lunes, 6 de febrero de 2012

Medio millar de monjas y religiosos hacen vida consagrada en la diócesis

Franciscanos y Hermanas de la Cruz en la Catedral. Foto J. Fergó.
El estado de salud de la vida consagrada, aquella que nutren los hombres y mujeres que profesaron en su momento en una de las muchas órdenes y congregaciones presentes, es alto en la ciudad y en toda la diócesis. Las cifras dadas a conocer desde la Confer, al menos, señalan motivos para que la Iglesia mantenga todas sus esperanzas en la consistencia que mantienen, pese a todo, monjas y religiosos en Asidonia-Jerez.
Aun en medio de la carencia de vocaciones religiosas existente en la actualidad, 560 personas alimentan con su oración y su dedicación a parcelas como la educación, la salud o la labor asistencial a los más necesitados la realidad de este estilo de vida en nuestra tierra. Y la celebración del Día Mundial de la Vida Consagrada, que ayer culminó en la Catedral con la misa solemne que presidió monseñor José Mazuelos, fue un ejemplo.
Pudo verse en las naves del primer templo diocesano a franciscanos de los conventos jerezanos o incluso del chipionero de Regla, a religiosas pertenecientes a las Hermanas de la Cruz, a las Hijas de la Caridad, las de carisma docente de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús, salesianas, jesuitas de El Puerto, lasalianos de toda la diócesis y hasta al cartujo que nos quedó en la ciudad cuando los hijos de San Bruno dejaron el Monasterio de la Defensión.
Las Hermanas de Belén vinieron a llenar el vacío que quedó en la Cartuja del mismo modo que la vida contemplativa nos sigue obsequiando con la presencia de agustinas, clarisas franciscanas, esclavas del Santísimo Sacramento o mínimas en Jerez; clarisas capuchinas, comendadoras del Espíritu Santo y concepcionistas franciscanas en El Puerto de Santa María; carmelitas descalzas, franciscanas clarisas y dominicas del Espíritu Santo en Sanlúcar, o mercedarias en Arcos.
El caleidoscopio de carismas es tan variopinto como la presencia ayer de hábitos en la Catedral. A ellos y ellas se dirigió el obispo diocesano con una invitación a que mantengan su oración y el testimonio en medio de una sociedad que los necesita. La Jornada Mundial de la Vida Consagrada ha llegado este año con el lema 'Ven y sígueme, la vida consagrada y la nueva evangelización', «una jornada pues, para la acción de gracias desde el reconocimiento que todo es don y gracia, y para el sincero examen de nuestra respuesta a tanto bien recibido», explica José Antonio Naranjo, religioso franciscano y presidente de la Confer diocesana desde el pasado año.
En nuestra diócesis se hacen presentes 43 institutos religiosos diferentes entre órdenes, congregaciones e institutos seculares. De entre ellos, 13 son masculinos y 30 femeninos. No quedan contemplativos en Asidonia-Jerez tras la marcha de los cartujos pero de entre los institutos femeninos 11 responden a esa disciplinada y sencilla vida de oración y trabajo (la repostería, por ejemplo) que, más allá de la parte visible de los cenobios, asientan su entregada existencia. Son 66 las casas o comunidades instaladas en el territorio diocesano y a todas se les pidió ayer «unidad de acción».
«Significatividad evangélica»
José Antonio Naranjo se estrena en el Día Mundial de la Vida Consagrada como presidente de la Confer, organización que aglutina en ciertos esfuerzos comunes a los superiores y superioras de todas las comunidades. Y lo ha hecho haciendo un llamamiento a «aumentar nuestra significatividad evangélica en estos momentos que podemos definir con términos cargados de futuro, bíblicamente hablando, como caos, noche oscura u ocaso».
Por ello, en su declaración de intenciones ante esta jornada ha puesto de relieve que «creo en una vida consagrada que sea frecuentadora y creadora de oasis espirituales», «que se deje sacar del desierto de la superficialidad y del intelectualismo estéril», «creíble por lo que vive», «que se pone al lado de la fragilidad y la vulnerabilidad», «multicultural e inculturada», «que, desde la fidelidad a su identidad se abre con esperanza al futuro» o «que, con visión de futuro, fantasía y creatividad evangélicas, sea capaz de abrir presencias inéditas de testimonio».
(La Voz, 06-Febrero-2012)

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