Foto de Eva Lindberg. |
Unas 200 personas se sumaron al acto más esperado de cuantos ya ocupan habitualmente el lugar. Pero la paella anunciada tuvo que llegar desde un conocido establecimeinto en ‘tupperwares’ ante la imposibilidad de hacer del parque una cocina popular y multitudinaria a tono con lo que se festejaba. Hasta que llegara fría añadió una singularidad a la celebración. Si habían sido capaces de sobrevivir al puente de marras con más satisfacción lo harían degustando el contenido de unas tarrinas que no podían ser calentadas sino al solecito de un domingo muy agradable.
Una exposición de recortes de prensa, uno por cada uno de los diez años que llevaban reivindicando la transformación viaria ahora culminada, ilustraba el porqué de una cita a la que se sumaron algunos políticos como Mamen Sánchez, África Becerra o Rocío Montero. Faltaron miembros del gobierno local pero no los argumentos para una celebración que pudieran aprovechar hasta los niños. Un castillo hinchable daba cuenta de esa otra vertiente de la convocatoria.
Un elemento más llegó a la fiesta de la mano del lanzamiento de una campaña que el presidente de la asociación de vecinos de Palos Blancos, el satisfecho Jesús Palomo, achacó a la constatación de que esa zona de la ciudad no recicla vidrio con la asiduidad que sería necesario. Por ello aparecieron en el encuentro un total de 150 bolsas, al precio de un euro cada una, especialmente concebidas para poder transportar las botellas y otros elementos de cristal que sean desechados por los vecinos.
(La Voz, 30-Enero-2012)
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