martes, 3 de enero de 2012

Adiós a un año vecinal para el olvido

Foto de Juan Carlos Corchado
La precaria situación económica de las administraciones ha condicionado la falta de soluciones.El presidente de la federación de asociaciones de vecinos no se atreve a calificarlo de catastrófico. Pese al asentimiento en este tenor de otros miembros del equipo directivo de Solidaridad, Sebastián Peña se queda en «año malo, muy aletargado porque todo se mueve por la economía y las asociaciones no paran de dar de baja los servicios que prestaban». Ser Rey Mago dentro de dos días es incompatible con la falta de esperanzas y por ello insiste en que «aunque ha sido malo, espero que 2012 venga cargado de alegría y así lo pido».
Lo cierto es que, salvo la satisfacción que ha producido a lo largo de 2011 la aprobación de la nueva división por distritos, todo lo demás dibuja situaciones que no han avanzado nada o, en el mejor de los casos, son problemas a medio resolver. Entre éstos últimos coloca Peña la situación en que ha venido colocando la huelga de autobuses urbanos a los vecinos de los barrios más alejados del centro. Aun ahora, que los servicios se están prestando, insiste en la necesidad de «que se arreglen los horarios, que los vecinos no saben a que horas llegan».
Incorporado el movimiento vecinal a las negociaciones, el presidente quiere dejar sentado que no existen fundamentos para que se les critique por no haber estado a la altura. «Eso es falso, no es que el tema de los autobuses lo haya resuelto la federación pero sí que hemos puesto de nuestra parte». Por lo demás, generaliza el presidente que «hemos estado donde hemos podido pero la verdad es que no hemos tenido medios para ello». Peña califica de mala suerte no cobrar la subvención municipal desde 2009. «Ésa es la madre del borrego», dice.
Algunas de las imágenes más dantescas que han ofrecido los barrios han vuelto a ser, durante 2011, interiores y exteriores de bloques apuntalados como algunos de La Asunción o La Vid. También edificios de viviendas como los de La Constancia o La Alegría se han convertido en signo de un Jerez que no soporta el paso de los años. Se trata siempre de barriadas populares construidas en las décadas de los cincuenta y sesenta. «Que la Junta vaya por derecho», solicita quien tampoco olvida a los mayores sin ascensor en sus viviendas.
En infraestructuras, es Agustín de la Flor quien señala el déficit que sufre Jerez, «bien por dejadez de la Junta o del Gobierno central, que está haciendo que la ciudad no progrese lo que debe». Que la A-IV «acabe en Sevilla y para llegar hasta Jerez haya que pagar un peaje o coger una carretera con bastantes peligros», la inconclusa obra de mejora de la de La Barca «en la que muchos jerezanos se juegan la vida» o la ausencia aún de ronda sur «que aliviaría el centro haciendo una ciudad más sostenible» son solo algunos ejemplos.
«Eso son deficiencias que, con esta crisis, vamos a tener crudo resolver siendo, sin embargo, viejas reivindicaciones nuestras», señalan. Y ello sirve para la situación de los centros de salud. Pepe Saborido, otro de los miembros de la directiva de la federación, considera que «ya tenemos recortes en la ciudad sin necesidad de esperar a los que parece que pueden llegar en 2012». Algunos de los que faltan para completar el mapa sanitario de Jerez no van a estar en los presupuestos y otros (Jerez Norte) apenas tiene el proyecto básico.
Distinto será el año nuevo para el de La Milagrosa, «en el que sí parece que se van a adjudicar las obras», según Saborido. Los resultados en materia de descongestión del centro de salud de Las Delicias, «que no cuenta con reformas ni ampliación por delante», lo agradecerán. «En cuanto al de La Granja parece que ya está adjudicada la obra y que entrará en construcción», señala sin olvidar otro de los equipamientos sanitarios por el que históricamente ha luchado el movimiento vecinal: el ansiado edificio de Radioterapia.
«Tras que las personas afectadas hayan estado pasándolo muy mal siendo trasladadas diariamente a Algeciras o Sevilla», está adjudicada la obra y entrará en construcción. «Es algo tan necesario que la alegría que habrá en Jerez y la comarca va a ser muy grande al tener finalmente respuesta esa necesidad que había», insiste.
Menos optimista es Francisco Gil, el responsable de medio ambiente de la federación de vecinos, quien apenas encuentra respuestas para la mayor parte de sus muchos frentes abiertos en la ciudad. La limpieza viaria -«nosotros demandamos la misma que haya en el centro para todas las 'habitaciones de la casa', que son las barriadas», dice- parece el más visible de todos ellos pero, aunque «se ha mejorado poquito y encima no se nota», además hay otros muchos pendientes.
La apuesta medio ambiental de Solidaridad reclama aún el informe que pidieron sobre el reciclado en Las Calandrias, «porque se nos pierden muchas toneladas en la entrada y la salida». Como piden que los Montes de Propio no sean «el coto de una élite» o que la recuperación del Guadalete sea una realidad porque para ello se incorporaron al Consejo Local de Medio Ambiente: «Se han hecho algunas actuaciones en el río, pero desde la administración no se presta toda la atención necesaria», se queja recordando que sigue pendiente de respuesta a la petición de reunión que hicieron al consejero Díaz Trillo en una visita realizada el pasado verano.
Las luchas mantenidas contra el crematorio pretendido para el cementerio de la ciudad a menos de 500 metros de la zona poblada cercana, contra la privatización del servicio de aguas o contra las antenas de telefonía siguen en vigor. Como también ocurre con batallas inconclusas como las elevadas contra las tasas de los vados o el catastro.
(La Voz, 03-Enero-2012)

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