidades comprometidos con la sociedad y otras que lo asumen ahora, se han incorporado en activo a este movimiento.
Todo nació, sin embargo, en torno a una mesa en la que compartían inquietudes Manuel Pareja Aparicio, José Ignacio Martínez, Juan Ramón Parra y Sergio Betanzos. Con alrededor de los cuarenta años todos ellos y realidades familiares y profesionales bastante parejas, sus respectivas experiencias vitales alumbraban la posibilidad de convencer con el mensaje y el talante a cuantos, en un tiempo récord, se han comprometido con la fundación. Y ya son más de 50 los que se prestan a actuar desde alguna de las parcelas.
Los más de 300 que llenaron el salón de actos de la Escuela de Hostelería cuando el jueves se presentaban en público permiten auguran un crecimiento aún mayor. El catedrático de Filología del Derecho de la Universidad de La Coruña, Ignacio Sánchez Cámara, daba contenido al acto con una brillante intervención en la que desgranó el sentido de los conceptos que dan nombre a la fundación –libertad y persona–. Mientras, desde el auditorio, no eran pocos los que rellenaban una puesta a disposición ante esta «sociedad de personas infelices».
(La Voz, 15-Noviembre-2010)
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